Capítulo VI

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Llevábamos días caminando, el Sol empezaba a asomarse por el horizonte, nos tenían amarrados de mano en un tronco ligero largo que se encontraba sobre nuestro hombro izquierdo.

Aún no puedo borrar esa imágen de mi cabeza...era mi padre, aunque nunca se comportó como uno..lo era.

Su cuello siendo degollado por el filo de su espada me tenía en shock, que hice para merecer esto...

Miré hacia mi lado derecho, la fila de los hombres se encontraba al lado de la nuestra, todos sus rostros manchados con gotas de sangre, seños fruncidos, se notaba la molestia e incomodidad en el ambiente, aunque dimos batalla, los griegos nos superaban desmesuradamente, además que contaban con un feróz guerrero..

Alejandro...

Guiando a sus guerreros al frente de la fila...hacia Grecia, su destino, nuestro destino, tal vez en cuanto lleguemos seremos vendidos como esclavos, como los salvajes que somos y seremos tratados como animales, ganado, ese en nuestro final.

- Kaysa..

Un susurro de mi nombre hizo que girara mi vista hacia dicha persona que hizo mención de él.

- Einer - susurré

Su rostro estaba demacrado, golpeado, sus nudillos estaban morados, se veía en muy mal estado.

- Como estás? - preguntó

- Si te digo que bien te estaría mintiendo - susurré mientras bajaba la vista

- Prometí a tu padre que te protegería con mi vida, juro vengar su muerte y sacarte de aquí - lo miré - lo prometo

- Deténganse!!

Se escuchó el gritó de uno de los soldados, dando la orden de detenernos.

Habíamos llegado a un riachuelo, un puente permitía la comunicación con el otro lado...Grecia, los soldados fueron pasando con sus dagas soltando la soga que nos mantenía amarrados al tronco, dejándonos en libertad.

- Los dejaremos descansar y beber agua - gritó - dentro de cinco minutos retomaremos la marcha - informó

Todos fueron directo al riachuelo, algunos a beber y otros a refrescarse con su fría agua, por mi parte busqué con la mirada a mi hermana, tratando de dar con ella.

- Kaysa!!

Giré sobre mi eje sobresaltada por dicho grito, una nerviosa Bricia se encontraba ante mí

- Kaysa - susurró mientras me estrechaba en sus brazos

Mis lágrimas dieron su aparición, me sentía tan agobiada, había sucedido muchas cosas en tan poco tiempo, que necesitaba desahogarme con alguien está angustia que siento por dentro.

- Tranquila - acarició mi cabeza - llora todo lo que quieras..desahogate - susurró

- Oh Bricia - la miré con mis ojos llorosos - que será de nosotros, que nos pasará - la abracé - papá está muerto...- mi voz se quebró

- Estaremos bien... confía en mí

En cierta roca, no muy lejos de las jóvenes mujeres se hallaba un hombre mirando la situación o más bien a alguien.

No había apartado la mirada ni un segundo de ella desde que la vió en aquel bosque, no daba crédito que sobre esta fas de la Tierra existiera semejante belleza en una mujer.

- Veo que te cautivó - despegó por primera vez la mirada de ella para fijarla en su fiel amigo Boadrio

Se sentó junto a mi uno al lado del otro

- De que hablas? - me hice el desentendido mientras bebía del cuenco un poco de agua

- Sabes de lo que hablo - lo miré - es hermosa no es así - dijo riendo de medio lado

- No te lo voy a negar - la volví a mirar - es preciosa..toda una diosa

- Me atrevía a decir que es más hermosa que la misma Afrodita

Lo miré, en mis labios se formó una media sonrisa mientras que mi rostro se contrajo, no me gustó para nada eso, no quiero que la miren tanto, solo yo puedo admirar su belleza.

Me levanté dispuesto a ir hacia mi corcel blanco.

- Dile a los soldados que ya partiremos - informé mientras me montaba sobre el corcel

Asintió con la cabeza

- Partimos!! - gritó

El soldado griego informó que ya debíamos partir, me separé de mi hermana para dedicarle una mirada de comprensión.

- Prometo que saldremos de esta - dijo para después besar mi frente

Nos volvieron a amarrar a ese incómodo tronco para después continuar con nuestra marcha, pasamos el puente y nos fuimos adentrando en unas pequeñas ciudades de las afueras de Grecia, los ciudadanos se inclinaban ante el paso de Alejandro cómo una reverencia de respeto.

Una enorme sombra nos cubrió por completo, alcé mi cabeza solo para toparme con unas enormes murallas con varios centinelas clavándonos la mirada, las enormes puertas se abrieron dándonos la bienvenida a Grecia más bien a Atenas.

Un bullicio de alegría inundaba la ciudad, los pobladores recibían a su rey con flores, aplausos, bulla, alegría...

Estaban celebrando nuestra captura, nuestra derrota?

- Bienvenidos a Atenas bárbaros..




Continuará......

"Nunca me Olvides"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora