• Capítulo 5 •

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~|Levi|~

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~|Levi|~

—Ackerman —contesto el teléfono mientras espero que la niña salga del baño.— Natasha no te incumbe con quién volví a casa, deja de meterte donde no te llaman.

Me quito la ropa y me calzo unos pantalones de chandal y una remera para dormir. Ya son las 3.00 am. Toco la puerta del cuarto de baño y no escucho respuesta.

—Voy a pasar —anuncio y cuando entro observo a la muchachita sentada sobre la mesada del baño. Me acerco a ella y observo bien su rostro. Sigue un poco ebria.— Mocosa imprudente, ¿que pensabas hacer si no te sacaba de allí?

—Volver a casa con Jean, como la mayoría de las veces —dice y escucho que ríe de forma burlona.

—¿Es tu novio?— pregunto impaciente—Contéstame.

—Eso a ti —pone su mano en mi rostro— no te incumbe.

Maldita sea.

La cargo sobre mi hombro derecho y chilla, pero hago caso omiso y la llevo a mi habitación. La dejo sobre la cama y la observo por un momento... Está agitada, tiene la boca entreabierta y sus mejillas están sonrosadas. Puedo notar que sus pezones se erizaron debajo de la fina tela que cubre su pecho.

—Si tan solo estuvieses sobria —digo buscando una camiseta en el vestidor para entregársela— Ponte eso y duérmete —añado y finalmente me volteo mirando hacia la ventana.

—No me mires —escucho que dice con la poca voz que sale de su boca.

—Si quisiera ver lo haría y ya —contesto y salgo de la habitación.— Maldita mocosa tonta, no puedo tocarte ni un pelo en esas condiciones.

Me encamino hacia la biblioteca y una vez allí me dispongo a sentarme en el sillón frente al hogar cuyo fuego chispea.
Cierro los ojos y las imágenes en mi cabeza no me dejan en paz. La veo bailando con su estúpido amigo, restregándole su cuerpo y luego metiendo su lengua en la boca de él. Comienzo a acariciar mi miembro sobre el pantalón y mi erección comienza a crecer tanto que me duele...

~|Erin|~

Estoy recostada en la cama del señor Ackerman y aún no ha vuelto, ¿será que tiene otra habitación?
Iré a buscarlo, no puedo quedarme aquí. Ni siquiera tengo mi teléfono y, como si fuese poco, no tengo ni la menor idea de dónde estoy. Tengo suerte de que no haya hecho nada. Me levanto despacio para entrar al pasillo y me encuentro con cinco puertas ¿En qué momento pasé por aquí?

—Genial, ahora debo abrir una por una, con un demonio —camino sosteniéndome de las paredes y luego de abrir la tercera puerta me encuentro con una biblioteca. Alucinante, una cantidad de estanterías inmensa, todas llenas de libros, ubicadas alrededor de un hogar que se halla encendido— es el lugar perfecto.

Decido cerrar la puerta para volver luego de seguir con mi búsqueda, cuando escucho... un gruñido. Viene de aquí dentro, reconozco su voz de inmediato. Es imposible confundirlo. Me acerco sigilosamente hasta el sillón y observo desde la oscuridad.

Ay, amor 🔞 •// Levi Ackerman//•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora