Querido papa✨

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~22 de Agosto~
Narra Miriam
¡Ring, ring!
Me despierto asustada, sobresaltada creía que el propio día de mi boda me había quedado dormida pero no, todo eran imaginaciones. Me sentía como en una nube, desde pequeñas todas soñamos porque un principe azul venga en su caballo a por nosotras, nos recoja y nos lleve a su enorme castillo, ahora nada de eso me hacía falta, Pablo era mi principe, y hoy por fin yo me vestiría de princesa.
¡Ring, ring!
Vaya el timbre vuelve a sonar y me saca de mis pensamientos Disney, estoy sentada en la cama, me giro para avisar a Pablo de que bajo, pero me doy cuenta de que no está, sin embargo hay una carta que él mismo había escrito.
"Buenos días princesa:
Hoy si hoy, por fin después de tanto ha llegado el día, tengo unas ganas tremendas de pronunciar ese si quiero contigo delante vestida de princesita como siempre soñabas, si quiero recorrerme el mundo de tu mano, si quiero ser un abuelito y seguir de la mano, así que por favor mi vida no me la sueltes nunca. Pero bueno que te preguntarás que porque el día de la boda no está el novio durmiendo con la novia, Miri sabes lo nervioso que soy, lo nervioso que me pongo, ayer quede con mi hermano y mi madre, hasta hoy ellos son mi familia y la quiero aprovechar, quiero oír esos consejos de madre que tú sabes que me encantan, y quiero que entre ellos dos me sepan calmar los nervios un poco, no te preocupes por mi que a las 6 te espero en el altar. No te hagas mucho de esperar. Te quiero mucho, muchísimo, demasiado. Tu López."
¡Ring, ring! Ahora si, me percato de que hay alguien abajo esperando y decido bajar a ver quien es.
Miriam: ¡Ana!
Ana: que tal ha dormido mi novia favorita?
Miriam: a sido una noche especial, diferente de una forma u otra me he dado cuenta por fin que esta noche fue la última junto a Pablo de novios y me di cuenta de que él era el hombre de mi vida.
Ana: bueno miss sentimental traigo desyuno para coger fuerzas.- dice entrando en la cocina y preparando dos cafés, mientras yo preparaba dos zumos.-
Miriam: Pablo se fue esta mañana a pasar la mañana con su madre y su hermano.
Ana: si, me lo comentó ayer, no te quiso decir nada para no preocuparte o por si te ofrecías a ir, quería él aprovechar también de su familia.
Miriam: ¿y nosotras que vamos a hacer?
Ana: pues Mireya está dando vueltas por todo el "hotel" que para ella no es un hotel, si no una casa de pueblo, porque al parecer la peluquera y la maquilladora que vienen para ellas se ha perdido.
Miriam: no me lo creo- dije riéndome- y por supuesto habrá mandado al pobre Alvaro a buscarles no?
Ana: exacto.
Miriam: pues yo hoy no me acerco a Mireya, cualquiera le dice nada.
Ana: parece ella la novia en vez de tu.
Desayunamos viendo una peli, aunque ninguna de las dos nos estábamos quietas, ya que los nervios nos podían.
¡Ring! ¡Ring!
Miriam: ya voy yo.
Me acerco a abrir la puerta y me encuentro a Aitana detrás de ella.
Aitana: yo no aguanto más en ese hotel, lo siento Miriam pero yo me quedo aquí con vosotras, Mireya esta insoportable.
Miriam: no te preocupes mi niña te puedes quedar aquí.
Ana: hello Aiti, yo he sido más lista y he venido a primera hora, así me la he quitado desde primera hora.
Aitana: pero esque si no dejaba a Nerea sola Anita.
Miriam: bueno que Aiti, has hablado con Jesús?- Jesus, nuestro Jesús de Paula, desde que le conocí congeniamos muy bien, aparte a Pablo también lo peinaba, y por eso desde el primer día tuvimos claro que él sería el que me peinaría y me maquillaría en un día tan importante. Aparte Aitana era súper amiga de él y a ella también le haría algo.
Aitana: sii, me ha dicho que estaba llegando, así que no problem.
Miriam: perfecto- y le di un pequeño abrazo.- oye que? Me visto y salimos a dar una vuelta a ver en qué punto de nerviosismo está la tacones.
Aitana: miedo me da.
Miriam: va, esperar cinco minutos que me pongo algo cómodo y bajo ahora.
Al cuarto de hora baje con unos legins y un jersey, que aunque sería agosto, por la mañana, en el norte hacía algo de fresco.
Miriam: y estoy chicas! Vamos?
Ana: si vamos, que está se duerme.
Salimos y al bajar al centro, donde estaba la plaza, el bar, la tienda y el hotel. Eso es el HOTEL. Nada más entrar a la plaza podrías ver a Mireya dando vueltas loca perdida con el móvil en la mano, así que me cargue de paciencia y me acerqué a ver qué tal estaba.
Miriam: ehh! Hola Mire!
Mireya: como que hola Miriam, como puede ser que te cases hoy, esta misma tarde y me digas hola Mireya tan tranquila.
Miriam: a ver Mireya no te voy a pedir que te relajes porque es imposible, pero por favor, para quieta un segundo, acabo de llegar y ya habré dado como cinco vueltas a la plaza, para por favor.
Mire: pero Miriam que mis chicas, bueno las chicas que contratamos para que vendrían a peinarnos se han perdido.
Miriam: no te preocupes, Amaia hablo con ellas y ya están de camino.
Al final logramos tranquilizar a Mireya y fuimos a la finca en la que íbamos a celebrar la boda para terminar los últimos detalles y abrir la puerta y las cocinas a los caterings que venían desde Madrid.
A la hora de comer, sobre la 1, nos fuimos para casa a comer, mi madre había preparado comida para los 16, sus parejas, Pablo y yo, pero como no había hablado con Pablo en todo el día no sabía si él iba a llegar a la hora de comer, porque a partir de ahí él se iba al hotel con todos para que no viera mi traje, y todas o casi todas las chicas nos quedábamos en mi casa a prepararnos.
Eran la 1, y ya estábamos todos en la mesa del jardín, bueno, todos menos Pablo, no sabía nada de él, así que decidí relajarme y comer tranquila junto a el resto, pero cuando estábamos comiendo el primer plato sonó el timbre, como mi madre estaba en la cocina junto mi padre, salí yo a abrir.
Miriam: si?
Pablo: hola amor.
Miriam: Pablis! Has venido, ya pensaba que no te querías casar conmigo.
Pablo: ala ala ala, no digas esas cosas chica.
Miriam: que tal?
Pablo: bien, he estado toda la mañana con mi madre y mi hermano como cuando éramos pequeños, me ha venido muy bien, despejarme y estar con ellos a solas.
Miriam: me alegro tanto.- digo abrazándole- bueno que pasas a comer?
Pablo: sisi, ya voy, venga vamos, que tengo un hambre.
Pasamos a saludar a mis padres y al salir todos empezaron a saludar a Pablo, aunque ellos ya casi habían terminado de comer, le esperaron a que él terminara para ir juntos al hotel.
Ahora si, ahora si que empezaba la cuenta atrás para el momento, ya sólo estábamos en casa Ana, Amaia, Aitana y yo, también estaban mi madre, mi hermano e Inés.
Ana: llaman al timbre!
Ana estaba sacando los trajes, el suyo y el de Aitana, el mío me lo hizo el gran diseñador ze García, y me hacía muchísima ilusión que fuera el en persona el que vendría a ponérmelo. Mientras yo junto a mi madre terminaba de recoger toda la comida.
Aitana: voy yo!- abre la puerta- Jesús!
Jesús de Paula: mi Aiti! Que tal estáis?
Aitana: bueno... alguna más nerviosa que otra- dijo mirándome de reojo. Detrás de Jesús estaba Ivan, mi diseñador, Aitana también le conocía porque le había diseñado algún que otro traje.- Hola ivan! Cuánto tiempo!
