una fuerza maligna hace acto de presencia...

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- "¿que pasó? y más importante ¿dónde estoy?"

         
ichiro estaba en una pequeña habitación donde lo único que se escuchaba era el ruido del ventilador de techo, intentó moverse pero todos sus músculos se contrajeron rápidamente, lo que lo obligó a quedarse acostado mientras soltaba un pequeño gemido de dolor, tenía la mitad del rostro vendado al igual que la mayoría de su cuerpo y traía puesto solo una bata de hospital.

        
- "ya lo recuerdo, recibí una paliza por parte de piccolo..." mierda, si que soy débil

           
Mientras se lamentaba en voz baja alguien abrió la única puerta del lugar y lo primero que vio Ichiro fue una silla de ruedas que al principio no pudo reconocer a quien pertenecía.

       
- Ichiro, es increíble que despertaras tan rápido - dijo una voz femenina que si reconoció al instante

- Lilly, me alegra verte

- eso debería decir yo, pensé que estarías durmiendo al menos por días

- ¿te encuentras bien?

- mejor de lo que esperaba - dijo con una sonrisa - pero...

- ¿pero?

- creo que dejaré esto de las artes marciales

- ¿lo dices en serio?

- así es, nunca había sentido tanto miedo de morir en mi vida que cuando me enfrenté a Piccolo, por eso creo que es mejor que me retire

- Lilly...

- no lo tomes a mal, todo el entrenamiento que hicimos no será en vano, me ayudará a defenderme

Con un sonrisa Ichiro respondió - de eso no tengo dudas, ya eres mucho más fuerte que cualquier humano promedio, deberías estar orgullosa

- muchas gracias

- a propósito ¿cuánto tiempo pasó?

- no mucho desde que llegaste, tal vez unas dos horas

- ¿eso significa que el torneo terminó?

- no no, se tomaron su tiempo para reparar y limpiar la plataforma para la pelea final

- eso es un alivio, ¿viste mi ropa?

- esta en esa mesa de luz, ¿por qué?

              
Ichiro se levantó como pudo y se acercó a la mesa de luz, donde no sólo encontró su ropa sino también el pedazo de semilla del ermitaño que había sobrevivido a la pelea.

         
- no es mucho pero servirá...

              
Sin muchas vueltas se comió la semilla y sintió que todas sus fuerzas volvían a su cuerpo y que el resto de sus heridas se curaban rápidamente, lentamente retiró todas las vendas de su cuerpo, se sacó la bata que tenía y se puso su uniforme destrozado, que era mejor que nada, Lilly por su parte primero gritó al casi ver a su amigo desnudo y luego volvió a gritar al verlo parado al lado de la ventana.

         
- mierda... mi cara quedó con una cicatriz - decía mientras abría la ventana

- ¡espera! ¿Que haces?

- iré a ver el final del torneo, no te preocupes mucho por favor

- ¡¿que no me preocupe?!

       
Ichiro saltó de la ventana y cayó sobre la calle sin un rasguño gracias a su ki, luego se fue corriendo dejando anonadada a su amiga que tuvo que dar explicaciones sobre porque un paciente del hospital había desaparecido. Cuando Ichiro llegó a la entrada del torneo le faltaba el aire y su costado dolía, la semilla del ermitaño no había devuelto todas sus fuerzas, pero aun así continuó corriendo llegando junto a la multitud de gente observando el combate que ya había comenzado.

Ser Un Saiyajin No Es FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora