Una princesa para un príncipe.

La quiero.

Christian.

La había deseado durante toda mi juventud, era la única chica que ha conseguido llamar mi atención desde el instituto, había soñado con ella cada noche. No mentía cuando dije que había esperado por ella. Deseando que llegara el día que tuviera mi vida bajo control y pudiera buscarla.
Había seguido sus pasos, la había mantenido bajo mi foco, pendiente de ella y preparado para lanzarme sobre el primer capullo que intentara algo con ella, pero ese trabajo ya lo hacía mi chica por mí.
Jamás ha dejado que ningún hombre se acercara a ella. Me parecía increíble que no aceptara esos cortejos. Verdaderamente ha tenido a los pies a hombres importantes, guapos y ricos. Y ella... simplemente no estaba interesada.
Aún así, me costaba creer que fuera virgen.
Sonrío.
Ya tuve el inmenso placer de descubrirlo la otra noche cuando la tuve en mi cama.
Sabía que ella era especial, sabía que esta chispa de deseo prohibido que hemos abanicado durante años prendería una vez que la tocara.
Le doy un trago a mi copa de Bourbon sin quitarle los ojos de encima.
Baila con sus hermanas en la pista abarrotada de un lujoso club de Nueva York.
Cuando nuestros hermanos acabaron de felicitarnos, propuse ir a celebrar que la chica de la que había estado enamorado toda mi vida había aceptado casarse conmigo. Había aceptado ser mi reina.
Un furioso hormigueo me recorre el miembro al pensarlo.
Muevo el cuello de un lado a otro destensando los músculos de tensión que he vivido estos días.
Cuando supe lo que el cabrón de Linc y Elena le habían hecho...la rabia aún corre por mis venas al recordarlo.

—¿Qué se siente? —pregunta mi hermano pequeño. Le miro, reticente de quitar la vista de encima de mi chica y esos movimientos sensuales—. Al saber que por fin tienes a la mujer por la que has rechazado a todas las demás.
Sonrío volviendo a mirarla.

—Bueno, no a todas —se burla Elliot.
La sonrisa se le borra de la cara cuando me mira.

—No hay un solo día que no me arrepienta de esa puta noche.

—Tío, tienes veintisiete años y solo has estado con una tía una noche de borrachera. ¿Quién coño aguanta tanto? —señala Ethan intentado animarme.

—Ella lo ha hecho —se me escapa dentro de mi estado mortificado.

—No sé cómo has podido rechazar a todos esos pibones que se te echaban encima.

—A nosotros nos ha venido genial que las rechazaras. Estamos encantados de poder consolarlas —añade Elliot.
Palmea mi espalda con fuerza dedicándome una enorme y maliciosa sonrisa.

—¿Qué me dices de Katherine Steele? Hace un rato te la comías viva —repongo y él la busca con la mirada.

—Mía —ruge.

—¿Ella lo sabe? —cuestiona Ethan entre risas.

—¿Y Mia? —pregunto a Ethan.
Mi hermano se encoge de hombros borrando todo rastro de burla en su rostro.
—Oa voy a advertir una cosa —les señalo mirándoles con mala cara—. Llevo años sacrificando mi vida. Mientras vosotros estabais de fiestas follando con todas las  mujeres que quisierais yo estaba estudiando y dando clases de protocolo. Sabéis que siempre he querido a Anastasia. Llevo esperando el momento de ser feliz con ella mucho tiempo. No me lo vayáis a joder solo por echar unos polvos con sus hermanas —siseo fulminándoles con la mirada.
Ambos asienten rápidamente.

—Entendido, hermano. No te preocupes —me tranquiliza Ethan.
Miro a Elliot porque es quien más me preocupa. Es el más mujeriego de los dos.

—Ella está igual de enamorada de ti, Christian. No te preocupes, no tendrás ningún problema.

—Eso espero, joder. Ya hemos tenido problemas nada más empezar y esto es solo el principio —gruño—. Ella está hecha para mí desde siempre. No quiero perderla ahora que por fin la tengo.
Ethan pide tres copas más que una chica nos sirve con rapidez frente a nosotros.

—Entonces brindemos por tu matrimonio —propone mi hermano pequeño sacándome una sonrisa.

—Este será un año de celebraciones. Tu coronación, tu matrimonio, el nacimiento de tu primer hijo... Mamá estará que no cabrá en ella.
Me río.

—Todo está en camino ya. No pienso dejarla escapar. Así tenga que amarrarla a mí de la manera que tenga que ser —digo con firmeza, sin un ápice de duda o vergüenza.

—No quiero reventar tu burbuja, pero sabes que no será un camino de rosas —señala Ethan. Me tenso al mencionarlo—. Sobre todo para ella. Gia no se quedará de brazos cruzados, Elena y Linc tampoco, por no hablar de que hay una Leila por ahí suelta que aún no a hecho su aparición estelar en este cuento y sin mencionar que...

—Cállate, tío —le interrumpe Elliot—. Déjale que disfrute de su momento.
Asiento de acuerdo en su dirección.
Levanto mi copa hacia ellos.

—Por mi futura reina —brindo con ellos y le doy un sorbo a mi copa.
Vuelvo a buscarla con la mirada y me deleito una vez más con su cuerpo y ese aura de magnetismo que tiene.
Sabe que la miro, claro que sí. Con descaro, se gira moviendo el culo y me echa una mirada malvada por encima de su hombro.
Sonrío y voy hacia ella.

—Que pases buena noche con la princesita, hermano —me desea Elliot con su habitual tono burlón.
Y que lo digas.
Ana se gira lentamente hacia mí, cuando llego a su lado quedando frente a frente.

—Alteza. —Esa voz ronca manda una corriente eléctrica a mi miembro.
Trago saliva haciendo soberanos esfuerzos para mantener la excitación a raya.
Me echa los brazos al cuello con una sonrisa amplia y una mirada achispada.
Le rodeo la cintura pegándola a mi para besarla a mi antojo.
Saboreo el bourbon con naranja de su cóctel en mi boca cuando su fría lengua se adentra en mi boca.

—Son las doce ya, princesa. Debemos irnos inmediatamente. —Se ríe.

—¿Se romperá el hechizo? —pregunta con inocencia.
Una débil voz dentro de mi cabeza me dice que puede que así sea. Pero no hago caso. No le presto ninguna atención, ni dejo que me influya en estos momentos.

—No. Quiero pasar todo el tiempo posible contigo en la cama.
Me acaricia la nuca lentamente con su manos provocándome un escalofrío que me recorre toda la espalda.

—Pues soy toda tuya.
No necesito que me diga nada más.
Ella es mía.

El otro capítulo que me habéis pedido. Se queda intrigante, ¿verdad? 😬
Tengo poco tiempo ahora mismo, de modo que iré actualizando cuando vaya teniendo huecos.
Gracias.😘