setenta y ocho

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Deuz bajaba las cajas más grandes de la camioneta sólo, cómo siempre, parecía molestarle que los demás bajarán las cajas por él.

No era una persona débil, nadie nunca haría que él de sintiera así.

Seguramente su aspecto más débil era ese, y por esa razón intentaba todo el tiempo demostrar que sólo existían fortalezas en su cuerpo y mente.

— ¿Te ayudo con eso? — preguntó el azabache alzando los brazos, cómo sí esperara que Deuz dijera que sí y le entregará la caja.

No sucedió.

El moreno le miró con molestia, ni si quiera negó con la cabeza. Sólo le esquivó como sí no existiera y metió la caja en la pequeña casa perdida entre locales vacíos.

Era la parte abandonada del pequeño pueblo al que habían ido.

Fred suspiró. No importaba que tanto intentara ayudar a este compañero suyo. Parecía que jamás podrían llevarse bien.

Counting stars (Freddedy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora