Ser Un Saiyajin No Es Fácil

el estudiante que se volvió maestro

Una semana había pasado desde que los guerreros z habían llegado al pueblo y detenido el volcán que en esos momentos había entrado en erupción, ahora con la ubicación aproximada de donde encontrar al maestro Roshi, Ichiro se preparó para abandonar la aldea, había logrado conseguir un mapa de la zona y tenía planeado ir a un pueblo más grande, donde esperaba conseguir un mapa mundial. En una mochila tenía guardado su ropa y algo de dinero que había ahorrado gracias a su trabajo.

     
- ¿seguro que quieres hacer esto?

- ya te dije Minto que si, ellos eran muy fuertes yo también quiero volverme fuerte y no lo conseguiré aquí - le contesto mientras se acomodaba la mochila en su espalda

- se que no podré hacerte cambiar de opinión así que prometeme que cuando termines tu entrenamiento volverás

    
Ichiro la miro unos momentos, fue agradable para él vivir en la aldea pero al mismo tiempo lo detestó, él no era alguien trabajador en lo absoluto y si hubiera tenido dinero se hubiera largado, cerró los ojos para despejar esos pensamientos y respondió con una simple frase

        
- lo siento pero no puedo prometer que volveré...

   
Con esas simples palabras dejó hecho añicos el corazón de su amiga, no podía creer que su amigo no podía o quería prometerle que volvería a visitarla y para cuando intento decirle algo él ya había salido corriendo, dejando a la niña cabizbaja.
Ichiro estuvo corriendo por varias horas mientras se detenía en ocasiones para revisar su mapa, pero luego de incluso correr todo el día fue imposible para él ubicarse correctamente en el mapa. Dispuesto a pasar la noche a un lado del camino hizo un pequeño campamento y cazó un jabalí para cocinarlo, aunque no sabia cocinar muy bien logro que el animal se vuelva lo suficientemente comestible.
Ya al día siguiente siguió su camino desde muy temprano, el sol apenas estaba saliendo y el muchacho ya corría a un lado del camino, casi al mediodía, y con varias paradas de por medio, se topó con una intersección haciendo que el camino se dividiera en cuatro.

     
- maldición, si esto sigue así nunca encontrare un pueblo - se dijo a sí mismo luego de revisar el mapa y guardarlo en su mochila

      
Mientras maldecia escuchó de repente un bocinazo, desde la derecha vio un camioneta que venía a una velocidad moderada, hasta que se detuvo delante de él. No estaba asustado en lo más mínimo pues fácilmente podría acabar con cualquiera y soportar balas, Goku lo había hecho en el pasado así que no veía la diferencia.
La ventana bajo revelando que la persona que manejaba era un hombre tal vez de unos cincuenta años aproximadamente, del lado del pasajero venía sentada una adolescente que aparentaba estar en sus dieciséis.

     
- se te ve algo perdido niño, ¿hacia dónde te diriges? - le pregunto amablemente el señor

- por lo pronto a cualquier pueblo cercano, necesito un mapa urgentemente

- ¡estás de suerte! Justo nos dirigimos a nuestro pueblo que está a unos cincuenta kilómetros ¿quieres que te llevemos? - le preguntó amablemente con una sonrisa

        
Antes de que siquiera pudiera responder la chica habló - ¡papá! No sabemos ni quién es ¿y tu quieres llevarlo? - susurró, Ichiro entre cerro sus ojos pues aún podía escucharla

- necesita ayuda, ya lo escuchaste no tiene mapa  - le contesto de la misma forma el hombre - además solo es un niño

- bien como sea, pero que suba en la caja de carga - dijo rindiéndose

- muchacho, estás de suerte podemos darte un aventón hasta el pueblo, pero deberás subir en la caja de carga aquí ya no hay espacio - dijo un poco apenado