• Capítulo 9 •

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~|Erin|~

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~|Erin|~

Me levanto de las piernas de Jean y voy hacia Zeke. Pienso que podría ser un buen auto regalo de cumpleaños.

—Niña ¿adónde vas? —pregunta Ymir desde su lugar y todos me quedan mirando.

—Ya vuelvo muchachos— digo y les guiño un ojo.

Sigo mi camino y busco con la mirada a Zeke, lo visualizo sentado en la zona de fumadores. —Oh genial, no puedo ni probar un puro— Estoy por entrar y acercarme a él, pero me paro en seco y observo a su alrededor. Todos aquí son personas mayores de 26, incluso hay de más de 30 o 40 años.

Dudo por unos minutos y me decido a entrar, qué más da, solo será una charla breve. Me acerco a él y me coloco a su lado, no ha notado que estoy aquí así que me hago notar haciendo ruido con la garganta. Se voltea a verme y me toma la mano sin levantarse de su asiento.

—Hola muñequita— dice mirándome de pies a cabeza— ¿Tiene una respuesta para mí? — pregunta y tira mi brazo haciendo que quede sentada en sus piernas.
La gente que estaba hablando con él nos observa cautelosamente.

—He venido a saludar, estoy con mis amigos en la mesa de allá— los señalo y se queda observando un minuto— La verdad sí he pensado en su propuesta, pero por diversión únicamente. No hay nada que tenga usted que yo pueda necesitar.

— ¿Nada? — dice asombrado- Puedo comprarte ropa, celulares, joyas, autos—niego con la cabeza— ¿A qué has venido? —pregunta con franqueza.

—Pensaba en darme un auto regalo, hoy es mi cumpleaños. — comento levantándome de sus piernas— pero...

—Dime que quieres, adelante— me dice riendo con arrogancia.

—Estoy buscando tener sexo contigo, no soy una persona a la que le gusten las relaciones de pareja, tengo otras cosas en mente—respondo y siento que posa su mano en mi cintura.

—¿Cuál es el precio? — Acaricia mi abdomen al descubierto y juguetea con mi piercing.

—Ya te he dicho que no quiero dinero.

—Bien, si es así—se levanta y me toma de la mano para caminar hasta el baño.—¿Cuántos años tienes? — pregunta.

—Perdona, soy mayor de edad si es lo que quieres saber— le contesto descolocada.

—Bien, con eso me basta—me besa de repente y aunque parece rudo es tan suave. Su boca sabe a... menta.

Correspondo el beso y con mis manos acaricio su cuello para terminar en su cabello. De un momento a otro me voltea con rudeza quedando yo parada entre el lavabo y él.  Puedo sentir su erección en mi trasero. Oigo como rasga el envoltorio del condón y bajo mi pantalón y bragas hasta la mitad de mis muslos. Este será un buen regalo. Debido a su altura, se ve obligado a levantarme de la cintura y suspendida en el aire me penetra suavemente.
Entra y sale de mí una y otra y otra vez, primero rápido y luego lento.

Ay, amor 🔞 •// Levi Ackerman//•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora