Capítulo 17: ¡Feliz Cumpleaños! - Parte 3

2.8K 189 13
                                    

Narra Meghan

- Así que otra vez a solas... - digo en voz baja, pero Sebastián me escucha y asiente con la cabeza.

Se rasca la nuca un poco incómodo y hace un ademán con la mano para que empiece a caminar frente a él, pero unos segundos después me alcanza y solo caminamos en silencio hasta sentarnos en una de las bancas frente al carrusel.

Nos quedamos mirando a los pequeños riendo con sus padres, disfrutando del carrusel, hasta que él habla.

- Basta. Esto es demasiado silencio, incluso para mí, sé que tú debes estar a punto de morir. - dice antes de resoplar y luego ambos reírnos levemente.

- ¿Estás queriendo decir que hablo mucho? - le digo entre cerrando los ojos, mientras él cruza una de sus piernas al otro lado de la banca, logrando estar con una pierna a cada lado de la banca y poniendo su atención completamente en mí.

- ¿Has jugado a las 21 preguntas? - dice acercándose un poco con una sonrisa burlona e ignorando mi pregunta.

- Sí... - respondo insegura mirándolo con curiosidad.

- Vamos a jugar. - dice mirándome con diversión y desafiante.

- No esta mal, pero tengo dos condiciones. - digo del mismo modo.

- Vale. - dice poniendo los ojos en blanco.

- Primera, nada de preguntas muy personales ni cochinas. Segunda, solo 5 preguntas. - digo enumerando con los dedos y él resopla.

- Vale, empiezo. ¿Tienes algún tatuaje? - pregunta y sus ojos toman un brillo de curiosidad.

- Sí. ¿Te gustaría tener un hermano? - cuando respondo se sorprende un poco y luego, piensa su respuesta.

- Sí, ¿por qué no? - dice restándole importancia al asunto.

- ¿Cuenta cómo una de tus preguntas? - pregunto con una sonrisa juguetona.

- No. ¿Te gustaría ser humana? - pregunta serio.

- No, estoy conforme con lo que soy. ¿Extrañas a alguien? - digo segura al principio.

- Sí. ¿Perros o gatos? - dice con la mirada perdida, pero luego cambia el tema, y noto que es porque no quiere hablar de ello.

- Perros, aunque supuestamente sean el mejor amigo del hombre. - digo con una sonrisa.

- ¿Hay algo de malo con eso? No, espera, es tu turno y no cuenta la pregunta que acabo de hacer. - dice y lamento no haber contestado a tiempo, si no, era una pregunta menos.

- ¿Blanco o negro? - pregunto pretendiendo estar seria.

- Negro, es tan obvio como si preguntarás "¿vampiros o lobos?"... La contestación es vampiros. - cuando dice lo primero, lo miro dudosa y por eso continúa volteando los ojos.

- Ya, vale, solo pregunta y no me trates como bruta. - digo un poco disgustada.

- No me percaté... ¿Kennet o Quevin? - al principio noto que lo lamenta, pero al preguntar, en su cara aparece una sonrisa malvada y yo lo maldigo.

- No puedo. - contesto sinceramente.

- Tienes que contestar. Al menos, ¿con quién te hubiese gustado estar de pareja hoy?

- Kennet. - digo firme, no me gustaría estar escuchando a Quevin todo el tiempo con que "quería estar con Leilany".

- Esa fue una contestación rápida. - dice riendo levemente y un poco sorprendido.

- Lo sé. Ahora, ¿moto o auto? - pregunto como mismo él lo hizo con la última pregunta y él pretende mirarme con horror.

- Eres un ser vil, pero últimamente me he estado enamorando más y más de mi precioso auto, así que auto, pero solo el mío. - contesta como si estuviese narrando una telenovela mexicana.

- Melodramático. - digo riendo y él me mira ofendido, pero luego me acompaña.

- Bueno, basta otra vez, mi última pregunta... ¿Cuántos novios has tenido antes? - dice intentando parar de reír, pero luego me mira ansioso por la respuesta.

- No contestaré esa pregunta, es muy personal. ¿Hace cuánto no te montas en un carrusel? - pregunto con la misma emoción que tenía cuando era pequeña.

- No contestaré esa pregunta, es muy personal. - responde intentando imitar mi voz, cruzando los brazos sobre su pecho y mirando hacia su lado izquierdo.

- No empieces... ¡Espera! ¿Nunca te has montado en un carrusel? - dije con burla.

- Esa ya es tu segunda pregunta corrido, no se vale, me... - empieza a decir, pero lo interrumpo al tomarlo por la muñeca y encaminarnos hacia la fila para entrar al carrusel.

- No subiré a esa cosa. - dice decidido cuando ya es nuestro turno de entrar.

- ¡No seas bebé, vive un poco! - digo seria a modo de regaño.

- Señor, hay más personas esperando. Si no va a entrar, por favor salga de la fila. - le dice el encargado del carrusel y Sebastián lo mira mal.

- No se preocupe, señor. - le digo al encargado con una sonrisa, antes de empujar a Sebastián hacia uno de los asientos del carrusel, porque sé que no querrá montarse sobre un caballo.

El suelta un búfido y yo me carcajeo bajito, antes de sentarme a su lado.

Al principio, se nota su desprecio hacia el carrusel y la vergüenza de estar en "una machina para pequeños" (sí, lo dijo), pero poco a poco, empezó a disfrutarla.

- Bueno, ya te complací con lo del carrusel, así que ahora acompañame. - dice, pero no me deja ni responder, toma mi muñeca y nos encamina a no sé donde.

De momento, para en el mismo medio de entre la gente y yo lo miro confundida.

- Solo espera unos segundos. - dice con su vista fija en el cielo.

Exactamente unos segundos después, se escucha algo que no logro descifrar desde unos megafonos por todo el parque y unas cuantas luces se apagan. La gente empieza a amontonarse por todo el centro del parque de atracciones y de la nada, el oscuro cielo con pocas estrellas a la vista empieza a cobrar vida por montones de fuegos artificiales. Mis ojos se iluminaron por la sorpresa y la emoción, y cuando lanzaba pequeñas vistas de reojo hacia Sebastián, andaba igual, lo cual me hizo sonreír.

No nos hablamos ni nos miramos para estar completamente atentos a los fuegos artificiales.

Cuando acaban, las luces apagadas empiezan a prender y la gente empieza a dispersarse, volteó a verlo un poco nerviosa, él tiene una sonrisa sincera, que me hace sonreír de igual manera, y mientras lo veo a los ojos...

Narra Sebastián

Voltéamos a vernos y no sé por que, pero tengo una sonrisa que no puedo sacar de mi rostro. Creo que tal vez, es porque me siento como no me sentía hace mucho, feliz. Noto a Meghan un poco nerviosa, pero al verme sonríe y empieza a acercarse demasiado rápido. Para de acercarse justo cuando nuestros rostros están peligrosamente cerca, observa mis labios, como yo los de ella, pero escuchamos a alguien y rápidamente se aleja, pero antes de hacerlo, me planta un beso en el cachete.

--------------------------------------------------
* Aquí, la tercera y última parte de este capítulo. Sé que no es tan larga como las últimas partes y capítulos, pero pues, 1) algo es algo, 2) quería dejarlo ahí y 3) los demás no tuvieron partes muy largas tampoco, así que es justo.
* ¡Felicidades a todos sus padres, que también son esposos, tíos, amigos, abuelos y muchas otras cosas más! Que disfruten este día, que esta separado especialmente para ellos, ya sea que esten aquí con ustedes, en sus corazones o, como en mi caso, sean esas hermosas madres que también cumplen con la función de padre. ¡Te quiero mamá! (aunque no leas este mensaje) Pero volviendo al tema, ¡disfruten este día!

Si las reglas se pueden romper, ¿por qué no las treguas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora