Capítulo 14 "Día 8"

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Jueves 16 de Agosto 09:30 a.m. Día 8.

///El sudor corría por mi frente, estaba tropezando con cada rama había en el suelo, pero por más que caía, no tenía miedo, ya no podía tenerlo, sólo tenía el instinto de supervivencia, era fuerte, miedo... ya no conocía esa palabra.

Henry corría detrás de mi con un cuchillo, debía correr, él no me mataría, no había pasado por todo este sufrimiento para que acabaran con mi vida, el bosque era tenebroso, pero tantas veces lo había cruzado que lo recibía como un viejo amigo, las sombras sólo eran sombras, ya no eran figuras terroríficas, sólo sombras.

Henry me alcanzó, lo miré a los ojos, esos ojos cafés que en algún momento pude querer, pero al ser él el asesino, sólo veía unos ojos vacíos, sedientos de sangre y para mi desgracia esos malditos ojos serían los últimos que vería antes de morir///


No desperté asustada, no desperté agitada, sólo desperté. Estaba acostumbrada a las pesadillas, ya no me causaban miedo, ya no podía sorprenderme con los tenebrosos inventos que creaba mi mente para aterrarme, pues solamente eran eso, inventos, capaz que alguno sea un recuerdo perdido vagando en mi mente, haciéndose mostrar por medio de pesadillas, pero ya no me importa.

Hoy amanecí con ganas de rendirme, con ganas de dejar de luchar por mi inocencia, pues siento que cada vez que descubro una verdad, me salen tres mentiras y misterios más que debo descubrir; estoy sola, la única persona en la que pude llegar a confiar, resultó ser un acosador que estaba de una manera rara "enamorado" de mí, si ni siquiera podía confiar en quien creía mi compañero ¿En quién confiaré? Respuesta fácil: en nadie, no confiaré en nadie.

Si antes tenía la sensación de que era observada por culpa de saber que el homicida me vigilaba, ahora me sentía el doble de observada, pues Henry igual podía estar vigilándome, cuando mis padres se iban, yo empezaba con mi rutina de paranoia, cerrar ventanas, puertas y cortinas, también me encerré en mi habitación y con miedo a que hubiera cámaras en ella, me tape con una manta.

Ya me la traumaron.

Miércoles 15 de Agosto 10:50 a.m. Día 8.

Había pasado por lo menos una hora escondida, pero era hora de salir al mundo exterior, bueno en realidad era hora de salir de mi habitación y vagar por mi casa, pues no podía ir al exterior. No quería abrir las ventanas, pero el calor pudo conmigo, así que me vi obligada a abrirlas, pero dejé las puertas y cortinas cerradas, aún que tener las cortinas cerradas no servía de mucho, algo es algo.

Ya no me sentía segura ni en mi propia casa, eso ya era un punto extremo, el único lugar donde me había sentido segura estos días, fue estando en los brazos de Henry, pero sé que ya no me sentiría segura con él, ya no más.

A quién busco engañar, sé que si necesitara sentirme segura llamaría a Henry, pues después de todo, de alguna manera, sus brazos siguen siendo mi zona de seguridad, una maldita zona de seguridad.

Hoy tenía que ir a ver al neurólogo, nuevamente tenía que ponerme esa máquina que causa los peores dolores del mundo, pero ya no me importa el dolor, ¿Qué es el dolor comparado con la muerte? Pues Diana, Ethan y Dante han muerto, pero ellos murieron, en cambio yo sólo voy a tener que soportar el dolor para recuperar fragmentos de mi memoria, ya no me importa recuperar la memoria. No me importa nada.

Quiero despertar un día y decir "Ya todo acabó". Había olvidado lo que es la paz, lo que es caminar segura sin sentir que te vigilan, olvidé cómo es el mundo de afuera en el día, sólo en ocho días y he olvidado cómo era mi vida antes de todo, pero mi vida antes era una completa mentira: amigos falsos, mentiras y secretos; si comparo el antes con el después, son iguales, sólo que una tenía una capa que no me permitía ver la realidad, ahora esa capa ya no está- Lo prefiero así, prefiero sufrir ante la verdad que sufrir ante la mentira.

15 diasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora