Wattpad me borró el capítulo :c
Disfruten de su lectura ❤️El cabo se detiene a hablar con alguien, un hombre alto y de cabellera rubia que cubre un poco de sus ojos. Espero cerca de ellos, incómodamente mirando al cielo para buscar algo interesante con que entretenerme.
Otros cadetes están desempacando, corriendo de aquí a allá y mirando con apatía el castillo. Tal vez se pueda ver acogedor una vez que empecemos a vivir allí.
El hombre rubio se va. Aprovecho mi oportunidad para dirigirme al de ojos olivo, cien porciento determinada. Preparé un pequeño discurso en mi mente. Admito que me da algo de miedo acercarme después de ver la paliza que le metió a Eren, pero deberé convivir con él eventualmente.
— ¡Disculpe! — le llamo.
Se gira a verme, de enseguida me siento intimidada por su mirada, sus ojos parecen no tener alma. Ahora que lo recuerdo, tampoco hubo emoción alguna reflejada en ellos en Trost.
— ¿Qué? — creo que me quedé en un pequeño trance.
— ¡Ah! Gracias. — sonrío con torpeza — Por salvarme. Soy la chica a la que se le atoró el equipo.
— Bien, no moriste.
Que grosero. — No, no, estoy completamente viva. O todos estamos muertos — traté de aligerar el ambiente, obviamente no funcionó — ¡En fin! Cuando me salvó... me inspiró mucho. Quiero darle las gracias por eso también.
— Si tu equipo no se atora nuevamente, será suficiente agradecimiento. ¿Tu nombre, cadete?
— TN.
— TN, cuando termines de instalarte debemos limpiar. No pierdas tiempo.
No era broma lo que escuché...
— Sí, cabo, gracias.
Fui por mis maletas, a ver qué cuarto me tocaba y en qué sección –ya que está dividido en dormitorios femeninos y masculinos–. Compartía cuarto con Christa, pero Ymir me lo cambió, así que ahora comparto con Sasha. Mikasa está en la habitación de la derecha.
Si me hubieran dicho que pasaría mis primeros días como soldado oficial limpiando, no habría optado por la legión del reconocimiento.
Me encontraba barriendo sin mucho ánimo –jamás me gustó hacer el aseo– una de las áreas comunales del primer piso. Creo que aquí serán las oficinas o almacenes, no lo sé bien. Me di un descanso, recárgandome en una de las paredes de piedras.
Escucho una puerta cerrarse tras otra. Quizá es alguien más limpiando, me decía, para tranquilizarme, aunque no funcionó. Me asomé con discreción entre las cajas, y pude ver a Berthold saliendo de uno de los cuartos vacíos, se veía nervioso.
— ¿Te perdiste? — pregunto, saliendo de mi escondite. Se lleva una mano al corazón, saltando por el susto — Aquí no hay nada.
— A-Ah... sí, eso creo.
— ¿Qué buscabas?
— Uhm... Reiner me dijo que llevara otra escoba, pero no encontré y vine aquí, pensé que tendrían alguna de sobra.
— Se las acaban de llevar. Ven, te digo dónde.
Lo llevo por los silenciosos pasillos hasta donde se guardan las herramientas de limpieza. Literalmente puedo sentir su nerviosismo irradiar de su cuerpo.
— Son... — musita, rascando la parte trasera de su cuello — son muy estrictos con la limpieza, ¿verdad?
— Sí. No creo que terminemos hoy.
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No te enamores (EDICIÓN)
FanficViviendo entre lujos y clase, TN debe unirse a la policía militar para mantener la reputación y deseos de su familia; sin un sueño, está destinada a cumplir con los caprichos de los demás hasta encontrar algo, o alguien que le importe. En medio del...