— ¿Felix? ¿Podemos hablar un segundo?—dijo Jisung cuando la practica terminó.
—Amm, si claro. —dijo Felix mientras ordenaba su bolso.
—Ven, siéntate, tenemos que hablar. —dijo Jisung a sus espaldas.
Felix se dio vuelta y se encontró a Changbin, Jeongin y Jisung sentados en el suelo. Dejó su bolso de lado y se acercó a los tres chicos, sentándose junto a Han.
—Últimamente has estado raro, nada malo, es solo que estás repitiendo mucho una de las reglas del juego, además del incidente con Jeongin el otro día. ¿Puedes explicarnos que pasa? Nada va a salir de nuestras bocas si así lo quieres. —dijo Jisung mirando al pecoso a los ojos.
En realidad, si estuvo muy raro últimamente. Había muchas cosas que pasaban por su cabeza todos los días, y la verdad no tenía el valor para ponerse a analizarlas.
—No lo sé, él... él me gusta mucho, pero no sé si le gusto, quiero hacer un movimiento y decirle pero tengo miedo. Ni siquiera yo me entiendo y me siento mal por eso. —habló Felix, soltando todo rápidamente.
—Wow, calmado velocista, ¿Quién es él?—preguntó Changbin, no entendiendo nada.
—M-minho...—murmuró el pecoso avergonzado.
—Ahh ya entendí porque pasó lo que pasó el otro día. —dijo Jeongin. Ahora todo tenía sentido.
—A ver, escucha. No está mal que te hayas enamorado, pero eso rompe una de las reglas del juego, nada de sentimientos, ¿recuerdas? No te estoy diciendo que tienes que hacer que él deje de gustarte. Te lo digo para terminar con todo esto, con el juego. Sé que los demás lo van a entender, pero quiero que lo pienses. —dijo Changbin sonriéndole a Felix.
—Binnie tiene razón. Esa regla la pusiste tú, para no lastimar a nadie. Sé que no quieres lastimarnos, lo sé, y el amor no siempre es fácil y puede ser confuso. Pero si quieres hacer un movimiento con él, hazlo, pero para hacerlo, este juego debe terminar. —añadió Jisung colocando una de sus manos en el hombro de Lee.
—Creo... creo que tienen razón... en la cena voy a hablar con todos y vamos a terminar con esto. —habló Felix. Estaba decidido. Los chicos tenían razón, no estaba mal enamorarse, pero si quería algo con Minho, tenía que darle fin al juego.
—No suenas tan seguro, ¿te sientes bien?—preguntó Jeongin mirándolo. Felix se veía triste, decaído.
—T-tengo mucho miedo. No creo ser lo s-suficiente para él... nunca soy suficiente para nadie. Tengo miedo a ser rechazado. N-no creo que funcione... c-creo que si llega a rechazarme no lo soportaría... no soportaría estar en el mismo grupo, o en la misma casa siquiera. S-solo quiero desaparecer...—dijo Felix juntando sus rodillas y posicionando su cabeza entre ellas, para llorar libremente.
—Y-y siempre que algo pasa, la cago en grande. M-me pasó con Innie y me siento terrible por eso, soy un inútil. —habló Felix entre dolorosos hipidos y espesas lágrimas.
Jisung lo sabía, claro, él era la segunda persona más cercana a Felix después de Chan. Él sabía que Felix era demasiado inseguro, sabía que los comentarios de odio le afectaban un mil por ciento más que a todos los demás chicos. Han se acercó al pecoso y lo abrazó, cosa que Changbin y Jeongin hicieron segundos después, fundiéndose los cuatro en un cálido abrazo. Se quedaron prácticamente tiesos hasta que Felix dejó de llorar y pudo regular su respiración.
Los cuatro se levantaron del suelo y salieron de la sala de prácticas, para posteriormente salir de la empresa. La van estaba esperándolos en la calle, por lo que abrieron la puerta y entraron al vehículo. Felix apoyó su cabeza en la ventana y se dedicó a mirar y pensar.
— ¿Por qué tardaron tanto?—preguntó Chan. Habían tardado más de media hora.
—Estábamos hablando de algo. Nada importante. —dijo Jisung tranquilo, para luego tomar su celular y desbloquearlo.
—Okay...—murmuró el líder, no tan satisfecho con la respuesta pero tampoco tenía ganas de indagar, no era de su incumbencia.
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