La adolescencia apesta.
Park JiMin era un adolescente del montón. Disfrutaba comer comida chatarra, escuchar música triste a alto volumen, mirar películas de terror, usar el sarcasmo y desvelarse por ver algún anime en Internet. Lo único que lo dife...
Lenguaje explícito y violento (insultos y amenazas).
Si les gusta el capítulo, ¿pueden darle a la estrellita? Ya no molesto más, espero que disfruten la lectura >.<
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"Atención, estudiantes, por favor dejen de lado las actividades que están desarrollando, tengo un anuncio importante."
JiMin elevó su mirada de su teléfono móvil cuando la voz del director resonó en los altavoces de los corredores, indicando que tenía algo que decir y, por su tono de enfado, no sonaba muy alegre sino algo cabreado. Muy de vez en cuando el hombre ocupaba los parlantes colocados en diferentes puntos de la escuela, sólo para comunicar situaciones de real relevancia o urgencia, entonces era extraño.
Los alumnos a su alrededor comenzaron a cuchillear entre ellos, creando así un murmullo que se extendió a lo largo de los pasillos. Algunos lucían preocupados porque temían que avisara una amenaza de bomba (como había sucedido el segundo día de clases), otros curiosos por saber qué era tan destacable y otros simplemente irritados por oír la tediosa voz del adulto al mando.
A lo lejos, TaeHyung se acercó casi que trotando con una cara de espanto que le arrancó una baja carcajada a JiMin. Su amigo llegó hasta él y casi se abalanzó hacia su cuerpo para abrazarlo. Lucía exhausto. Traía unas ojeras un poco marcadas y el rostro algo hinchado, lo que le hacía suponer que se había desvelado anoche por -seguramente-haberse quedado mirando alguna película estadounidense, de esas que era fanático.
"¿No has dormido...?"
"Shhh." TaeHyung le calló y le abrazó por los hombros, alzando un dedo al aire, atento a lo que el director diría a continuación.
JiMin detestaba que lo callaran.
Hablaba un montón desde siempre, ya sabía que era una cotorra que parloteaba como si no hubiera un mañana por horas y horas, y que lo callaran era un poco molesto. No charlaba porque quisiera fastidiar al resto, sino que así era su personalidad. Le era sencillo encontrar un tema de conversación y consideraba que hablar sin agotarse era una extraña cualidad.
Retuvo su reclamo en su boca y permaneció en silencio para escuchar. Esperaba que fuera algo de real valor y no alguna idiotez porque JiMin tenía unas inmensas ganas de escapar a la biblioteca para buscar algún libro y así entretenerse en la hora de biología.
"El equipo directivo ha descubierto una frase un poco... extravagante y fuera de lugar en los baños de los varones. Está escrita en aerosol y por lo que se ve, es de hoy. El conserje ha asegurado que ayer no estaba y que había sido un alumno quien trajo la pintura y pintó las puertas como un vándalo."
TaeHyung miró a JiMin con el ceño fruncido al procesar la información y éste le devolvió la mirada pero divertido ante la situación.
"¿Qué crees que dice?" Oyeron preguntar a una chica a unos cuantos centímetros desde donde estaban. Había un grupo de muchachas en ronda susurrándose entre sí con rostros de sorpresa e intriga. Sus uniformes bien planchado y sus faldas siendo lo suficientemente largas como lo indicaba el estúpido Acuerdo del demonio.
