• Capítulo 2 •

381 24 1
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

~|Erin|~

Me despierto con la alarma de mi celular. —Menuda música de mierda. —bufo.

Es tan temprano que ni siquiera amaneció, pero es el último día laboral de la semana y ya luego me pido esas pequeñas vacaciones que me prometí.

La alarma vuelve a sonar luego de pasados cinco minutos. 5:50 am. Si no me levanto ahora llegaré tarde al trabajo.
Me levanto de poca gana y me voy directo a la ducha, abro el agua bien caliente y me higienizo. Al salir me cepillo los dientes y me lavo la cara con mi rutina de día, me coloco un poquito de rímel transparente y gloss en los labios.

Busco mi ropa de trabajo, un trajecito sastrero y ¿zapatos? No, me pongo mis mocasines con cordón de color blanco y por último un par de horquillas, quizá debería cortar un poco mi cabello. 

Antes de salir tomo mi maletín y riego mis plantas. Agarro mis llaves y bajo a recepción. Las puertas del ascensor se abren y visualizo a Amanda en su puesto de trabajo con mi café esperando.

—Erin, buenos días, tu pedido acaba de llega. —dice sonriendo.

—Buen día Amanda, gracias, eres un ángel. —tomo el maple con dos vasos de café y corro a la parada de transporte.

6:30 llega puntual el autobús que me deja en la puerta de mi oficina. Antes de subir, reviso de tener todas mis cosas y me coloco los audífonos para escuchar un poco de música.
Una vez llego a destino, me bajo y me dirijo a la puerta del edificio, en la entrada está Jaime, el diariero.

—Te guardé el de siempre Erin, ¡Buenos días!–me grita al verme y sonríe casi sin dientes.

—Señor Jaime, buenos días–me acerco a recibir el periódico de hoy y le sonrío– ¡Muchas gracias! Le traje un poco de café. Nos vemos a la salida.

Subo a la oficina lo más rápido que puedo y en el camino saludo a mis compañeras. Me siento en mi pequeño escritorio, luego de entregar a mi jefa los informes que preparé el día anterior y tomo la pila de trabajo que me toca para el día.
No paro hasta el horario de descanso a las 10:30, entonces me reúno con las chicas en el escritorio de Ginna y comemos un bocadillo las cuatro.

—Hola chicas, como están? Perdónenme la poca palabra de hoy, tenía una cantidad de trabajo terrible.

—Erin, un día de estos vas a estirar la pata de tanto estrés. —dice Ymir y se ríe.

—Ay cariño no digas eso, mira la pobre Erin necesita de este trabajo para poder estudiar. —contesta Historia.

—La verdad es que estoy que exploto y pensé en tomarme una o dos semanas, mi jefa me ha dado el visto bueno y debería aprovechar.

Ay, amor 🔞 •// Levi Ackerman//•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora