La adolescencia apesta.
Park JiMin era un adolescente del montón. Disfrutaba comer comida chatarra, escuchar música triste a alto volumen, mirar películas de terror, usar el sarcasmo y desvelarse por ver algún anime en Internet. Lo único que lo dife...
Mención de relaciones y posiciones sexuales ya que el sexo (consentido, por supuesto) es normal y no debería ser un tema tabú.
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(pd: dale a la estrella persona bonita o jungkook ya no actualiza en twitter)
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"Buenos días, Minie. ¿Quieres desayunar hotcakes? Voy a cocinar."
JiMin parpadeó un par de veces, respirando gravemente por la nariz y balbuceando una palabra que YooRim no comprendió desde su ubicación, por lo que permaneció parada bajo el umbral de la puerta con una forzada sonrisa en lo que su sobrino se desperezaba sobre su cama.
Su noche había sido una tortura. Ni ella ni SeongMin habían conciliado el sueño por estar pensando en la malévola, injusta y egoísta decisión que GyuRi había tomado y que llevaría acabo en cualquier momento. JiHyun era demasiado pequeño y necesitaba a su hermano mayor a su lado, además de que se había acostumbrado a vivir con ellos y, si bien disfrutaba sus estadías con su madre, no era secreto para nadie que prefería estar con sus tíos y hermano.
Habían pasado unas dos horas charlando en voz baja para no despertar al castaño, pensando en cómo harían para explicarle la situación sin que estallara en ira y tristeza. Eso lo destrozaría, lo partiría en mil pedazos y provocaría que su ánimo decayera y su estudio saliera también afectado, por lo que habían llegado a la conclusión de que lo mejor era todavía no contarle. Aguardarían unos días hasta hallar a un destacado abogado y pudieran reclamar la custodia completa de Park JiHyun.
Se habían dormido a eso de las dos y media de la madrugada, por lo que los dos estaban exhaustos y con ganas de echarse a la cama por un par de horas más, pero el deber -trabajo- llamaba. Apenas se habían levantado, se habían encaminado a la cocina y se habían preparado un café cargado para así despabilarse y comenzar la mañana.
"Uh..." JiMin por fin habló, casi que murmurando de manera inaudible. Para su suerte, YooRim contaba con una desarrollada audición que le permitió descifrar su contestación, "... unos hotcakes suenan bien."
"Vale, te dejo prepararte para la escuela mientras cocino." Respondió aliviada. Si a él no se le apetecían esos hotcakes, entonces tendría que prepararle otro desayuno ya que sino su sobrino se cogería una manzana del canasto, y la manzana no lo saciaría hasta la hora del almuerzo. "Todavía es temprano, no te preocupes. Tómate tu tiempo."
"Eh... gracias."
YooRim asintió antes de irse, cerrando la puerta con suavidad y dejándolo solo y confundido en su habitación con un silencioso mañanero. Eso había sido extraño, demasiado extraño e inusual.
¿Desde cuándo su tía le cocinaba? Es decir, usualmente era SeongMin quien se encargaba de ello ya que la mujer detestaba tocar la cocina para algo que no fuera abrir la nevera o hacerse un té. Sospechaba que algo había ocurrido, ¿pero qué podría ser ese algo? ¿Alguna mala noticia, quizás?
