Ya estaban llegando a ciudad Towa, lugar en el cual se esconderían al menos hasta que o los encuentren o salga ganando Enoshima, quien estaba conduciendo el auto en el que iban, ocasionalmente cruzando miradas con su rehén, el cual se encontraba pensando alguna idea para escapar.
Las reglas que le dio tenían una ventaja y una desventaja, lo bueno era que eran pocas (no golpearla, cuando lo llame tiene que ir y si le hace una pregunta responderla) lo malo de esto era que ella mencionó que lo castigaría si no cumplía alguna de estas, y esa palabra solo hacia pensar al castaño en las horribles ejecuciones de sus compañeros, muertes que deseó nunca haber visto.
Ya casi estaban al final del puente cuando vieron a varias figuras, estas eran similares a niños, aunque su cabeza se veía distinta, al acercarse más, el oji-verde vio que poseían mascaras de Monokuma (algo diferentes), la modelo le había explicado que eran robots creados para la conquista de la ciudad, y le explico que pasarían de ellos dos, lo cual fue razón suficiente para él (junto con el temor hacia la fémina) para bajar del auto y seguirla.
Luego de un rato, llegaron hacia un bosque, entraron y después de un rato de caminar llegaron a una pequeña casa, al pasar, observó la sala.
Tenía la mayoría de cosas de una sala de estar promedio, un sillón azul frente a una ventana con cuatro asientos, una mesa con seis sillas y una estufa a gas.
-Bien, aquí nos quedaremos, no hay electricidad en la casa, solo funciona el agua, el horno y la heladera también son a gas.- Explico la peli-rosa.- También hay una sola cama, y no quiero quejas respecto a eso.
Un pequeño escalofrío recorrió la espalda del suertudo, las pocas veces que durmió con otra persona fueron cuando este o su hermana de pequeños tenían pesadillas, pero jamás con alguien fuera de ese limitado círculo, y mucho menos en esta situación.
Pero algo había distraído ese pensamiento, el recuerdo de la cinta que fue usada como motivo, cosa que la contraria se preveía.
-Oh, ¿qué pasa?~- Canturreó mientras se acercaba, sacándolo de sus pensamientos. -Supongo que extrañas a los que usé como motivo, ¿no?
-Ellos son mi familia.- Dijo algo molesto por como veía ella a las personas que más apreciaba en su vida.
-Oh, no es necesario que te enojes, era de hecho para saber si querrías que vivieran~.
-¿Que tengo que hacer?- Preguntó ansioso, el simple hecho de que ellos estuvieran bien ya sería una mejora a su situación.
-No es necesario que hagas nada.- Respondió la mente maestra, acercándose hacia él hasta tomar su mentón, poniéndolo nervioso.- Me asegurare de que estén vivos, tu solo cálmate~.
-Por favor, ¿pu-puedes soltarme?- Él no se estaba sintiendo cómodo con el acercamiento de la contraria, quien solo comenzó a acariciar sus mejillas, en un momento y sin darle tiempo a reaccionar, lo forzó a un beso.
Él intentó separarse, pero era inútil, se encontraba retenido por ella, la situación no escalaba ni paraba, solo seguía hasta que la oji-celeste se separo de el, con una pequeña sonrisa.
-Tengo que ir a hacer algo, hay comida en la heladera, volveré hasta tarde así que no me esperes.
Horas después, observó a los dos cuerpos, algo frustrada por no encontrar a la segunda hija, pero con eso ya sería suficiente para ella.
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Violentometro (Naejunko)
RandomACLARACIÓN: Si estás aquí para consumir esta historia como contenido erótico, le pediré por favor que se retire. Está historia no tiene esas intenciones, y el que alguien busque consumirla por esos propósitos va contra los mensajes que quiero promov...