Epílogo

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Miriam: Carlota!! Deja a tu hermano en paz.
Carlota: mami yo no estaba haciendo nada, ha sido él primero, ha venido a mi cuarto a molestarme.
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Pablo y Miriam, Miriam y Pablo, siempre juntos siempre de la mano. Han pasado los años y los dos siguen igual de enamorados, se quieren como nadie y a lo largo del tiempo han tenido 2 hijos, Carlota (7 años) y Gonzalo (10 años). Se mudaron a un chalet a las afueras de Madrid, en la planta de arriba estaban las habitaciones de los niños, junto a la del matrimonio y los baños, en la parte de abajo la sala de estar, la cocina y como no el estudio de música en que se pasaban el día, se puede decir que Miriam y Pablo, pero la verdad es que sus dos hijos eran unos apasionados de la música también, normal con ese par de padres. Además la casa tenía un inmenso jardín que en primavera se convertía en el salón de la familia.
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Narra Miriam
Abro los ojos y miro hacia mi derecha, vete tú a saber los años que llevo levantándome con esa carita al lado y sigue siendo igual que el primer día. Me escondo en su pecho y cierro los ojos mientras me tranquilizo y poco a poco me quedo dormida. Pero eso dura poco porque de repente siento la cama moverse y al momento me doy cuenta de que los dos monstruos están intentado hacerse un hueco mientras molestan a su padre.
Gonzalo: buenos días mami, estabas dormida?
Miriam: buenos días bicho, no, me he levantado hace poquito, ven túmbate aquí.
Pablo: Carlo deja de hacerme cosquillas, sabes que como empiece te voy a ganar.
Carlota: si si cobarde, mucho dices pero te voy ganando.
Pablo que es igual que un niño se toma la palabras de su hija muy a pecho y no tarda ni dos segundos en levantarse y perseguirla por toda la casa.
Pablo: repite lo que has dicho si tienes narices ahora mismo eh valiente
Carlo: (chillando mientras corría de su padre) cobarde, cobarde, cobarde!!
De repente Gon y yo que estábamos en la cama hablando y viendo el móvil, notamos que viene una tercera persona y se mete entre nosotros dos.
Carlota: familia, sois mi escudo, tenéis que protegerme de ese monstruo
Pablo: (que llegó a los dos segundos detrás de Carlo) Venga valiente, da la cara, ahora buscas a tu madre y a tu hermano eh.
Carlota: vale papá me rindo, firmamos La Paz, dice extendiéndole el brazo.
Pablo extiende el suyo también y con su fuerza levanta a Carlota de la cama hasta que le coge como un koala y se tiran encima nuestro.
Miriam: oye, nosotros estamos muy tranquilos, dejadnos así.
Pablo: venga cariño, vamos a reírnos un poquito.
Me dice mientras me da un beso de buenos días que me vuelve loca.
Miriam: no, lo siento, la guerra nunca ha sido una manera de solucionar las cosas. Nos vamos a desayunar verdad Gon, queréis venir con nosotros?
Mi hija que adora a su padre se quedo mirándolo, hasta que los dos asintieron conjuntamente.
Miriam: madre mía que par de dos
Digo mientras me levanto de cama para bajar hacia la cocina. Noto que Gon se queda con su hermana en la cama y Pablo viene detrás mío, lo sé, porque al momento después de salir por la puerta me agarra de la cintura y me arrincona en la pared.
Pablo: estás pasando de mi?
Miriam: por más que lo intente no puedo gordi
Pablo: entonces me quieres?
Miriam: bueno, con el tiempo el amor se va marchitando
Pablo: estas diciendo que no me quieres?
Noto el cuerpo de Pablo muy cerca del mío y aún eso me sigue poniendo muy nerviosa y de otras maneras.
Miriam: otros matrimonios perderán el amor, pero yo por ti no lo pierdo, lo gano.
La distancia que quedaba se perdió y Pablo me besó de una manera muy intensa, estuvimos así un rato hasta que escuchamos que los niños ya salían de nuestra habitación y decidimos bajar por si acaso.
Estuvimos desayunando en el jardín, porque teníamos que aprovechar los últimos días de verano. Nos quedamos un rato hablando loa cuatro de lo que había sido el verano, los viajes que habíamos hecho y las personas con las que habíamos estado.
Gonzalo: (que estaba tumbado en un sofá con la cabeza en las piernas de su padre) mi momento favorito fue cuando fuimos con Aitana, Ana y Mimi a bucear en Menorca.
Carlota: pues el mío fue con los abuelos y los tíos en Andalucía, me encanta pasear por la playa de noche con mami y la abuela.
Miriam: mís niños pequeños, cada día sois más mayores, no crezcáis más. Te acuerdas Pablo cuando nació Carlota y nos fuimos con Antonio a Cerdeña, ese verano fue muy especial para mi.
