Capítulo 9 "4 Día"

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Domingo 12 de Agosto 12:45 a.m. Día 4.

Las lágrimas recorrían mis mejillas, no podía creerlo, simplemente no podía, había sido tan bueno conmigo, ahora su cuerpo estaba en el suelo, con una herida de bala en su estómago; sabía que había muerto, por más que intenté detener la sangre con mis manos no pude, pero ahora mis manos estaban con su sangre, otra vez, iban a culparme de homicidio.

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Domigo 12 de Agosto 10:00 a.m. Día 4.

Ya me había acostumbrado a despertar sudada, agitada y con miedo: todas las noches eran de pesadillas, todos los días despertaba así, ya no me importaba; quería descubrir el misterio de dónde estaba Henry, siento que me estaba preocupando demás, pero no podía evitarlo, de alguna manera se había convertido en un amigo.

Ni tú te lo crees.

Me había costado mucho dormir, en primer lugar porque estaba preocupada por lo que le había pasado a Henry, en segunda mi pesadilla había cambiado, mi mente combinó los recuerdos que me hizo el neurólogo con la desaparición de Henry, yo mataba a Henry, ya no podía con ésto, era mucho para mi pobre ser. 

Incluso ahora despierta, la imagen de la habitación destrozada de Henry acosaba mi mente, también había registrado otras partes, con lo que había encontrado no sabía si debía preocuparme por mí o por Henry. Buscando indicios registré un cajón de la biblioteca privada que estaba en esa mansión, yo con una biblioteca así soy feliz, bien, en fin, ese cajón tenía por lo menos unas cuatro fotos mías.

No sabía si temer por mí, porque ni siquiera yo tenía esas fotos; o temer por Henry, porque algo me dice que tener esas fotos no dicen que él sea muy normal.

Yo no me quejo.

Dejando ese raro tema, hoy, otra vez tenía que ir al neurólogo, no quería volver a pasar por ese dolor, por más que me hicera recordar: me niego a someterme a ese dolor, no necesito recuperar esos recuerdos, hoy también Dante tendrá las pruebas de que esa no es el arma homicida; bueno, espero que no sea el arma, pues está la mínima posiblidad de que sí sea el arma con que mataron a Ethan y, como tiene mis huellas, no tengo muchas salidas para ser inocente.

Sin embargo, pensándolo bien, es hora de que sea madura: puede que la prueba que me de Dante no sea suficiente, así que debo someterme a ese dolor, todo sea por probar mi inocencia.

La primera vez que fui a ese lugar mamá me acompañó, pero ahora decidí ir sola. Antonella e Iván me esperaban abajo, eso era bueno: Dante no estaba seguramente por buscar las pruebas o presentárselas a alguien, no sé, no conozco cómo se lleva una investigación policial, menos de homicidio; me esposaron y me metieron a la patrulla, ya me estaba acostumbrando.

Llegamos al mismo lugar de siempre, entramos donde el neurólogo, me daba miedo que Antonella siempre fuera la que entrará conmigo, su actitud es escalofriante, incluso me atrevo a decir que es más fría que Zaida y ella ya demostró no tener ni sentimientos ni empatía.

-¿Lista?- me preguntó el neurólogo, claro que no estoy lista, tan solo de recordar el dolor me duele, no quiero sentir esa sensación, sólo debo repetirme que es por probar mi inocencia. 

-No me siento lista, pero es el precio que estoy dispuesta a pagar para poder probar que soy inocente- respondí.

Me recosté en la camilla, me sentía nerviosa. 

-Lo haremos con pausas para que el dolor no sea tan grande, cada vez que recuerdes algo debes avisarme, así paro la máquina para que puedas contarme a mí y a la oficial qué viste o recordaste- me explico él.

15 diasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora