•Capitulo 21•

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—Nos vamos, así quieras o tenga que cargarte en mis hombros

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—Nos vamos, así quieras o tenga que cargarte en mis hombros. —oigo decir a un hombre mayor en el corredor.

Estaba tardándose demasiado así que decidí venir a buscarla, pero al escuchar que hablaba con alguien preferí no interrumpir. Sea quien sea este tipo no es Kirschtein, tampoco es Zeke, no reconozco su voz.

—No voy ir, entiende por favor, no puedo volver a casa con ella. —dice Erin.

—No sé porque siempre complicas las cosas, primero con tu madre, luego en tu trabajo... —dice el tipo y puedo adivinar de quien se trata.

—No puedes obligarme.

—No tienes adónde ir, el apartamento donde vivías ya se lo arrendé a alguien más.

Ya escuché suficiente. Abro la puerta sin cuidado y me encuentro a Galliard arrastrando a su hija dentro del elevador. Corro hasta alcanzarlos y se la quito de las manos.

—Ella tiene donde quedarse. —pongo a la muchacha detrás de mí y me toma de la mano. —Vive conmigo ahora.

—Ackerman, tiempo sin vernos muchacho. —dice el viejo levantando una ceja. —Eso que tienes allí, es una de las herederas de mi fortuna, te recomiendo que no te interpongas.

—Ve adentro. —le ordeno a Erin y me obedece sin chistar. —No estás en tu territorio, viejo, quisiera saber cómo vas intentar a llevártela de aquí.

Galliard sonríe de manera que su expresión desaprensiva se remarca aún más.

—No me provoques, Levi, nos conocemos bien. —se encorva lo suficiente para hablarme al oído. —Este puede ser tu territorio, pero aun así te ganaría si quisiera. —dice para luego retomar su camino hacia el elevador. Hace una seña de despedida y su rostro se pierde tras las puertas metálicas.

Devuelta en mi piso, busco a Erin por todo el lugar hasta que doy con ella en el cuarto de baño de mi habitación. Toco la puerta, que esta entreabierta, y la encuentro detrás de esta, como si estuviera escondiéndose. Tiene la cara pálida y la mirada hacia el suelo, no se mueve. Le quito el teléfono que tiene en las manos y me tomo la libertad de leer el mensaje de la pantalla.

"Recoge las cosas de mi apartamento, por favor, y tráelas", espero que este mocoso colabore. Al menos de aquí no se la van a llevar, puede quedarse cuanto quiera, solo tengo que apaciguar a Natasha o enviarla por unos días a otro lugar.

—No puedo volver ¿sabe? No puede dejar que me lleven a casa, no si no está Porco...

—Tranquila, nadie va a sacarte de aquí. —alzo mi mano para acariciar su mejilla, pero gira la cabeza evitando el contacto. —Te prepararé un té, ven a la cocina cuando estes lista. Puedes ducharte y usar algo mío.

—El traje...—levanta la vista para continuar— el traje que me prestó, aquel que Natasha me pidió de regreso, ¿de quién era?

¿A qué viene esa pregunta? Sus ojos denotan tristeza, aunque tiene el ceño fruncido. Creo que fueron muchas emociones para un solo día. Vuelve a insistir con la pregunta y, pese a que desearía no responder, si quiero que confíe en mí tengo que contestar.

Ay, amor 🔞 •// Levi Ackerman//•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora