dieciséis

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DESPUÉS DE aquellas dos semanas de descanso, Annelise se vio obligada a retomar su trabajo, y lo primero que hizo fue tomar los archivos que había rescatado de los laboratorios subterráneos y llevárselos a Erwin.

Una vez tuvo acceso a su despacho, tiró los archivos sobre el escritorio, haciendo que el Comandante la mirara con una ceja alzada.

— Lee.— Ordenó tomando asiento en una silla frente a su mesa. Se cruzó de brazos y lo observó leer en silencio durante unos minutos.— Qué demonios es esto, Erwin.

— Wallas...— Susurró él absorto en sus pensamientos sin prestar atención a la presencia de la rubia, al ser ignorada, Anne bufó con enfado y golpeó la mesa logrando que su hermano volviera su vista a ella.

— Quiero respuestas.— Exigió, ¿pero qué iba a contestarle Erwin? Él estaba tan o incluso más perdido que ella en el tema que concierne a su pasado. Joder, debía pensar en una buena mentira.

— Ella fue la mujer que se encargó de darte esos brazos, supongo, padre siempre fue quién controlaba ese tema.

— Fui acusada del asesinato de esa mujer, ¿por qué?— Preguntó recordando como había quemado el archivo que la inculpaba.

— Cómo dijo Levi en el juicio, momento y lugar equivocado, nada más.— Contestó el rubio queriendo creer en sus palabras, esperaba que fuera realmente una equivocación y que Annelise no hubiera matado a nadie.

Lastimosamente la rubia frente a él sabía la verdad sobre aquella mujer, Anne prefirió hacer silencio antes de comentar algo que la llevara a juicio de nuevo. Optó por asentir lentamente.

— Yo... Necesito pensar.— Se excusó saliendo de la sala a toda prisa.

Erwin suspiró releyendo los informes con atención.

— Anne parecía agobiada cuando me la he cruzado, ¿qué ha ocurrido?— Preguntó Hanji nada más cerrar la puerta del despacho.

Erwin clavó sus ojos azules en los marrones de su subordinada con seriedad.

— Me ha traído esto, al parecer llevaba guardándolos desde hace unas dos semanas.— Zoe tomó los archivos y comenzó a leerlos, mientras, Erwin observaba con detenimiento como sus facciones iban cambiando a medida que avanzaba su lectura.

— Madre mía, debe sentirse muy agobiada.— Comentó Hanji pasados unos diez minutos quitándose las gafas para restregarse los ojos con fuerza, el estrés comenzaba a afectarle.

— No sé qué hacer, Hanji, le he cogido cariño, y engañarla de esta forma...— El rubio suspiró con cansancio. Por un momento la idea de decirle la verdad se pasó por su mente, sacudió su cabeza reprimiendo esos pensamientos.

— Dejémosla sola un rato, querrá organizar sus pensamientos.— Concluyó Hanji alcanzando unos informes de la mesa de su superior y comenzando a rellenarlos por él.— Descansa un rato, yo me encargo de esto.

Por otro lado, la habitación de Annelise estaba hecha un completo caos, los libros estaban por el suelo, al igual que los almohadones, sus sábanas estaban arrugadas y mal puestas y los informes estaban desordenados en su escritorio.

Se llevó las manos al pelo y tironeó de él nerviosa, soltó un gritó de frustración antes de patear una de las patas de su cama, entonces llamaron a la puerta y Moblit asomó su cabeza con algo de miedo.

— ¿Anne? ¿Todo bien?— La buscó con la mirada puesto que la estancia estaba a oscuras, cuando la vio palideció y se acercó a ella.

Tomó las mejillas de Anne entre sus manos y la obligó a hacer contacto visual. Sus ojos estaban rojos y las lágrimas de frustración resbalaban por sus mejillas sin parar.

— Soy escoria.— Murmuró antes de apoyarse en el pecho de su amigo para llorar. A Moblit se le encogió el corazón de golpe y la apretó entre sus brazos mientras sobaba su espalda con tranquilidad.

— ¿Qué te hace pensar eso? ¿Qué ha ocurrido?— Susurró en su oído. La rubia negó indicando que no podía decir nada, pero Moblit insistió.— Anne...

— Soy una asesina.— Contestó entre sollozos.

— ¿Qué? Por supuesto que no.

— Sí, si que lo soy...— Se separó y retrocedió un par de pasos antes de mirarlo.— Moblit, yo maté a Eleanor Wallas.

La respiración de Moblit se cortó durante unos segundos mientras sus ojos se abrían de golpe ante tal noticia.

— ¿Q-Qué?— Ahora fue él quien retrocedió un par de pasos.— Anne yo.

— Moblit, no fue queriendo, ni siquiera me acuerdo de cómo pasó.— Intentó excusarse ella al ver como el castaño se acercaba cada vez más a la puerta.

Berner la miró durante unos segundos antes de salir de la habitación a toda prisa en busca del Comandante.

Anne fue corriendo detrás de él para intentar convencerlo de que delatara no era buena idea.

— ¡Moblit espera!— Gritó por el pasillo, pero para ese entonces el hombre ya había entrado a la oficina de Erwin.— ¡Erwin no es lo que..!

Se petrificó al ver las miradas inquisitiva de Erwin y Hanji sobre ambos.

— Qué ocurre.— Preguntó serio, cruzó sus brazos y alzó una de sus pobladas cejas en busca de respuesta, por supuesto notó las lágrimas en las mejillas de Annelise, que ante la persecución había dejado de llorar.

— Annelise...— Moblit la miró de reojo unos segundos conectando su mirada con la rubia, tembló levemente sintiendo pena por ella, al fin y al cabo podía haber matado a alguien, pero no recordaba nada importante sobre su pasado.

El subordinado de Hanji suspiró, apretó los ojos y los puños con fuerza antes de mirar al Comandante:— Anne no se encuentra bien y quería pedir permiso para sacarla unas horas de la base.

Annelise sintió como todos sus músculos se relajaban de golpe, dejó soltar un suspiro de cansancio y se restregó los ojos para quitar las pocas lágrimas que habían quedado en la zona de sus ojeras.

Erwin y Hanji se miraron unos segundos antes de que él asintiera.

— Sí, pero volved antes del anochecer.— Moblit asintió y tomó la muñeca de Annelise para sacarla de la base.

— Moblit... ¡Moblit!— Gritó Anne zarandeandose del agarre del castaño, este se giró a encararla con el ceño arrugado y una mueca de enfado.

— Wagner ahora no.— Contestó antes de reanudar la marcha hasta el establo para tomar su caballo y el de la rubia.— Sube.— Ordenó.

Una vez montados en los caballos, Wagner y Berner salieron de la base dirigiéndose al claro de aquella vez.

Ataron los caballos nada más llegar al lugar y luego se sentaron en el suelo, Moblit aún seguía con sus facciones enfadadas y ahora sus puños estaban apretados.

— ¿Por qué no me has delatado?— Susurró Annelise rompiendo el silencio, él la miró y al ver su mirada triste no pudo evitar ablandarse un poco.

— No lo sé...— Moblit apartó la mirada sintiendo como su ceño se relajaba.

— ¿Cómo que no lo sabes? ¿Te he dicho que he matado a una mujer y me dices que no lo sabes?— Anne apoyó su mentón en sus rodillas mirando al suelo, vio de reojo como el hombre se giraba a mirarla.

— Te miré a los ojos, te vi así de indefensa y no pude incriminarte.— Se atrevió a confesar por fin, sus mejillas tornaron un suave color rojo.— Mierda.— Arrancó un trazo de césped y lo tiró al lago frente a ellos.

— ¿Ocurre... Algo más?— Como si hubiera sido un detonante, Moblit la miró fijamente durante unos segundos antes de hablar con notorio nerviosismo.

— Anne, creo que me gustas.

super soldier ▭ levi ackermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora