Teacher's pet || dekubaku

3

Plática con un fantasma.

☁︎

— Escuché que te casas, Izuku.

Se encontraban en la cafetería frente a U. A. tratando de mantener una conversación sin que se sintiera tenso el ambiente, si bien para Keigo esto parecía funcionar bastante bien, a decir verdad era Izuku quien estaba a dos de arrojarse por la ventana del establecimiento sin importar caer en las macetas al otro lado del cristal.

Llegó tarde, ya esperaba ver la cara del rubio molesta, sin embargo no fue así pues se veía bastante sereno y fue comprensivo, pues claramente Izuku tardó por asuntos relacionados a su clase, ¿no? Eso pensaba él, y era mejor así, sobretodo por qué de alguna manera desconocida se enteró de su compromiso.

— Así es, en un mes me caso... Espero que no me lo tomes como indiscreción, pero, ¿cómo te enteraste?

Era obvio, en algún momento debía saberlo, pues sus conocidos más cercanos tanto de la universidad como de su trabajo estaban invitados, pero aún así esperaba que nadie le dijera a ese fantasma que iba a casarse, conociéndolo podía esperar cualquier cosa de su parte. Cualquiera.

— Siendo sincero, fue casi un accidente. — Río levemente y reacomodo su rubia cabellera. — Salí con Todoroki y Toga el fin de semana pasado y entre la conversación empezaron a hablar de qué llevarían de regalo a tu boda, incluso me preguntaron qué llevaría yo. — Miró a su café y acto seguido miró al peliverde frente a él. — Les dije que no iría.

Sintió vergüenza. Él no era el tipo de persona que intenta humillar a los demás, pero parecía una costumbre horrible que los errores que cometía siempre recaían en Takami.

— Lo siento, yo ni siquiera sabía que seguían en contacto, Touya nunca me lo dijo y bueno, de Himiko tampoco lo esperaba realmente...

— No te preocupes, te entiendo bien, Izuku. Y, seguramente no lo creas, pero estoy muy feliz por ti. — Sonrió. Sonrió como si nunca se hubiera fracturado su amistad. Como cuando se conocieron al entrar a la universidad.

Entonces recordó algo que estaba dejando ir.

"Por favor, Keigo. Por favor perdóname, pero esto no debe afectar nada entre nosotros, después de todo seguimos siendo amigos. Lo somos, ¿verdad? Dí que sí."

Y a pesar de todo, dijo que sí. Porque de alguna manera creía que decirlo haría que todo fuera más llevadero. Pero no lo fue.

Fue peor.

— ¿De verdad?

— Sí, totalmente. De hecho por eso quería platicar contigo, no quería que pienses que estamos mal tú y yo. Eso es lo que menos quiero.

Si lo pensaba con detenimiento, el rubio tenía razón. El pasado debía quedarse atrás y sin rencores ambos debían mirar hacia adelante, como siempre lo habían hecho. Sin embargo, le saltaba una duda. ¿Debía invitarlo?

— Te lo agradezco, Takami. Y, en verdad me apena toda esta situación, ¿Sabes? ¿Qué te parece acompañarnos ese día?

Si Keigo estaba siendo honesto, entonces no había problema y junto con sus conocidos también podría acompañarlo en ese momento. Amigos era lo que más necesitaba ahora.