Capitulo 4

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No hay grito más desgarrador que el susurro de una conciencia intranquila.

Me senté en el cómodo sofá de cuero de mi casa, después de haber quemado mi anterior ropa y haberme puesto algo mucho más cómodo.
Le dejé la pequeña sorpresita para mi madre sobre la mesa y encendí el televisor.

Bebí un vaso con vino y deje otro ya servido.
Al cabo de unos minutos, escucho a mi madre salir de su habitación como todas las mañanas rumbo al baño.

Paso mis manos por aquel libro que saque de la maleta de la persona que durante mucho tiempo fue mi padre.

A el le gustaba tener que guardar acontecimientos de su vida en cuadernos, eran como sus diarios.

En ese momento tenía uno que en letras rojas estaba escrito mi nombre.
Abri el cuaderno y lo leí:

"Mi esposa y yo nos encontramos con una niña por las calles, se llama Vivian.
Mi esposa la llevo a nuestra casa y la trata como si fuera nuestra hija.

La niña dice que su madre y ella siempre vivieron en las calles, pero yo se que no es verdad.

Su madre era una prostituta drogadicta, lo se porque frecuentaba su hogar, aunque nunca vi a la pequeña en persona, solo en una sola foto de ella que encontré en aquella casa, al parecer la encerraba en su habitación hasta que sus clientes se fueran.

Un día que fui de "visita" y escuche los gritos de la niña, la risa de su madre y gemidos de otro hombre, no interferi y me fui. A la semana en las noticias informaron sobre el asesinato del mismo hombre, y la casa consumida por las llamas junto con la mujer dentro de esta, pero no mencionaron nada respecto de Vivian, sobre si murió o si la buscaban, al parecer nadie sabía de su existencia, tengo la sospecha que ella cometió aquel cruel asesinato, pero es solo una niña, tal vez es imaginación mía.

El lo sabía, lo vio todo ¡Y no hizo nada!

"Mi esposa quiere adoptarla, la verdad es que es una niña preciosa sin dudas, no culpo a ese hombre por querer tomarla.
La tendremos aquí con nosotros, será nuestra pequeña. Lastima que ya no sea pura.

No quise seguir leyendo así que arranque la página y cerré el cuaderno dejándolo sobre la pequeña mesa.

Escucho a mi madre descender por las escaleras. Ella me mira y sonríe.

-Buenos dias madre- saludo y saco el arma apuntandola hacia ella-¿Cómo dormiste? ¿Las pastillas te ayudaron a ignorar la culpa?

-Vivian..¿qué haces con eso hija?

-Sientate- ordeno.

Ella se queda estática a los pies de las escaleras, mirándome con miedo y confusión.

-Te ordené que te sentaras madre.

Camina lentamente hacia el sofá, en ningun momento su mirada deja la mía.

-Hija...¿qué te sucede?

-No te hagas la estupida, tu sabías que Gastón era un pedófilo de mierda.- su silencio me lo confirma todo- ¡¿Porque carajo no hiciste nada?!

-¿Cómo te enteraste?

-El me lo dijo a la mitad de su agonía.

-¿Qué?..

Mi mirada dura se suaviza y le muestro una leve sonrisa.

-Bebe un poco, para que puedas asimilar mejor la situación - le extiendo el vaso que tenía servido con el líquido espeso.

Vivian(Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora