• Capítulo 7 bis •

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Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses

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Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. En un comienzo fue difícil, a Erin le costó dejar de pensar en Levi, pero con el pasar del tiempo se fue perdiendo entre reuniones, exámenes, cumpleaños y salidas. Poco a poco su mente se fue despejando y se dio cuenta de que estando ocupada no había lugar para él.

En el día ya no pensaba en sus ojos, ni en sus manos y no recordaba siquiera el aroma a menta que él destilaba. Dejó de utilizar el abrigo que olvidó y lo guardó en un baúl debajo de un cobertor.
Se enfocó en "lo que ella quería", como le dijo su jefa, sin darse cuenta de que lo que realmente deseaba se encontraba a miles de kilómetros, compartiendo una habitación con su secretaria de piernas largas y cabellos dorados...
Sólo en la noche, cuando se encontraba en soledad, su mente era invadida por fugaces recuerdos, pequeños detalles que le hacían preguntarse ¿a qué saben los labios de ese hombre tan enigmático? ¿Cómo se sentirá entregarse a alguien tan controlador? ¿Cómo será en la cama?

~|Erin|~

—¡Erin! Espéranos en la cafetería, terminaremos en un segundo— dice Eren acercándose a la ventana de su salón.

Me dirijo hacia la cafetería y cuando llego veo a Connie y Mika en la mesa que siempre elegimos. Ellos están cursando el cuarto año de mi misma carrera. Nos hicimos amigos a causa de un trabajo grupal que debimos realizar a comienzos de semestre y desde aquella vez no nos separamos.
Eren y Armin estudian, ciencia física y ciencia biológica respectivamente, en la facultad de ciencia exacta de mi universidad. Son amigos de Mikasa desde su infancia y la única que falta aquí es Sasha, que vive con Connie, pero ella estudia gastronomía en otra universidad.

Todos me han aceptado en el grupo y acogido con tanta amabilidad que a esa altura del año los considero parte de mi familia. Ellos y mis amigas del trabajo, son mi sostén aquí en la ciudad.
Yo soy la más pequeña, se sabe y por eso me cuidan como a una hermana menor.

Me acerco a saludarlos y luego hago la fila para pedir comida. Mi estómago ruge sin parar, admito que cursar en el turno noche es un asco, pero no tengo opción y justo coincido con mis amigos.

Cuando regreso a la mesa Armin y Eren se han unido finalmente y ahora ellos se dirigen a buscar qué comer. Al volver a la mesa, Eren se ubica al lado de Mikasa y pasa su brazo por sus hombros para acercarla y darle un beso en la mejilla.

—¿Y muchachos? ¿Qué tal estuvo el examen? —indago mientras bebo un poco de café.

—Pues... estuvo un poco difícil, aunque estoy seguro de que a Armin le fue excelente—contesta Eren—Es un sabelotodo.

—Oye no me hagas quedar así—le dice Armin y me mira—La verdad es que si has llevado la materia como se debe era bastante accesible—comenta el rubio cerebrito.

—Que adorable que eres Armin, quisiera comerte—le digo sin vergüenza y acaricio una de sus mejillas con mi mano. Él se sonroja.

Continúanos conversando acerca de los exámenes que hemos dados esta semana y puedo decir, orgullosamente, que he aprobado todos. Me ha costado horrores, pero lo logré. Solo quedan dos instancias más y ya podré disfrutar de mis soñadas vacaciones.

Ay, amor 🔞 •// Levi Ackerman//•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora