Jamás dejaré de amarte. [Bakugou x OC].

CAPÍTULO 9: "Denuncia".

Pov. Narradora:
Luego de caminar algunas cuadras, localizaron una estación donde seguramente podría llevarse a cabo su siguiente acción, así que entraron y Amara con algo de nerviosismo, se acercó a un escritorio donde había una mujer hablando por teléfono.
—Buenas tardes. ¿Necesita algo?
Su corazón latía fuertemente y luchaba por controlar su respiración. Volteó a ver a Bakugou, él se situaba detrás de ella y con el ceño levemente fruncido, como siempre. Ella le suplicaba con la mirada que se diera vuelta para irse ambos, a lo que él le respondía con una mirada fulminante y que a la vez mostraba autoridad, así que no le quedó más que respirar profundamente y mostrar una mirada segura.
—Sí. Quiero hacer una denuncia.
—¿Nombre del agresor y de qué lo acusa?— Mencionó la mujer con seriedad, mientras dirigía su silla hacia la computadora para anotar la información.
—Sumei Masao.
—¿Acusación?
—Maltrato físico y psicológico,— Ya que casi siempre la insultaba, lo que provocaba que su autoestima y autoconcepto bajaran.— Y abuso sexual.
—De acuerdo. ¿Dirección?— Prosiguió brindándole la información que le pedía, para luego de aproximadamente veinte minutos, imprimir un documento en el cual estaba plasmada cada palabra de la joven, donde lo acusaba y describía su dolor por cada vez que le había hecho daño. Al inicio de dicho documento, estaba escrito en letras de color negro "orden de aprensión".
La mujer una vez que tuvo la hoja en sus manos, la metió con cuidado en un folder color marfíl y lo llevó con un oficial, el cual leyó la primera parte y asintió con la cabeza, dando a entender que irían de inmediato.
—Katsuki... No puedo creer lo que hice.— Decía con ambas manos cubriendo su boca.
—No tienes por qué estar así, él es un maldito malnacido que que nunca debió haberte tocado.— Habiendo dicho esto, la abrazó, acariciando su cabeza con la mano derecha mientras la izquierda se posaba en su espalda y la estrechaba contra su cuerpo. Amara únicamente se dejaba llevar y cerraba lentamente sus ojos, dando un largo y profundo suspiro.
Por fin sería libre.

Media hora después:
—¡Sumei Masao, abra la puerta!— Un grupo de policías se encontraban afuera de la casa del chico, golpeando la puerta con desespero ya que el castaño no salía.
—Le daremos hasta la cuenta de tres para que salga: 1... 2... ¡3...!— Sin esperar más tiempo, patearon la puerta y encontraron a Masao en el suelo.
Inmediatamente, uno de los hombres se agachó y le tomó el pulso.
—Sigue vivo.
—¡Llévenselo!
Lo levantaron del suelo y lo llevaron a la camioneta, para luego llegar a la cárcel y encerrarlo en una de las celdas, aprovechando el hecho se que aún no despertaba...

Con Amara y Katsuki:
—Por fin... ¡Al fin soy libre!
Para la chica era el día más feliz de su vida, ya que después de casi dos años de martirio y  malos maltratos, alfin podría estar con quien ella quisiera, y nunca más sería obligada a realizar algo con lo que no estuviera de acuerdo.
Este, apenas era el comienzo...