Cotilleos

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Sus chillidos cuál urracas escandalosas recorrían toda la casa.
Otra vez mis queridas hermanas estaban discutiendo. Por cualquier cosa, seguramente.
Son verdaderos incordios. Desde que murió nuestro padre nada ha vuelto a ser igual. Mi madre se pasa los días con sus amigas en el club, mis hermanas revolotean de un lado a otro sin oficio ni beneficio.
Bajo las escaleras de caracol a toda prisa y esquivo por los pelos el jarrón de porcelana de la abuela Diane.
Miro hacia arriba y veo a Kate corriendo detrás de Mia.

—Anastasia, no te quedes ahí mirando como una tonta, ayúdame —grita Mia esquivando el marco de la foto de los tíos Paul y Olena.

—Anastasia, no te metas. Voy a enseñarle a no tocar mis cosas —la amenaza Kate.
Ignoro a las dos y sigo bajando escaleras hasta la amplia entrada de nuestra casa.
Cojo mi mochila del suelo y salgo a la calle dando un portazo.
Ya apenas oigo sus voces y es un verdadero alivio.
Nuestro gato Lucifer está tumbado en una de las sillas que hay en el porche y se estira bostezando.
Sonrío y me agacho para rascarle la barriga.
Respiro hondo el olor a pino y naturaleza.
Cuando papá propuso venir a vivir a la mansión que nuestros abuelos tenían aquí en Portland yo estaba la mar de feliz. Incluso mamá se tomó bien el volver a la pequeña ciudad donde se crío.
¿Sabéis de dos que no lo tomaron bien?
Niego.
Papá mandó construir una piscina para Kate puesto que le encanta nadar. Aunque lo que más le encanta es dar fiestas allí con sus amigos. También construyó una enorme cocina para Mia. Mi hermana pequeña es un As con los postres.
Abro la puerta d madera que da a los establos y miro a lo largo las caballerizas. Mi padre también construyó un establo equipado con todo para mí. Y mi precioso Gustavo. Mi caballo de pura raza, regalo de mi padre por mi mayoría de edad.
Alguno de los empleados pasan por mi lado, metidos de lleno en sus quehaceres. Alimentando, limpiando y adiestrando a los demás caballos.
Nuestro criadero de caballos es el mejor de todo el país. Mucha gente viene de visita solo por ver a los caballos en su adiestramiento y pasar el día en el campo. Otros vienen a comprarlos y otros traen a sus ejemplares para que los eduquemos.
Papá hizo construir un enorme restaurante y una tienda de souvenirs cuando vio que el negocio empezaba a ser fructífero.
Y lo ha sido. Afortunadamente a mi familia no le va mal.
Ensillo a Gus y salgo pitando del la zona de picadero donde ya hay personas concentradas viendo los espectáculos.
Estos días la ciudad está más concurrida que de costumbre.
Las vísperas Navideñas atraen a muchos turistas a nuestra pintoresca cuidad, y este año, además, tenemos un evento muy especial.
Nuestro querido rey pasa el trono a su sucesor.
Sonrío.
La gente está como loca, haciendo arreglos, pintando y limpiando la calles y sus casas. Los pintores no han dado a basto renovando las fachadas de las casas, los jardineros cuidan y dan diferentes formas a los setos de los parques o las rotondas, los costureros llevan meses y meses cosiendo los mejores trajes que la gente se pondrá para asistir al evento que tendrá lugar en palacio. Por orden del futuro nuevo rey, los habitantes de Portland, sean del carácter que sean, están todos invitados.
Amarro a Gus a un poste dispuesto para los caballos frente a las puertas del Steele House.
Nuestro maravilloso restaurante especialidad en carnes a la brasa está abriendo sus puertas, preparándose para un nuevo día.

—Buenos días, pequeña Annie —canturrea Gail.
La encargada de llevar todo el restaurante me saluda con su habitual tono cariñoso y amable. Vistiendo con unos vaqueros y su polo con el logo de la empresa.
Abre los brazos en mi dirección y dejo que me envuelva como hace siempre con su abrazo de oso mimoso.
Me río sobre su hombro.

—Buenos días, Gail.
Ladea la cabeza para mirar hacia la puerta por encima de mi hombro y de nuevo a mí.

—¿Te apetece un chocolate caliente? —pregunta con complicidad.
Asiento varias veces.
—Lo suponía —dice con una sonrisa—. Te he preparado tus galletas de jengibre favoritas.
La vuelvo a abrazar.

Una princesa para un príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora