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¿Lo correcto?

Es en ese instante, casi las siete de la mañana cuando el sol comienza a acariciar las calles de Japón, que un chico de piel de porcelana y mirada escarlata se remueve de donde está acostado.

No es su habitación.

Lo sabe, porque esos no son pósters que él tiene en su habitación, ni los muebles, ni las sábanas. Sábanas que olían a pecado, a impureza, a union.
Rápidamente busca entre las sábanas una cabellera verde que no está ahí, ¿le habrá dejado? Por supuesto que no, es su departamento después de todo. Toma asiento en la cama repasando lo que pasó la noche anterior.

"Más, Izuku-sensei."


"Por favor."

"Así."

Recuerdos de él siendo tomado por primera vez comienzan a inundar su mente, nunca había sido tocado así. ¿Era así el sexo?

Acariciaba las blancas sábanas mientras el sol jugaba con las cortinas melocotón haciendo un hermoso baile de luces y sombras que por un instante le pareció hipnotizante. Entonces buscaba su ropa por la habitación y no había rastro alguno de la misma, ni de nada más a excepción de los dos condones tirados en el cesto de la basura junto a ambos empaques. Realmente lo había hecho. Se había acostado con su profesor.

Volvió a tomar asiento en la cama, ¿qué movimiento debería hacer ahora?

"Sigue moviéndote así."

— Qué bueno que despiertas, ven a desayunar

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— Qué bueno que despiertas, ven a desayunar.

Frente a él, en la cocina se encuentra su profesor, parece que se despertó mucho antes que él pues parece que ya se ha duchado. Tras su camiseta no solo se aprecia el tiempo invertido en gimnasio sino también leves líneas rojas y un par de manchas púrpuras y rojas. Recordaba ser el culpable de esas marcas, aunque no esperaba que fueran tan notorias.

— Tomé esta playera de uno de tus cajones, no está mi uniforme.

No se digna a decir nada más, apenas se familiariza con la sensación de tener atención, y aún peor, apenarse. Camina hacia la barra y toma asiento en uno de los altos bancos frente a esta. En la barra ya se encuentra un plato con tocino frito, huevo, y al lado de este uno más pequeño con alguna especie de postre raro amarillo. Prefiere no descubrir de qué se trata, podría ser demasiado dulce.

— Ah, eso... — dice mientras vierte huevo en otro plato y dirige una vez más la sartén al fuego. — lavé tu uniforme, aunque no bebiste casi nada ayer se alcanzaba a sentir un aroma a alcohol. Puedes tomarlo del cuarto de lavado.

Teacher's pet || dekubakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora