❪𝟬𝟭𝟬❫ 𝗷𝘂𝘀𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝘁𝘄𝗼 𝗼𝗳 𝘂𝘀

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minho

—Muévete por favor. —pidió el menor acunando el rostro del mayor en sus brazos para plantar un corto beso en sus labios.

—Quiero que te acostumbres, no quiero que después te duela. —dijo Minho al oído del menor, acariciando los costados de este en un intento de calmar el posible dolor que tenga.

—No me duele nada, por favor Minmin, muévete. Lo necesito. —suplicó el menor mientras movía sus caderas contra el miembro de Minho.

El mayor de los Lee sostuvo las caderas contrarias, deteniendo todo movimiento del menor. Comenzó a embestir lenta y suavemente. Los gemidos de Felix lo alentaban a aumentar paulatinamente la dureza de sus embestidas. La velocidad de estas aumento poco, casi nada. A Minho le gustaba ir lento, duro pero lento. Se concentraba mucho en dar cariño y hacer que se sienta querido. Aunque posiblemente sea así son todas las personas con las que se haya acostado, Felix no quería ilusionarse.

La mano del mayor se acercó al miembro del australiano, comenzando a bombear a una velocidad moderada. La sobre estimulación era demasiado para Felix, quien no tardó mucho en correrse cobre su propio vientre y en la mano de su acompañante. Se sintió desfallecer cuando Minho comenzó a embestir más rápido que antes, sabía que estaba cerca de su orgasmo. Sus ojos se dieron vuelta y un cálido líquido lo llenó entero. Podía sentir su vientre levemente hinchado, se sentía bien.

—Bebé ¿te sientes bien?—preguntó Minho notablemente preocupado cuando Felix cerró sus ojos para descansar un poco.

—S-si, solo estoy un poco cansado. —dijo Felix arrastrando las palabras.

—¿Quieres que te dé un baño? Así luego dormimos juntos. —preguntó el mayor acariciando las mejillas de Felix.

—Por favor. —murmuró el menor.

Minho se puso manos a la obra. Alzó al menor como si no pesara nada, y lo cargó como princesa hasta el baño. Lo sentó sobre la tapa del inodoro y fue de nuevo al cuarto para buscar dos bóxers de su cajón. Al volver se encontró con Felix restregando su puño en su ojo mientras bostezaba, una sonrisa se dibujó en sus labios.

La ducha no tardó mucho, Minho se encargó de limpiar a Felix la mayor parte del tiempo, para luego ducharse rápidamente. Salieron y el mayor lo envolvió en una toalla, enrollando otra en sus caderas. Pasó la toalla suavemente por cada parte de su cuerpo, secándolo correctamente. Hizo lo mismo con él luego de ayudar a Felix a ponerse los bóxers. Dejó ambas toallas colgadas en el pequeño perchero que había en el baño.

Al salir lo volvió a cargar, haciendo que el menor enrede sus piernas en sus caderas. Lo cargaba como si pesara menos que una pluma, por lo que se dio el lujo de abrazarlo mientras caminaba hacia su cuarto. Al llegar a la habitación entró en esta, cerrando la puerta con el pie. Se dirigió a su cama y acostó a Felix allí, apartándose para ir a arreglar la cama de su roommate. Recogió la ropa y la fue a llevar al cesto de la ropa sucia.

— ¿Minmin puedo usar una de tus blusas?—preguntó Felix dulcemente cuando Minho volvió a entrar por la puerta.

—Claro bebé. —dijo Minho caminando hacia su armario.

Abrió este en busca de dos blusas y pantalones de pijama. Sacó una blusa blanca y otra azul, también tomó dos pantalones de pijama color gris. Cerró las puertas del mueble y se acercó a la cama. El menor se levantó de esta y recibió la ropa gustoso. Miró como el mayor se vestía, quedando embobado, una sonrisa se pintó en sus rojos labios. La mirada de Minho lo distrajo de lo que hacía, dándose cuenta de que no se había puesto la ropa.

Comenzó con los pantalones, subiéndolos por sus níveas piernas. Al calzarlo en sus caderas, este se cayó debido a que le quedaba grande, una pequeña risa se escapó de los labios de Minho. El mayor se acercó a Felix, subiendo nuevamente el pantalón. Este tenía dos cintas en las caderas, las cuales ató para que el pantalón no se cayera. Tomó la blusa azul y la pasó sobre los brazos de Felix y por sobre su cabeza, sonriendo al ver lo tierno que era Felix. La blusa le quedaba muy grande, llegando un poco más abajo que sus nalgas, y eso le parecía adorable.

—Vamos a dormir Minmin. —dijo un sonriente Felix, tomando la mano del mayor para arrastrarlo a la cama, acurrucándose en su pecho.

—Descansa bebé. —dijo Minho estirando la mano para llegar al interruptor de luz secundario, apagando las luces del cuarto.

—I love you. —dijo Felix en inglés para luego caer dormido.

Minho se quedó un rato despierto, pensando en ese "te amo". Nuncahabía oído a Felix decir eso a ninguno de los chicos, por eso el sentimiento enel corazón de Minho era extraño. Tal vez era el cansancio, pero muy en el fondoel sentimiento cálido de esas palabras seguía intacto. Sus ojos se cerraronlentamente, cayendo dormido mientras abrazaba firmemente al menor.

 Sus ojos se cerraronlentamente, cayendo dormido mientras abrazaba firmemente al menor

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