Pov. Narradora:
Llegaron al hogar del rubio. Este planeaba una nueva rutina temporal, pues con alguien del sexo opuesto en su casa y sin un parentesco definido, sería algo incómodo para ambos hacer sus procesos diarios con normalidad.
—Tú dormirás en mi cuarto y yo aquí.— Dijo señalando el sillón.
—Como quieras. Tu casa es muy linda.
—Tks, ajá.
—Veo que tu adoración por la limpieza aún sigue presente.— Mencionaba mirando a su rededor.
—Detesto la suciedad.
—Lo sé.
—Mi cuarto tiene baño, tú usarás ese y yo el de la sala.
—Gracias, por dejar que me quede contigo.
—Ajá, ahora ve allá.— Señaló una puerta cerrada, por lo que Amara dedujo que era su habitación.
Se des maquilló con algunas cosas que encontró en el baño y se quitó los zapatos, se acostó a dormir ya que sin maquillaje, sus ojos se veían algo irritados.
Se quedó dormida.Pov. Bakugou:
Abrí un poco puerta, ya que no escuchaba ruido. La ví dormida, se veía tan hermosa así, tan relajada, tan indefensa, tan... Tan sensual.Pov. Narradora:
La respiración tranquila y lenta de Amara retumbaba en la habitación, mientras que Bakugou tenía un debate mental.Pov. Bakugou:
Tengo tentación. La veo y tiene la boca entreabierta, perfecta para acercarme y besarla.
¿Cómo carajo se supone que me resista cuando la tengo así frente a mí? Es... El momento perfecto.
A la mierda, no aguanto.Pov. Narradora:
Se acercó a ella intentando no hacer el más mínimo sonido, hasta que llegó a donde ella estaba. Se inclinó y pudo sentir su respiración en la cara.
Apartó un mechón que colgaba sobre su nariz y acarició su mejilla con tanta delicadeza como podía, cerró sus ojos con lentitud e inclinó un poco la cabeza, hasta que... La besó.
Para su sorpresa, ella no despertó, continuaba dormida y el de ojos rojos aprovechó la oportunidad, en cuanto ella abrió un poco la boca, él introdujo su lengua dentro de esta y profundizó el beso.
Por más que quisiera, no podía seguir besándola, por lo que se separó con ganas de más.Pov. Bakugou:
Joder, sus labios eran tan suaves, tan dulces, encajaban con los míos a la perfección. Era, casi como si estuvieran diseñados para permanecer unidos.Pov. Narradora:
Abandonó su cuarto y se fue a acostar al sofá, donde cayó dormido en cuanto cerró los ojos.
Pero no sabía que alguien había despertado...Pov. Amara:
Sentí como si alguien me besara, ¿era Masao? No, no podía ser él. Jamás me besa en la boca, sus besos son, rudos, cortos y nunca son tan profundos.
Era imposible que fuera él, estoy en casa de Baku-... ¿Podría ser? A menos que lo haya soñado, no podría haber otra explicación. Aunque a decir verdad, me gustó ese beso. Si es sueño, me gustaría repetirlo, si fue Katsuki el que me besó, ¿eso significaría que siente algo por mí?
No, para él soy sóla una extra más...Pov. Narradora:
El resto de la noche transcurrió con normalidad. Al día siguiente, Bakugou se levantó del sillón y comenzó con su rutina habitual, sólo que esta vez, tuvo que hacer todo fuera de su cuarto, intentando no despertar a Amara.
Mientras tanto, ella seguía dormida, tapada hasta el pecho y con ambos brazos flexionados y doblados junto a su cara.
El rubio abrió un poco la puerta, para luego encontrarla dormida y dejar una nota sobre la mesa, con intención de que la castaña la leyera al despertar.
Pasaron dos horas y eran las 9:15, cuando Amara se despertó a causa de la luz que entraba por la ventana.
Colocó una mano sobre sus ojos con la palma hacia afuera para cubrirse un poco de esa luz cegadora.
Se levantó y frotó sus ojos, no había dormido tan bien desde hace años. Estando descalza, fue al baño a lavarse la cara y a arreglarse un poco aunque no fuera a salir, y como no tenía ropa, optó por usar algo de Katsuki.
La ojiazul salió de la habitación y fue a la cocina, donde encontró la nota:
"𝘌𝘹𝘵𝘳𝘢: 𝘛𝘰𝘮𝘢 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢𝘴, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘪 𝘢𝘱𝘳𝘦𝘤𝘪𝘢𝘴 𝘵𝘶 𝘷𝘪𝘥𝘢, 𝘮á𝘴 𝘵𝘦 𝘷𝘢𝘭𝘦 𝘯𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘰𝘳𝘥𝘦𝘯𝘢𝘳 𝘰 ensuciar".Sin duda era de Bakugou, la palabra "extra" Lo decía todo.
Amara, inconscientemente sonrió, pero en cuanto se dio cuenta de que su sonrisa no desaparecía, sacudió un poco la cabeza y cerró los ojos con algo de fuerza. Los abrió y buscó algo para desayunar...
Después de eso, se levantó con dirección al baño, para lavarse los dientes. A saber cómo lo hizo, pero salió de ahí y fue a ver qué había en la televisión, pues estaba más que segura de que si salía, Masao podría verla.
Las horas pasaron y la castaña decidió hacer algo para comer, pues ya eran las 3:23 y creyó que Bakugou llegaría en poco tiempo.
—Volví.— Normalmente no anunciaría su llegada, pues vivía sólo, pero recordó que ahora alguien vivía con él y no perdía nada con avisar.
—¡Katsuki! ¿Cómo te fue?— Dijo saliendo de la cocina con una pequeña sonrisa y ojos que reflejaban alegría.
El chico en cuanto la vio con su ropa puesta, se sonrojó, y se dio la vuelta para no hacerlo notar.
—Como siempre.— Expresó sin interés.
—Emm... Quería decirte que anoche sentí como si alguien me besara, ¿crees que haya sido real o sólo un sueño?— Preguntó con toda la inocencia que pudiera poseer, pues no podía decirle o reclamarle nada.
—A de haber sido un estúpido sueño.— Ingresó a su cuarto y se quitó el uniforme de su trabajo, cerró y salió en aproximadamente cinco minutos con ropa casual.
—Es que, se sintió tan real.
—¿Y te gustó?— Se maldijo mentalmente, si era un "estúpido sueño" ¿por qué preguntaría? Aunque las palabras habían salido solas.
—A decir verdad, sí. Me gustaría repetirlo si se pudiera. Por un momento creí que era Masao, pero se puse a pensar: Él jamás me besa en esa parte, además de que sus besos son bruscos, cortos y poco profundos; el que yo sentí fue lo contrario a todo eso.
—¿Por qué no mejor te metes al mundo real y dejas tus "fantasías" Para otro momento?— Decía "fastidiado".
—Bien, ¿quieres comer?
—¿Hiciste algo?
—Ajá. Preparé comida picante para ti, sé que te gusta.
—¿Y para ti?
—No tengo mucha hambre, así que comeré algo de la alacena.
Le sirvió la comida, y en cuanto el rubio empezó a comer, se sumió en sus pensamientos... Hoy era un día diferente, normalmente haría comida para él sólo, y luego se pondría a ver la televisión o a entrenar un rato, pero esa nueva rutina tenía algo nuevo: Convivir con alguien. Casi nunca salía de su casa, y las pocas veces que lo hacía, era para trabajar o para ver a Kirishima, y cualquiera que entrara a su casa, pensaría que estaban casados o algo por el estilo.
Y a Bakugou, el llegar y encontrar a alguien que lo tratara de ese modo hacía que algo dentro de él despertara, era una ¿sensación? No. Más bien era un deseo, el deseo de permanecer así, para siempre... Hasta que sus pensamientos se interrumpieron.
—¿Katsuki?
—¿Qué?
—He estado pensando y... No quiero volver a ver a Masao, siquiera a escuchar sobre él.
—¿Qué harás?
—Pues, supongo que tomaré mis ahorros y rentaré un departamento. Luego veré en qué trabajo.
—Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras.— La chica se sorprendió por su respuesta, pero la verdad era que Bakugou no había querido decir u ofrecer su casa de nuevo. Pero ella era la mujer que amaba, por lo que no le molestaría su presencia a diario.
—¿Estás bien con eso?
—Si no estuviera de acuerdo, ¿por qué te lo diría?
—Hmm... Tomaré tu propuesta. Pero, no será por mucho.
—Tks. Como quieras.
—Aunque, hay algo que me preocupa.
—¿Ahora qué?
—¿Qué tal si... Si Masao me encuentra?
—Si te llega a encontrar, me hablas en ese momento y haré que jamás se te vuelva a acercar, o sea: Lo voy a matar.— Dijo con una sonrisa sádica.
—Jaja, de acuerdo.— Pues no creyó que lo dijera en serio.
—Por cierto, mañana no me esperes temprano.
—¿Por?
—Al idiota de Kaminari se le ocurrió la idea de reunirnos mañana con Kirishima.
—Entonces, que te vaya bien.
—Ajá...
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Jamás dejaré de amarte. [Bakugou x OC].
FanfictionSINOPSIS: Bakugou a la edad de 25 años continuaba solo. Vivía en un apartamento y su vida diaria a su parecer era aburrida, hasta que un día salió a caminar y se encontró con una ex compañera de la Yuuei: Nagashi Amara. La chica de la que estuvo ena...