Narra Emma
Estaba un poco desesperada por encontrar a Sebastian, porque cuando le da con ser problemático, lo consigue y hasta premios gana. Además, me sentía un poco incómoda con estos gorilas a cada lado mío, o sea Amador y Jared. Son tan grandes que parecen torres y a mí no me gusta sentirme tan enana. Añadiendo, Amador seguía tirándome miraditas por el rabillo del ojo y eso hacia que hasta mis manos sudaran... ¡Por favor, aparece Sebastian!
- ¿Por qué tan callados? - nos preguntó Jared y Amador se sobresaltó un poco, porque por poco lo cacha mirándome, o eso creo.
- No sé de qué hablar. - dijo Amador encogiéndose de hombros para restarle importancia.
- Yo simplemente estaba pensando. - la verdad.
- ¿En qué? - preguntó Jared y ambos me miraron con curiosidad.
- En que estoy preocupada por Sebastian. - respondí rápido.
Sé que no dije toda la información, pero ocultar no es mentir.
- ¡¿Tú también tienes algo que decir?! ¿Porqué no vienes y me lo dices en la cara? ¡Eh! - ahí encontramos a Sebastian tratando de iniciar una pelea con no sé quién.
- Amigo, yo no vine a buscar pelea. - dijo el muchacho tratando de evitar una pelea. Entonces, Amador se interpuso entre ambos y empecé a hacer retroceder a Sebastian.
- ¡Maldito cobarde de mierda! - le gritó Sebastian al chico y este se volteó.
- ¿Qué dijistes? - le preguntó enojado el chico, ¿no y que no buscaba pelea?
- Que eres un... - Jared no le permitió terminar al taparle la boca y Sebastian empezó a forcejear para soltarse de los agarres de ambos.
- No dijo nada, solo está borracho. - lo defendió Amador y el chico se volvió a voltear.
Idiota. Ambos. Mi hermano y el otro creído desconocido, ¿pelear con un borracho? Original, pero con el borracho de mi hermano en específico... Digamos que sería mínimo un coma o muerte.
De momento, Sebastian empezó a agitarse demasiado y a forcejear, hasta que logró soltarse y corrió hasta donde estaba Meghan con un chico bastante guapo, que asumo era el cantinero, y desde acá parecía que se iban a besar por la cercanía.
- ¡Sebastian, no lo hagas! - fue lo único que logré decir antes de que Sebastian le pegara un puño al cantinero y este cayera al suelo.
En ese mismo momento fue que pude llegar para agacharme, ser sostenida por mis rodillas y empezar a inhalar y exhalar por el cansancio de correr para alcanzar a Sebastian. Los chicos en cambio caminan con lentitud hasta acá.
- ¿Pero qué carajos te pasa? ¿O sea cuántos putos tornillos se te han zafado, demente? - le grito Meghan histérica.
- ¿Demente yo? Mira quién habla de dementes, la líder. ¿Y qué carajos me pasa? Nada. ¡No me pasa nada! - le contestó Sebastian de la misma manera, bueno tal vez peor aún.
- ¡Puto desagradecido! Más que vinimos a buscarte, porque estábamos preocupados, sobre todo la pobre de Emma, ¿vienes con estas idioteces y ni siquiera te excusas? ¡Cada vez me tienes más harta, no te soporto! ¿Y qué tenía que ver el cantinero con tus rabietas, ah? Más vale que te disculpes. - siguió gritando y terminó con voz autoritaria.
- ¿Desagradecido y luego disculparme? ¿Yo? ¿¡Sebastian Vincent disculparse con una mierda como esta de cantinero!? Nunca. Es más, tú debes ofrecerme las gracias por salvarte de semejante porquería de, si se le puede llamar, hombre.
- Mucho más hombre que tú es. - sentenció Meghan, todavía ambos gritándose, antes de que el cantinero se levantará de la nada y le metiera un buen puñetazo a Sebastian. Normalmente ni se hubiese movido, pero el alcohol no nos permite usar adecuadamente nuestros poderes, y él que lo ha tomado en exceso, cayó sobre la pared.
Otro idiota. ¿Perder el tiempo pegándole a un borracho? Todos son iguales, pienso antes de voltear los ojos en modo de cansancio.
Ahora que miro a mi alrededor, no lo habia notado, pero habían un círculo rodeandonos. Presentados.
- Es mejor ya irnos. - me acerque para avisarle a Amador, para que él le dijera a Jared y entre ambos, alejaron a Sebastian, llevandoselo casi cargado.
- ¿Nos vamos? - le pregunte a Meghan y ella asintió, se le veía un poco preocupada.
Llamamos a los demás, nos encontramos en la entrada, entonces nos montanos en el coche de Jared y ahora estamos de camino para dejar a Amador en su casa. En este carro estamos Meghan, Sebastian; quien está dormido sobre la falda de Meghan y esta dormida recostada de la ventana al lado de la puerta, debo admitir que se ven un poco adorables, así que tomo una foto que por poco los levanta, pero aún estoy a salvo. Volviendo al tema, estamos Meghan, Sebastian, Jared, Amador y yo en el coche de Jared. Los demás se fueron en el coche de Kennet.
- Gracias por traerme. - dijo Amador con un saludo militar antes de salir del coche y darme una mirada como para tranquilizarme. - Me avisan si llegan a necesitar alguna otra ayuda.
- No te preocupes, gracias por todo. - dije con mirada agradecida y una pequeña sonrisa.
- Cuando sea. - con eso último dicho se fue, yo me moví para el asiento del copiloto y lo observe hasta que entro a su casa.
- ¿Ahora a dónde? - me preguntó Jared y se le notaba cansado.
- Creo que lo mejor sería casa, pero tendrás que ayudarme con Sebastian.
- A casa de los Vincent será. - dijo tratando de simular una sonrisa que pareció más una mueca y puso el coche en marcha.
Uf. Que larga noche y aún no acaba. Maldita sea, Sebastian, ¿cuál fue el problema esta vez? Tú solo bebes tanto en ocasiones especiales o cuando tienes algún gran problema... Ojalá fueras comunicativo.
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• Amador Lawrence en multimedia
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Si las reglas se pueden romper, ¿por qué no las treguas?
Ficção Adolescente*EN PROCESO DE EDICIÓN* - Primero que nada, suéltame. - le ordeno levemente enojada y él me hace caso. - Segundo, no hay nada de qué hablar. - digo volteándome hacia él con los brazos cruzados. - Sí lo hay. No nos podemos seguir ignorando de por vid...