Ay, amor 🔞 •// Levi Ackerman//•

• Capítulo 19 •

Sasha y Mikasa están en la cocina preparando los bocadillos mientras esperamos a que el resto de las personas invitadas llegue a casa. Al principio sería una pequeña reunión con mis amigas del trabajo, pero terminé invitando a mi grupo de la uni y ellos a sus amigos.
El último en llegar es Jean que trae consigo un par de cervezas; la música está tan alta que no se oye el sonido de la puerta de entrada cerrándose y ya hay un grupo de gente bailando sobre mi mesita de centro en la sala. La verdad me estoy conteniendo para no bajarlos a golpes de allí y ahora creo que tendré que posponer el tema "Levi", al menos hasta que se vaya un poco de gente o....Quizá solo lo deje estar. ¿Me habrá dejado algún mensaje al teléfono que hice trizas? Lo dudo, en ese caso, al no obtener respuesta habría recurrido a mi verdadero teléfono.

— ¿Erin que ocurre que estas aquí sola? —Eren entra en la cocina con dos vasos para rellenar.

—Bueno pues, no era mi idea hacer una fiesta hoy—confieso y sonrío con incomodidad. —Ven, ¿qué te sirvo?

— ¿Quieres que vayamos a otro lado a hablar? —ofrece y me entrega los vasos. —Un bloody mary y una cerveza.

—Podría ser, aunque sería mejor a esperar hasta mañana.

—Eren, estas tardando mucho—interrumpe Mikasa— ¿Qué pasa?

—No es nada Mika, estoy un poco cansada hoy—le digo con una sonrisa—Vayan y disfruten de la noche muchachos, voy a tomar un poco de aire.

Elijo bajar a la planta baja del edificio a fumar y a los pocos minutos se me une Gi. Sabía que vendría. Nos quedamos en silencio compartiendo el cigarrillo, ella me abraza y yo apoyo la cabeza en su hombro. Necesito hablarlo con mis amigos.

—Gi, tengo que contarte algo.

—Seguro, ya decía yo que era raro que no estes de humor para fiesta, soy toda oídos nena—acaricia mi cabello con suavidad y da una pitada.

— ¡Oigan! —dice Jean que aparece tras nuestro y toma mi mano—las estábamos buscando. Erin, será mejor que subas, una pareja entró a tu hab-

— ¡Bueno parece que se acabó la fiesta! —me termino el cigarro y subimos los tres.

Veinte minutos más tarde los desconocidos ya se habían retirado y mis amigos estaban ayudándome a ordenar el desorden.
Yo decidí ocuparme de la cocina y el resto se ocupó de la sala, el baño y mi habitación. Honestamente, no sabría que hacer sin estas personas, podría haber limpiado esto sola, pero insistieron en quedarse así que decidí invitarles la cena.
Todo está muy sereno y nuevamente dudo en hablarles sobre la razón me hizo traerlos aquí. Si fuese otra cosa ya lo habría dicho, pero sé que contarles esto lo hará más real de lo que es y tendré que tomar medidas de inmediato. ¿Y si no es cierto? Estaré dejando al señor Ackerman como alguien que no es. Por otro lado, si la información que recibí es verídica, lo razonable es tomar distancia y cuanta más, mejor.