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Dedicado a: YamiArlertackerman31

En lo que se atendía el caso de Eren, los demás cadetes solo nos quedamos a esperar alguna orden. Era nuestro momento de descansar de la pelea, pero debíamos volver en algún momento.

— ¡A-Agh! — Sasha se queja, encorvándos — ¡Mi estómago... duele mucho! ¡Agh! No creo que pueda seguir peleando...

— ¡A-Ah, mi cabeza! — exclama Daz — ¡Tampoco creo poder seguir!

— ¡Ya deténgase! — reclama Marco — TN, ayúdame.

— ¿Te doy unas tabletas para la indigestión, Sasha?

— Um, no, gracias. — se levanta — Estoy bien.

Miro al rubio de reojo, quien también deja su acto de falso dolor.

— Yo creo que podremos lograrlo — dice pequitas —. Seguiremos peleando, pero al final del día podremos volver y elegir facción.

— ¿Aún quieres servirle al Rey?

— Sí — asiente, dibujando una tierna sonrisa —, después de esto, solo me emociona más.

— Que suerte tienen — nuestro compañero exhala, estirando sus brazos —, ustedes pueden elegir la policía militar.

Escuchamos algo así como cañones. El trío EMA está por allá, en realidad no sé que está pasando.

Lo averigué después; nuestra misión era tapar el gran hoyo que el colosal había causado. Mientras Eren en su forma titánica carga la roca que se usará como puerta, nosotros tenemos que despejar su camino.

Actualmente, al haberme separado de mi grupo por accidente, uno de los cables de mi equipo se atora en el la pared de una casa.

Hay demasiados titanes. O tal vez no, tal vez son los mismos de siempre, pero la desesperación hace que mis sentidos se vuelvan torpes.

Ni siquiera puedo sacar las espadas, parecen estar atoradas. Probablemente fue porque anteriormente me había estrellado y eso averió el EDM3D.

No hay nadie que venga a salvarme. Voy a morir aquí si no me encuentran.

Hay un titán que me logra verme, y viene en mi dirección. ¿Por qué ahora, si sobreviví antes?

Ni siquiera sé dónde están mis amigos.  

Antes de que me tome, algo impacta en su nuca y cae al suelo, hace que todo retumbe y por ende me hace perder el equilibrio. Cae frente a mí, pero no logra aplastarme.

Al subir mi vista, hay un soldado subido en el ahora fallecido titán. Lo que más llama mi atención son sus ojos grises, tan hipnotizantes y bellos, no los olvidaría, fue él al que vi en las líneas de entrada ese día en los distritos.

— Si te hubieras quedado más tiempo serías comida de titanes — espeta, casi con disgusto. Comienza a alejarse a uno de los edificios — Oye — voltea a verme —, no te quedes ahí. 

— E-Es que mi equipo...

— Pensé que tendrías algún deseo suicida — murmura — Quítatelo.

No te enamores (EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora