CAPÍTULO 4: "Pasado".

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Pov. Bakugou:
Estaba enojado. No, no era enojo, era impotencia, era desesperación, era... Era tristeza. Me era imposible sacar esas ideas y preguntas de mi cabeza. ¿Por qué?, ¿por qué se deja maltratar y humillar de esa forma? Yo tendré un carácter de mierda pero nunca le haría eso.
¡¿POR QUÉ?! No lo comprendo. Ella no merece eso, no merece tener que aguantar a un imbécil como el idiota que tiene de novio.
Carajo... No voy a parar hasta que se dé cuenta, nada ni nadie me va a impedir abrirle los ojos.

Pov. Narradora:
Amara volvió a su casa. Lista para encontrar a su novio en estado de ebriedad y con deseos de una "noche de acción".
—Hasta que llegas.— Su voz hizo enviar escalofríos a su espalda. Cada que bebía, su voz tomaba una forma en la que se escuchaba rasposa y a manera de susurro, como si hiciera un esfuerzo por hablar.
—C-Cariño.
—Cállate y ven.— Dijo tomando camino a la habitación donde dormían.
—Masao, ahora no. No tengo ganas.— Aunque sabía que lo haría igual.
—¿Acaso te pregunté? Dije "ven" y sabes perfectamente que no me gusta que me contra digas o que me desobedezcas.
—... Ya voy.
Al llegar, estaba Masao sentado sobre la cama, esperándola. La vio entrar y se levantó en su dirección, para luego cerrar la puerta y apagar la luz.
—Sé buena chica, no quiero tener que hacerlo por las malas.— Decía mientras colocaba su mano sobre el cierre que el vestido tenía en la parte de atrás, para deslizarlo a un ritmo desesperante y que la hacía temblar.

Tal vez ahora mismo se pregunten: ¿Qué pasó?, ¿por qué está con él? ¿por qué sigue a su lado?
No están "unidos" por amor, sino por un acuerdo que se arregló entre sus padres...
Amara al graduarse de preparatoria, sus padres comenzaron con problemas económicos, lo que los obligó a vender muchas de sus pertenencias y a mudarse a una casa más chica. Meses después, un ex socio de su padre le ofreció que si comprometía a su hija con el suyo, les daría un apoyo considerable económicamente. Y a su madre, importándole poco la felicidad de la castaña, aceptó el "trato".
Desde entonces, Amara vivía con él y "eran pareja".
La de ojos azules se lamentaba casi cada noche y a veces lloraba por la forma en la que sus padres habían preferido el dinero y el poder en lugar de su felicidad.

Volviendo a ellos, Amara ahora estaba acostada y en ropa interior sobre la cama, con Masao sobre ella. Manoseando cada parte de su cuerpo y besando su cuello.
Amara lo único que podía hacer era aguantar y soltar una que otra lágrima.
Pero sabía que no duraría mucho semi vestida, aunque rezaba para que acabara pronto...

En otra parte de la ciudad:
—¿Cómo le habló?— Esta vez, Kirishima se encontraba en casa de Bakugou, el rubio le había pedido que fuera para contarle sobre lo de Amara.
—Le levantó la voz, y luego ella tuvo que pedirle permiso para quedarse.
—Pero si le "concedió" El permiso, ¿por qué se fue antes? La ví llorando.
—Fue porque, le pregunté algo.
—¿Fuiste muy rudo o grosero con tu lenguaje?
—No.
—¿Qué fue lo que le preguntaste?
—Si ese estúpido la golpea.
—¿Cuál fue la respuesta?
—¿Tú qué crees?— Preguntó con una mirada que delataba obviedad.
—... Que sí. Bakugou, ¡no puedes permitir eso!
—¡¿Y quién mierda dijo que lo permitiría?! Si ella no abre los ojos por sí sola, lo haré yo.
—Eso es muy varonil.
—Tks.

Pov. Amara:
Quería, deseaba, imploraba que pronto se cansara de mi y que me dejara en paz. Yo nunca lo quise, y jamás estaría con alguien como él, pero vivo este infierno porque mis padres me vendieron. Sí, ¡me vendieron! prefirieron seguir siendo ricos y poderosos en lugar de mi felicidad... Cuánto me gustaría poder escaparme de aquí e irme para siempre.

Pov. Narradora:
Terminó, la dejó sobre la cama una vez que cumplió sus deseos de "una noche de acción". Ella lloraba en silencio mientras él se acomodaba la ropa.
—Ya terminé, deja de llorar.— Decía fastidiado, era obvio que sabía que lloraba.
—D-Déjame, no quiero verte.
—No me importa lo que quieras o anheles. Y grábate esto.— Se acercó a ella y una vez cara a cara, le dijo con total seguridad.— Tú, eres mía. No importa donde vayas o quién estés.
Dicho esto se retiró y la dejó sola. Llorando como casi cada noche, pero este sería diferente, pues recordó que tenía los números de sus ex compañeros y marcó el primer contacto que vio en el teclado.
—¿H-Hola?
—¿Qué quieres?— Reconoció la voz de inmediato, era él.
—B-Bakugou... Perdón por molestarte, sólo quería hablar con alguien.
—¿Lloraste, no?— Hablaba sin emoción alguna, estaba en su casa y recostado en el sillón.
—N-No.— La libre chica no sabía mentir, pues su tono y/o expresiones siempre la delataban.
—Eres pésima mintiendo.
—¿Quieres... Hablar un rato?
En ese momento, el rubio tuvo una idea, la invitaría a salir. No le importó que al otro día tubiera que ir a trabajar.
—¿Quieres que nos veamos?
—Es muy tarde.
—Ajá, pero conozco un lugar donde es seguro a estas horas. No tengo toda la noche, ¡¿vienes o no?!— Estaba perdiendo su paciencia. La poca que tenía.
Antes de responder, Amara salió con cuidado y sigilo de la habitación y revisó si Masao estaba cerca, o si se encontraba dentro de la casa... No lo vio.
Suspiró con alivio y respondió.
—Sí, estaré ahí.
Se puso sus zapatos, se peinó un poco, volvió a vestirse y se maquilló. Un poco de rubor y brillo labial, tomó un pequeño bolso, guardó lo que siempre se llevaba al ir a calle y se fue...

Jamás dejaré de amarte. [Bakugou x OC].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora