noventa y cuatro

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Freddy vió a Fred llegar a la habitación, nuevamente dejó su libro de lado y se sentó más derecho.

— Fred, ¿Qué es lo que entregas en tu trabajo? — preguntó con seriedad.

El azabache bajó la cabeza, según él para quitarse los zapatos. Pero no necesitaba ver para darse cuenta que ya los tenía fuera.

Se sentó en la cama, sabía que no podría ocultarlo por siempre.

Comenzó a explicar.

— No estoy seguro. — comenzó —, Sé que tiene que ver con droga, armamento y documentos que nadie puede leer. Pero yo jamás he visto adentro de las cajas ni a las personas a las que les vendo. Ese fue el trato que me hicieron.

El corazón de Freddy de detuvo. Porque sabía que la opción más cercana era esa, pero de rehusaba a aceptar que su esposo estuviera en un lugar del que tal vez no pudiera salir.

— ¿Por qué aceptaste un trabajo así?...

— Estaba desesperado, completamete derrotado y dolido.

Fredy se compadeció de él, tal vez había otras opciones, pero entendía la situación de su esposo; — Renuncia.

El azabache que había tenido la cabeza agachada y con la mirada clavada en las sábanas reaccionó rápidamente mirando a Freddy; — Pero...

— Ya tenemos un horno, el negocio aún puede funcionar, ahora yo estoy trabajando.  — dijo tomando la mano de su esposo, mirándolo con tranquilidad y sin ninguna clase de reproche —, Ya no necesitamos que te arriesgues de esa manera.

Fred le miraba con los ojos bien abiertos, su respiración se sintió irregular.

Sólo su padre y Freddy lo habían apoyado de esa manera tan incondicional en su vida. Apretó los labios y las lágrimas corrieron por sus mejillas. Freddy de las besó.

Fred asintió; — Tienes razón... Pero, aún puedo juntar algo de dinero, para la universidad de los niños...

Freddy le interrumpió casi al instante; — No.

— Pero...

— Fred, sí algo te pasa por ese trabajo no tendrá sentido que juntes tanto dinero. No quiero que te pase nada, ni a ti, ni a los niños... Sólo estoy asustado...

Fred abrazó a su esposo con dolor en su pecho; — Está bien... Hablaré con la persona que está a cargo de mí, ¿Sí? No te preocupes más.

Counting stars (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora