prólogo

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Ahí estaba yo, intentando aferrarme a la vida, arrastrándome fuera de mi deportivo en llamas y con un maldito brazo roto. Lo estaba logrando, estaba escapando cuando de repente el maldito auto explotó y un terrible dolor se esparció por todo mi cuerpo, sentía mi piel derretirse y el calor de la explosión abrazando cada parte de mi, pero luego ya no sentí nada.
De pronto una molesta luz impide mi visión, intento usar mis brazos para taparla, pero no puedo sentirlos... que está pasando, la luz comienza a incrementarse hasta el punto de formar una figura, parece ser una persona, llegado a este punto no tengo idea de que esta sucediendo.


- ¿cómo te sientes? - me preguntó la persona

- ¿quién eres?


Tal vez no puedo verlo con claridad pero puedo sentir como la figura hecha de luz sonríe, eso me da un escalofrío


- soy algo así como un Dios, vigiló esta parte del universo

- ¿y qué quieres de mí? - dije sin rodeos

- oh bueno, estoy aquí para ofrecerte una nueva oportunidad

- ¿nueva oportunidad? ¡definitivamente aceptó! - con una nueva oportunidad definitivamente no iría a esa estupida fiesta

- ¿oh en serio? La última persona lo rechazó inmediatamente pero ya sabes igualmente lo envié allí, supongo que eres su opuesto

- ¡haré lo que sea con tal de volver a mi vida!

- ¡excelente!, dejaré tus recuerdos intactos puede que te sean útiles

- espera ¿qué dijiste?

- buena suerte - dijo antes de chasquear los dedos y entonces la oscuridad volvió










En medio de un bosque Mario abrió sus ojos, su último recuerdo era el de haber hablado con un Dios y sobre haber chocado, rápidamente le atribuyó todo eso a la inmensa cantidad de drogas y alcohol que había consumido la noche anterior, no sabía dónde se encontraba o que día era pero realmente quería irse de ese lugar. Con torpeza se levantó del suelo, se sintió mucho más bajo de lo que recordaba y al mirarse las manos entendió el porque de esa sensación, su cuerpo había rejuvenecido y ahora era mucho más joven que antes, posiblemente era de apenas diez años. Pero otra cosa que lo alarmó fue la extraña sensación en la parte baja de su espalda y cuando revisó pudo ver como una cola de mono se movía de un lado a otro.

Completamente aterrado por lo que le acababa de ocurrir comenzó a correr despavorido por todo el bosque, hasta que sin darse cuenta chocó contra un árbol, cayendo inconsciente. Es entonces que tuvo un sueño con la misma figura que antes.


- veo que tu comienzo no fue el mejor

- ¡tú, ¿qué me hiciste?!

- te devolví a la vida, obviamente

- ¡ni siquiera estoy en mi cuerpo! - gritó lleno de rabia

- nunca dije que revivirias con tu cuerpo o en tu mundo

- ¿qué quieres decir? - dijo con temor

- veras, estás en el mundo de dragón ball y sabes lo que eso significa ¿verdad?

- maldito, ¡me viste la cara de tonto!

- jajaja no te preocupes, te ayudaré un poco - dijo extendiendo la mano


Poco a poco un punzante dolor de cabeza lo atacó, sujeto con ambas manos su cabeza sentía que le iba a explotar, pero luego el dolor se detuvo y dejó a Mario lleno de preguntas.

Ser Un Saiyajin No Es FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora