Tormenta

563 17 1
                                    

Narra Miriam
No me lo puedo creer, nunca me lo habria imaginado, Pablo, Pablo López me acababa de pedir matrimonio en medio de media españa. Lo tenía claro, era el, quien si no?, juntos era como queríamos pasar el resto de la vida, así que aún, llorando más si se podía, mire a todos mis amigos y les vi emocionados a ellos también, Pablo arrodillado en el suelo, sacó un anillo, precioso, ese era el que yo quería, lo vi una vez paseando con Ana, y le dije que si alguna vez me pedían matrimonio, ojalá lo harían con esa alianza.

 Lo tenía claro, era el, quien si no?, juntos era como queríamos pasar el resto de la vida, así que aún, llorando más si se podía, mire a todos mis amigos y les vi emocionados a ellos también, Pablo arrodillado en el suelo, sacó un anillo, precios...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Miriam: si, quiero.
Y en ese momento todo se paro, solo estábamos él y yo, escuchaba el bullicio de el público chillando de la emoción, a mis amigos abrazándose entre ellos, pero yo solo le veía a él. Nos acercamos y nos besamos, creo que fue el mejor beso que nos habíamos dado, fue especial, no fue uno cualquiera. Me abrazo, me agarró del cuello y yo a él de la espalda, entonces pusieron nuestra canción, la de jóvenes eternamente, era nuestra favorita y hasta que no la ponian en la discoteca no nos íbamos a casa, era una descripción y sería para siempre nuestra canción. Todos empezaron a tirar champán, confeti, pero aún así solo le veía a él. Se acercó a mi oreja y en un susurro me dijo
Pablo: te quiero mucho futura mujer.
Y yo como una plena adolescente que está en su primera cita me sonroje, entonces él me sonrió, y escondí mi cabeza en su cuello. Bajamos al escenario y seguimos con la fiesta, no sin antes habernos despedido del público, nos dieron las tantas allí, a cuatro jóvenes eternos en medio de un escenario en el Bernabéu. Mimi lo daba todo con Aitana y Amaia, Pablo charlaba con Alfred, Alborán y orozco. El team amigas ya se había ido, y como no yo estaba en una esquina sentada con Ana, hablando.
Miriam: hay Ana, que me voy a casar!
Ana: lo sé Miri, y también se quien va a ser tu dama de honor.
Miriam: si no lo eres tú quien va a ser sino?
Ana: te quiero tanto
Me dijo mientras me abrazaba.
Miriam: por cierto, que coincidencia que este anillo, sea el mismo que ese, súper caro que te enseñe en la joyería.
Ana: ten cuidado que yo me fijo en más cosas de las que tú te piensas.
Miriam: y que suerte tengo.
Pablo: (acercándose a nosotras y agachándose hacia mi) bueno que, querida prometida ¿nos vamos a casa?
Miriam: si por favor, estoy súper cansada.
Ana: si, yo también le voy q decir a Mimi, que se de ella dependiera nos quedábamos aquí hasta mañana.
Pablo: bueno chicos, nosotros nos vamos a ir, que estamos cansados.
Mimi: ya?! Pero si aún es pronto.
Miriam: no Mimita, son las 4 y creo que a ti ya se te tenía que ir cerrando el grifo.
Mimi: (susurrando) aguafiestas
Ana: Mimi, vamonos, estoy cansada.
Y poco a poco fuimos saliendo todos, yo iba hablando con Aitana y Amaia, hasta que llegamos al coche, todos se despidieron de nosotros y entonces nos marchamos.
En el coche, no hablamos casi, Pablo iba conduciendo con una mano en mi muslo que yo agarraba y la otra en el volante, llevábamos el disco de Manuel Carrasco porque era mi favorito, y no nos hacía falta más. Llegamos a casa, meses después de que Pablo me pidiera salir, me mude a su casa, era un unifamiliar que se encontraba en una urbanización donde residían ciertos famosos más, esta era blanca, con muchas cristaleras y lo primero que hice nada más llegar, fue apropiarme del penco vestidor que tenía Pablo abandonado, lo decoré un poco y ya está perfecto.

 Llegamos a casa, meses después de que Pablo me pidiera salir, me mude a su casa, era un unifamiliar que se encontraba en una urbanización donde residían ciertos famosos más, esta era blanca, con muchas cristaleras y lo primero que hice nada más l...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegamos a casa, y estaba empezando a tronar, pero a mi me daban mucho miedo las tormentas. Entonces al escuchar el primer trueno me sobresalte, y me abrace a Pablo.
Pablo: (cogiéndome de los brazos) Miri, no pasa nada, es una simple tormenta.
Miriam: lo siento...pero esque me dan mucho miedo.
Pablo: ven, vamos a la habitación y durmamos.
Nos metimos a la cama, me abracé a Pablo y nos dormimos abrazados.
Continuará...

Sin rencor✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora