RAMÉ [C.H.- TERMINADA]

1 𝕀𝕫𝕚𝕡𝕙𝕠 𝔼𝕫𝕚𝕟𝕚𝕟𝕫𝕚

──Verskoon my meneer Kingdom, maar ek kan nie al hierdie geskenke aanvaar nie, dit is nie korrek nie [Disculpe señor Reino, pero no puedo aceptar todos estos regalos, no es correcto]── habló devolviendo el montón de bolsas que habían dejado en su habitación.

──Why?  If it is for the price, please know that it costs nothing to give something to a person as special as you──.

El joven sonrió por lo que había dicho mientras miraba su celular. Levantó la vista para verlo a los ojos.

──Nee, nee, nee, dit is nie dit nie, dit gee net 'n slegte beeld van my [No, no, no, no es eso, simplemente da una mala imagen de mi persona]── dijo sacando un par de pelusas del saco de su contrario.

──But...── estaba confundido.

──Genoeg Mr. Kingdom [Suficiente Reino]── acarició con suavidad el rostro del nombrado.

Sudáfrica se acercó para besar la mejilla del otro un par de segundos y terminar de despedirse. En cuanto al europeo, que había quedado más que embodado total, solo pudo ver como el hermoso joven se perdía en los pasillos de la agencia de moda.

Apretó las bolsas que le habían dejado y ese nuevo regalo que planeaba darle, aplastando -accidentalmente- la caja de bombones.

──Dammit── soltó tratando de arreglarla.

Caminó con todas las cosas hasta su auto y las acomodó perfectamente en el baúl. Luego de cerrar con fuerza se fue al asiento del conductor. Golpeteaba con sus dedos, desesperado, pensando alguna forma de captar la atención del otro... era tan difícil.

──No gifts, no gifts, no more gifts── se repetía tratando de hacerse entrar en la cabeza que el joven no los iba a aceptar nunca.

──Ugh it's very complicated!── gruñó estresado.

Bien, si no aceptaba sus regalos, podría invitarlo a salir.

──That's right!── chasqueó sus dedos.

Podría invitarlo a algún restaurante alejado de la ciudad y lo mejor es que ya lo tenía en mente. No podía evitar tener una sonrisa.

Tenía que reservar con anticipación la mesa, la mejor de todas por supuesto, además, el lugar era perfecto para que el sudafricano se luciera utilizando alguna de sus prendas de diseñador que tanto modelaba y que a leguas, se notaba que amaba.

Paró en un semáforo y miró, mientras esperaba, la vidrieras de su alrededor. Dio la casualidad que entre ellas había una confitería, en donde se podía ver a una señora de mayor edad preparando chocolates en rama.

El europeo era fanático de ese tipo de cosas y le encantaban los dulces. Mientras otros se relajaban fumando o tomándose hasta la última gota de alcohol que había sobre la faz de la tierra, él comía chocolates. Y si disfrutaba tanto de eso, quería suponer que Sudáfrica también.

──Well ... just one more gift── rascó su nuca.

Actuando bajo la excusa de "rompí la caja de bombones horas atrás" estacionó su vehículo y bajó a comprar todo lo que se cruce por su camino.

☆ Sudáfrica sabe Inglés -suele exagerarlo un poco- pero prefiere hablar alguna de sus lenguas.

Espero que lo hayan disfrutado, voten y comenten.