Pablo: mi verano más especial que siempre voy a tener conmigo, va a ser el de nuestra boda, con toda la familia y los amigos en Pontedeume durante un mes, además ese año te quedaste embarazada de Gon, y míralo ahora ya es todo un hombrecito ( dice mientras le toca el pelo con cariño)
Nunca me hubiera imaginado que iba a formar una familia así, es perfecta, es la que nunca me hubiera imaginado por más que pensara, pero a día de hoy es lo mejor que tengo y no lo cambiaría por nada.
Carlota: están llamando al timbre, no lo oís? Ya voy yoo!!
Miriam: quien es hoy, si es domingo
Carlota se acercó a casa y abrió la puerta de entrada.
Abuela Lola!! Chillo mi hija y en ese momento el hombrecito que tenía Pablo entre sus piernas salió a todo correr hacia adentro.
Gonzalo: abuela!! Que sorpresa, que ilusión!!
Mis niños guapos, los más guapos del mundo, oímos Pablo y yo desde afuera y no pudimos evitar soltar una carcajada.
Miriam: cari, creo que deberíamos entrar
Pablo: no, tengo madre para rato, pero mujer no, vamos a quedarnos así un poco más, decía mientras me acariciaba el pelo, después de haber ocupado el puesto de Gon.
Pasamos la mañana y prácticamente la tarde con Lola, que había venido a traernos un bizcocho que había hecho y como sabe que a sus nietos les encantan, no dudo en pasarse por casa. Comimos en el jardín, pero cuando se hizo la tarde entramos dentro porque empezaba a refrescar. Lola ya se había ido y los niños estaban haciendo los últimos deberes de verano en su habitación, así que Pablo y yo nos quedamos en el sofá viendo una serie.
Carlota: papi, no entiendo este problema, me puedes ayudar?
Oigo que chilla nuestra hija desde arriba.
Pablo: voy!!
Noto la ausencia de Pablo en el sofá, pero al momento un peso vuelve a caer.
Gon: ya he acabado mami, que estás haciendo?
Miriam: ya está todo lo del verano?
Gon: si, porque como no lo he hecho todo hoy, que ya tenía muchas cosas hechas, he acabado pronto.
Miriam: me alegro mi vida, si quieres vamos a ver qué les pasa a esos dos cerebritos, igual necesitan ayuda.
Nos levantamos del sofá y subimos a ver a los matemáticos del año. Al final fue Gon el que acabó ayudando a su hermana , porque su padre estaba un poco perdido.
Miriam: voy bajando a preparar la cena, queréis algo especial?
Los tres a la vez: noo
Miriam: algún ayudante?
Pablo: si, yo. Aquí ya no pinto mucho
Miriam: pues vamos
Bajamos y estuvimos preparando unas ensaladitas con tortilla para cada uno, cenamos hablando de los programas de televisión y de la próxima gira de Pablo.
Pablo: Miri. Te acuerdas cuando nació Gon, que rechace la gira para quedarme con vosotros?
Miriam: sii, que me enfade un montón, porque no quería que te la perdieras, pero al final me vino bien.
Carlota: y cuando nací yo, papá? Que hiciste?
Pablo: bueno, me fui el mismo día que naciste y estuve fuera cuatro meses sin verte
Carlota puso una cara de rencor hacia su padre y nosotros tres nos reímos
Miriam: no le hagas caso a tu padre mi amor, a veces dice muchas tonterías
Pablo: pues esas tonterías bien que te gustan
Gonzalo: no porfavor, no nos deis la cena
Acabamos de cenar y recoger todo y salimos al sofá los cuatro, Gon se quedo dormido en mis piernas y Carlota en las de su padre.
Miriam: Pablito vamos a subir a los nenes, que si no luego les va a dar pereza
Pablo cogió a Carlota y a los minutos bajo a por Gon, mientras yo subí a darle las buenas noches a mi princesa y a taparle bien. Cuando entro su padre por la puerta me diriji a la otra habitación para despedirme de Gon que ya estaba casi dormido, cerramos las puertas y nos fuimos a la cama también.
Estábamos ya metidos en la cama cuando oigo a Pablo girarse hacia mi lado y decir
Pablo: oye Miri, eres feliz?
No me esperaba esa pregunta que automáticamente me hizo sonreír.
Miriam: la mujer más feliz del mundo para siempre, tenemos dos hijos maravillosos y tengo al mejor marido del mundo, no necesito nada, nada más.
Pablo: estoy muy orgulloso de la familia que hemos formado.
Miriam: y yo amor, te quiero
Pablo: yo también te quiero mujer de mi vida.
Pero esto ultimo no lo escuché muy bien, porque me venció el sueño.
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SORPRESA!!
He vuelto, para decir adiós. Aquí tenéis el epílogo tan deseado, espero que os guste! Me ha gustado mucho hacerlo y terminar aquí la historia, han sido muy buenos momentos, pero ha llegado a su fin. Igual algún día subo alguna actualización de la vida de estas dos personas, pero por ahora tenéis esto.
Me ha encantado poder escribir esta novela! Un beso muy fuerte!

Sin rencor✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora