Capítulo 01: Forget

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Taehyung era consiente que sus decisiones lo estaban llevando a un precipicio y que, básicamente, se estaba arruinando la vida a una edad demasiado corta. Tampoco es que tuviera que pensarlo mucho, pues la mayoría de las personas cercanas a él o que le tenían al menos un mínimo de afecto ya se habían dado cuenta de su estado y se lo habían hecho saber. Algunos de forma suave, otros a los gritos y uno que otro dando golpes de realidad que bordeaban lo burdo, mas todo había sido en vano.

Él estaba convencido de que se encontraba atrapado en esta triste realidad y que, probablemente, nunca tendría la fuerza para salir de ella.

Y mucho tiene que ver el hecho de que él tampoco tenía la predisposición de cambiar el rumbo a la que estaba llevando su vida. Quizás porque de alguna u otra forma le gustaba, quizás porque estaba acostumbrado a eso o quizás porque era egoísta y le gustaba evadir sus responsabilidades y realidad.

La verdad es que Taehyung no lo sabía, él simplemente se seguía manteniendo ahí. Esos segundos de éxtasis siendo la perdición para él, algo sublime que lo elevaba y transportaba a una realidad donde prefería estar mil veces antes de tener que enfrentar la realidad, siendo completamente adictivo.

Porque Taehyung es un adicto.

Estaba tan consumido en ese submundo al que había entrado por voluntad propia, que apenas podía recordar cómo era la sensación de mantenerse limpio, cuerdo y en sus cinco sentidos.

Tampoco es que quisiera volver a como era antes. No lo quitaba el sueño el dejar todo de lado y comenzar a llevar un estilo de vida más sano, sin embargo, había días en los que se mentalizaba en intentar hacer un cambio.

Claramente fallando en cada una de esas oportunidades.

Taehyung era un amante de las sensaciones. Adoraba el tacto humano, el sentimiento de un abrazo sincero, un beso con amor, la belleza de una fotografía o la armonía de una canción. Sus amigos suelen decirle que es bastante único -por no decir extraño- y que tiene una mente bastante abstracta, pero a él no le gustaba que le dijeran así. Él prefería el término romántico.

Y, aunque Kim Taehyung sea un amante de las sensaciones, el tacto y la música, la verdad es que detestaba los lugares muy aglomerados, y, por ende, las fiestas. No obstante, para su muy mala suerte, esos lugares son donde usualmente se encuentran la mayor cantidad de estupefacientes y otras sustancias ilícitas que él disfruta consumir. Además, el final de las vacaciones de verano se encontraba a la vuelta de la esquina, lo que significaba que las invitaciones a fiestas aumentaban exponencialmente y él, como buen consumidor y persona social que era, debía de asistir a todas.

La música hacía retumbar las paredes de la casa al punto de entorpecer sus sentidos. Veía todo en cámara lenta, además de sentirse absolutamente sofocado por la cantidad de personas a su alrededor. Los cuerpos chocaban con él empujándolo sin siquiera darse cuenta, pues pasaban como si nada hubiese pasado.

Tiró su cabello hacia atrás, mezclándolo con la fina capa de sudor que se formaba en su frente por el ambiente y soltó un poco de aire por su boca, intentando dar con alguna cara conocida entre el gentío. Minutos después de deambular por la casa de Yeri, consiguiendo entre eso un vaso servido con algún licor color transparente, se encontró con Hoseok.

Caminó hasta él dándole un trago largo a su vaso y se puso a su lado. En el lugar donde se encontraban, la música no era tan ensordecedora. Sí se escuchaba, pero por lo menos te permitía mantener una conversación sin verte en la necesidad de gritar.

—No sabía que vendrías —comentó Taehyung antes de darle otro sorbo a su vaso.

—Yeri me invitó. La verdad es que no iba a venir, pues ya terminé mi condena escolar, pero sabía que vendrías y no quería dejarte solo —una amplia sonrisa se formó en sus labios, provocando que Taehyung frunciera sus cejas y bufara.

Éxtasis // VMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora