Ser Un Saiyajin No Es Fácil

¡comienza el torneo!

- ¡ya dejen de empujar! Dios ¿que le pasa a esta gente? El torneo no irá a ningún lado

- pero si los mejores lugares - le contesto Lilly de forma distraída

- ¿y a ti que te pasa?

- es que Gérard prometió participar en el torneo pero no lo he visto ayer

- seguramente llegó más temprano que nosotros y luego se largó a ver la ciudad, no le des vueltas si lo prometió estará en algún lado

- seguro tienes razón...

        
El ruido ambiental de los fuegos artificiales y la muchedumbre que estaba a su alrededor realmente estaba cansando a Ichiro, simplemente quería pasar rápidamente al gimnasio para las preliminares y tal vez ahí tener un momento de paz.

      
- dígame maestro Roshi, ¿usaremos los mismo trajes de siempre? - Goku preguntó una vez que estuvieron frente al gimnasio a punto de pasar

- pero que están diciendo ustedes ya están grandes para usar los trajes del viejo Roshi, sean independientes

- ¿y por qué él si tiene un traje? - pregunto Krilin señalando a Ichiro que cargaba una maleta

- porque él aún tiene mucho que aprender

- exacto Krilin, aún soy joven y necesito de las enseñanzas de un viejo - bromeo Ichiro mientras se adentraba al gimnasio

     
Los demás lo siguieron luego de intercambiar unas palabras más con Roshi, pero Lilly se desvió de camino al baño con la excusa de que no había un lugar lo suficientemente privado allí adentro como para cambiarse de ropa.

      
- que les parece, desde un principio sabia que el maestro no nos daría trajes así que mande a hacer uno a la medida

- bueno Krilin definitivamente no fuiste el único - le contesto Yamcha con el mismo atuendo

- jijiji - se río Goku también con su uniforme

- que poca originalidad... - suspiró Ichiro mientras veía los trajes de ellos tres, obviando por completo que vestía lo mismo

- ¡!... - Goku sintió la presencia de alguien en la distancia, girando su cabeza en su dirección y descubriendo que se trataba del hijo de Piccolo

      
Mientras tanto en la entrada del gimnasio Lilly finalmente ya estaba vestida con su traje de pelea que era igual al del resto, ella también pudo sentir la energía de Piccolo y quedó algo sorprendida al sentir tal magnitud, de pronto alguien tocó su hombro y cuando se volteó se encontró con un hombre extraño a su parecer, su cabello marrón estaba corto y con un copete resaltando su corte, su cuerpo estaba bien trabajado con algunos músculos y superaba en gran diferencia la altura de Lilly.

    
- sabia que eras tu, Lilly - el hombre que aparentaba estar en sus veinte le hablo familiarmente a la chica

- ¿disculpa tu eres...?

- ¡Lilly soy yo! Gérard... ¿te estás burlando de mí? - pregunto algo decaído, pues en realidad no había cambiado mucho además de su ahora barba de candado y su altura

- ¡ah eres tú! no me estaba burlando, es que estaba concentrada en otra cosa ¿cómo te ha ido y Madeleine no vino contigo?

- sabes que aunque no le guste quedarse excluida tuvo que quedarse, su madre enfermó y no quiere dejarla sola

- ya veo, es ese caso cuando termine el torneo volveré contigo al pueblo...

- bueno, entonces apuremos el paso que ya casi empiezan las preliminares