Ivan: ya ves! Pero está bien vernos en momentos así.
Me acerqué a la puerta y el peluquero me recibió con los brazos abiertos.
Miriam: mi chico, lo que te quiero.
Jesús: desde el primer día que os vi juntos supe que este momento iba a llegar.- me dijo Jesús al oído mientras me abrazaba, cosa que hizo que me emocionara un poco.-
Miriam: tuve tanta suerte de encontraros a los dos!
Ivan: bueno que? Que tal está mi novia? Estamos readys?- con Ivan contacté hace un año más o menos y ya teníamos muchísima relación, al principio no sabía quien me haría el vestido pero cuando hablé con él y le vi, súpe que sería el.
Miriam: estamos readys!!- dije abrazándole y chocándole los 5.
Jesús: bueno Miri, vamos a ir empezando eh.
Jesús no venía sola traía junto a él a 4 chicas de el equipo de wella y de ghd para poder hacer todo más rápido, al igual que Ivan que traía a dos de sus modistas para hacerlo todo mucho más fácil.
Las primeras fueron ellas, es decir Amaia, Aitana y Ana, junto a mi madre e Inés, y por último yo, cuando ya todas estaban vestidas me ayudaron a mi. Mi madre me había preparado una habitación, con un tocador y un espejo, era preciosa, había flores y frases, y cuando menos me lo esperaba que estaba terminando de vestirme junto a Ivan, apareció mi hermano por la puerta.
Miriam: Efrén! Estas guapísimo.
Llevaba una americana azul marina larga junto a un chaleco de cuadros y camisa con pajarita, iba perfecto.
Efrén: mea niña. Te quiero.
Me levante y le abracé, a veces me daba cuenta de que en la vida me podría faltar todo menos el, sin el nada sería igual. Llevaba algo en la mano, que me tendió, era una bolsita, en la que había un cuadro, con una foto de él y mia cuando éramos pequeños. Detrás ponía mea casa. Me emociono ese detalle de mi hermano, pero lo que no me esperaba era que al darme el cuadro empezó a leerme una carta, personal, sencilla y familiar, ahí, ahí si fue cuando me rompí a llorar como si seria una niña pequeña. Cuando termino le abracé y no tarde mucho en separarme porque ya eran las 5 y la celebración empezaba a las 6.
Una vez vestida yo, y todos los demás bajamos al recibidor, yo tenía detalles para todos ellos que estaban ahora en casa conmigo, me acerqué a mis tres mosqueteros y a cada una de ellas les di una carta, con una foto de las 4, cada una tenía un texto diferente, cada una era diferente. A mi madre le regale una pulsera, que compre, era de dos y ella llevaba una y yo otra, era de plata, donde en un pequeño corazón ponía, mamá&miri. A Inés le regale lo mismo que a mis chicas, y a Efrén un colgante, como la pulsera de mi madre pero ponía su nombre y el mío. Para mi padre también tenía, pero él aún no había llegado, se había preparado en otra sala, mi padre siempre ha sido la persona más especial de mi vida, y quería ver su reacion. Me termine de preparar todo y me limpie las lágrimas que me terminaban de caer por la cara.
Salimos todos de casa, Inés, Efrén y mi madre fueron hacia la iglesia en la que Pablo ya estaría y yo me quede con Ana Amaia y Aitana esperando a mi padre.
Y ahí estaba el, me vio crecer, me vio llorar, reír, estudiar, cantar. Mi padre había sido todo cuando no había nada y que él fuera quien me acompañara al altar era mi mayor suerte.
Papa: hija, estas preciosa.
Miriam: mi papin, te quiero.- ya estaba llorando, verle a él me emociona mucho, era como volver a casa-
Nos montamos todos en el coche, y ya parecía que estábamos llegando, la plaza del pueblo estaba llena, pero yo le agarre a él de la mano y le di un pañuelo de tela en el que ponía "de todos los paseos que hemos dado y vamos a dar, este nunca se me va a olvidar". Me susurro un té quiero y juntos emprendimos camino hacia el altar.

Sin rencor✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora