más vale mala suerte, que muerte...

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Ichiro se encontraba haciendo flexiones en una gravedad aumentada 10 veces, ya que por el momento ese era el límite de la máquina que Bulma le había dado, faltaba menos de dos meses para la llegada de los saiyajin y no se sentía preparado, pero entonces una alarma lo sacó de sus pensamientos.


- ¡alerta! Es la hora de salida, ¡alerta! Es la hora de salida

- mierda...


Apagando rápidamente la máquina y saliendo de la habitación la volvió a su forma de cápsula, se dio un rápido baño en un río que había cerca y salió volando hacia la ciudad, así como su alarma le había advertido, los niños ya estaban saliendo de la guardería, lo que significaba que su hijo ahora llamado Joel lo estaría esperando como siempre.
Antes de llegar descendió al suelo y corrió las calles que faltaban, al llegar solo quedaba Joel junto a una de las cuidadoras.


- ¡papá! - gritó el niño con emoción

- lamento llegar tarde - decía mientras su hijo abrazaba su pierna

- no sé preocupe señor, solo... intente no hacerlo - le dijo la cuidadora con una sonrisa evidentemente falsa


Ignorando aquel gesto, Ichiro subió a sus hombros a su hijo y se marchó caminando, pensaba en lo que haría de ahora en más, pues no estaba en sus planes ser un padre soltero, las cosas se habían salido de su control y definitivamente la búsqueda de las súper esferas se retrasaría mucho más o incluso nunca concretarse, fue el pensamiento rápido que paso por su mente.


- ¡papá! Quiero volar

- ¿eh, quieres que vuele hasta casa?

- ¡si! Por favor papá

- esta bien, si así lo desea el rey


Fijándose que nadie lo estuviera viendo emprendió vuelo sobrepasando los edificios hacia su departamento en la ciudad, el niño reía de la emoción y su padre no pudo evitar sonreír, fue en ese momento que su mente se aclaró de todo pensamiento y se dio cuenta que ya no le importaba volver a su viejo mundo, de todas formas ya no le quedaba nada ahí, en cambio aquí tenía una nueva vida, con amigos y ahora un hijo, claro que vivirla seria muy complicado pero teniendo esferas mágicas que cumplen casi cualquier deseo, todo sería más fácil.


- quiero que seamos felices hijo - susurró para si mismo

- ¿dijiste algo papá?

- no te preocupes por ello hijo


En un abrir y cerrar de ojos, paso un mes más, Ichiro se encontraba meditando cuando de repente sintió la energía de dos personas entrando en la atmósfera terrestre.


- ¡olvidé por completo que se adelantarian un mes!


Con rapidez se cambió la ropa informal que traía puesta y se colocó su gi naranja, Joel coloreaba tranquilo en la sala del departamento que habían alquilado cuando su padre le dijo que se preparara, el niño tomó su mochila y se colocó una gorra azul, con un sonrisa espero al lado de la puerta mientras su padre hablaba por un teléfono.


- bien, vamos Joel - le dijo mientras se dirigían a la azotea del edificio

- ¿iremos volando? - pregunto el niño cuando llegaron a la azotea

- algo así ¡nube voladora!


Aunque estaba algo confundido el niño se sorprendió al ver una nube dorada frenar justo delante de su padre, con un gesto le indicó que se acercara y obedeció sin rechistar.

Ser Un Saiyajin No Es FácilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora