12.
Hogar, no tan dulce hogar
(Parte II)
Manhattan, New York, EU
Era un día cualquiera de enero, seco en el ambiente y con un viento fuerte y helado que sacudía de un lado a otro las ramas de los árboles de Central Park. Minako y Seiya permanecían sentados en el césped, mirando a los niños correr en los juegos y a la gente pasear a sus perros.
Seiya soltó su tercera exhalación airada. También por tercera vez, Minako le ignoró, y le dio un trago a una botellita de vidrio que tenía escondida en su bolso.
—¿Alguna razón en particular del por qué estoy congelándome el culo, arruinando mis pantalones favoritos y violando la ley en vez de estar haciendo exactamente lo mismo —nada productivo—en algún lugar con calefacción y un bonito sofá mullido?
Minako esta vez se dignó a darle una respuesta.
—Nos hace bien el aire fresco —repuso.
Seiya la miró como si fuera un alien.
—Sí sabes que, química y físicamente es exactamente igual que el aire de adentro, ¿verdad? —criticó.
—Me gusta estar al aire libre.
—Ew... ¿por qué?
Minako chasqueó la lengua con el paladar.
—Hay mucho verde. Y me recuerda a Inglaterra —confesó débilmente, pero sólo para que Seiya dejara de hacer comentarios quejumbrosos. Seiya tomó la botellita de vino del bolso de Minako y le dio un trago para luego hacer una mueca. Era una sidra muy dulzona.
Parecía que iría para largo su estancia ahí y Minako sencillamente se rehusaba a abrir el pico. Tendría que ser él quien la orillara porque se estaba aburriendo como ostra.
—¿No has sabido nada del pueblerino?
Minako le miró filosa.
—No. Y no le llames así.
—¿Y no has pensado en la madura y extraordinaria posibilidad de llamarle tú?
La rubia chocó sus rodillas con nerviosismo.
—Le envié un e-mail.
—¿Y?
—Y nada, no me ha respondido.
Seiya volvió a poner la misma cara, entre burlona e impaciente.
—¿La gente aun se envía e-mails? Uau. Pensé que sólo Amazon lo hacía.
—Muy gracioso. Sí. Es algo anticuado, ¿vale? Déjalo estar.
—Anticuado no, es primitivo —punzó Seiya.
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Un amor de intercambio
FanfictionUsagi y Minako tienen vidas totalmente distintas pero tienen algo en común: ambas tienen el corazón roto, y quieren huir para olvidar. Así que durante las fiestas navideñas intercambian lugares sin saber que el verdadero amor también podría estar ag...