LevixOc ~ AU snk +18
"-¿Por qué me trajiste aquí? -bostezo tratando de mantener los ojos abiertos.
-Porque quiero tenerte aquí, junto a mi...".
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-La mayoría de los personajes no son de mi autoría, pertenecen a Hajime Isayama.
ATENC...
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Nunca me consideré una persona a la que le gustaran los lujos, aunque provengo de una familia con mucho dinero, no me siento atraída por esas frivolidades. Mi ideal de vida es vivir en la ciudad, en un apartamento como la gente normal y trabajar duro para ganarme el pan como todos.
En cuanto a mi vida romántica, siempre fui muy liberal en eso, no me gustan las ataduras. Definitivamente no soy una persona de romance, no sirvo para esas cosas, no me interesan. O eso creía...
~|Erin|~
Me despierto con el ruido del timbre
—¡¿Pero que...?! Oh, me quedé dormida, perfecto —me levanto y tomo el teléfono para comunicarme con recepción.
—¿Quién mierda es ahora? —Pregunto a Amanda por el teléfono del portero.
—Señorita Becker, es su cita de las 19 hs.
—Ugh, lo había olvidado. Dile que pase, por favor, Amanda.
—Si señorita. —dice y cuelga.
Me tallo los ojos y me dirijo al baño corriendo. Me quedé dormida arriba de los informes que estoy preparando. A veces me paso de pendeja.
Me lavo la cara solo con agua y luego me tomo una aspirina para el dolor de cabeza. El doctor ya debe estar en la puerta —pienso— y así es. Oigo que tocan y me dirijo a abrirle.
El doctor Zelman es mi psicólogo hace ya un año y medio así que puedo decir que nos conocemos bastante bien o mejor dicho, me conoce bastante bien.
Es un hombre de unos 48 años aproximadamente, de estatura media y cabello canoso; siempre viste igual, con su chaleco de cachemir y sus mocasines color bordó y, aunque esté cerca de los 50, debo decir que se mantiene muy bien.
—Doctor, pase, por favor. —lo invito a entrar.
—Buenas tardes Erin, ¿acaso te interrumpo? —pregunta mirándome de pies a cabeza.
—No doctor, por favor, le pido mil disculpas por hacerlo esperar. Estoy teniendo unos días de locos.
—Hablemos de eso entonces. —dice mientras se acomoda en el sofá con total comodidad.
—La verdad doctor estoy un poco desganada para hablar, ¿gusta un café? —le ofrezco.
—Quieras o no Erin, debemos llenar el tiempo de la sesión y ya me has hecho venir hasta aquí. Ten un poco de consideración —ríe de buena gana y me hace una seña de aceptación —Que sea con dos terrones de azúcar, por favor.
Le sonrío de lado y preparo dos cafés. De vuelta en la sala le entrego el suyo y me siento en un silloncito de un cuerpo frente al sofá.
—Bien entonces, cuéntame como te sientes viviendo sola.
