quince

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CUANDO la última noche llegó, Annelise despertó de golpe, sudorosa, despeinada y con las pulsaciones a mil.

Miró a Levi, que estaba acostado en el sofá de la cabaña y que se había dormido a penas veinte minutos atrás. Suspiró intentando calmarse y luego salió de la cabaña para dar un paseo y pensar.

Se dirigió al bosque a paso lento, recordando el sueño que acababa de tener. No era la gran cosa, solo dos hombres hablando seriamente.

Se apoyó en un árbol y suspiró al haber encontrado un poco de paz, lastimosamente está no duró mucho ya que algunos gritos se extendieron por el bosque, corrió hasta el sitio de origen y la escena que encontró fue lo último que esperaba ver.

Desde Braun hasta Springer, pasando por Ackerman y Lenz, todos estaban frente a un fuego con botellas en la mano.

Los adolescentes no parecieron notar su presencia y continuaron con su fiesta improvisada, hasta que Annie, Reiner y Bertolt formaron de golpe, el rubio dejó caer la botella al suelo alertando a los demás, que giraron sobre sí mismos encontrando a Annelise con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

— ¿Alguien me puede explicar qué demonios está pasando aquí?

Nadie dijo nada y su vista paseó instintivamente hasta Leonhart, que la miraba con su frialdad característica.

— ¿Nadie?— Caminó sin prisa alguna entre los cadetes y se plantó frente a Krista, que temblaba como un flan.— Lenz, qué estabais haciendo.

— Sólo bebíamos.— Contestó intentando mantener la compostura, sintió la mano de Ymir cerca de la suya brindándole confianza.

— Ya... Así que sólo bebíais...— Los observó antes de soltar una carcajada, todos se miraron confundidos y segundos después Annelise volvió a quedarse totalmente sería.— ¡Unos adolescentes que se entrenan para ser soldados bebiendo en un bosque a las tres de la mañana, cómo si los titanes no pudieran derrumbar un muro ahora mismo! Escuchadme bien, podéis beber cuando no estéis de servicio, eso a mí me da igual ya que no es mi vida. Pero mientras seáis unos cadetes lo tenéis totalmente prohibido. ¿Entendido?

Todos asistieron, algunos con más miedo que otros. Annelise suspiró y con cansancio añadió:— Todos a dormir.— Los cadetes comenzaron a alejarse, pero Annelise volvió a hablar.— Leonhart, Braun y Hoover quietos aquí.

El trío se miró entre ellos y volvieron junto a la capitana.

Cuando los tuvo enfrente les dio una bofetada a cada uno:— Por lo que a mí respecta, sois los cadetes más prometedores junto a Ackerman, así que no quiero veros hacer ninguna tontería. En este mundo la adolescencia es una etapa que todos hemos tenido que saltarnos para convertirnos en los protectores de las murallas. No hagáis ninguna idiotez de este calibre, ¿Entendido?

Los tres asintieron lentamente.

— Que alguien avisé al Capitán Levi. Podéis retiraros.— Volvieron a asentir y se marcharon.

En cuanto estuvo sola, Annelise se sentó en el suelo y restregó sus ojos.

— Capitana.— La rubia se giró encontrando a Eren.— ¿Puedo sentarme?

Con recelo, ella asintió y el joven se puso a su lado mirando la fogata frente a ellos.

— ¿Está bien?— Preguntó Jeager después de unos segundos en silencio.

— Sí, sólo es cansancio, ser capitán no es fácil. Mucho papeleo.— Le dio una sonrisa amable que provocó un sonrojo en el adolescente.

Annelise lo notó, pero prefirió no decir nada:— ¿Cómo llevas los entrenamientos? He leído tu informe y parece que tuviste problemas con el equipo tridimensional. Si necesitas ayuda Levi y yo podemos darte algún consejo.

— ¿Levi? Creí que lo llamaría Capitán.

— Tenemos confianza, creo.— La rubia se puso de pie de golpe y se limpió los pantalones antes de acercarse a las botellas, pero antes de que pudiera decirle nada, Eren volvió a hablar.

— He oído que perdió la memoria, ¿es eso cierto?— Annelise detuvo su paso bruscamente y se giró a mirarlo.

— Sí, según lo que me ha dicho mi hermano. Aunque, aún recuerdo algunas cosas.

— ¿Y sus brazos? ¿Recuerda cómo...?— Eren parecía realmente interesado, se puso de pie y se colocó frente a ella con curiosidad, disminuyendo el espacio entre ambos.

— ¿Eres siempre tan metiche?— Bromeó dando un par de pasos hacia atrás al notar como Eren había acortado la distancia.— Por lo que tengo entendido nací sin brazos y una doctora experimentó conmigo.— Jaeger la miraba atentó.— Fui la primera persona que salió con vida, la primera de muchas.

Eren se quedó procesando lo que había dicho y segundos después asintió, parecía satisfecho con las respuestas de la mujer así que tras desearle una buena noche se retiró, no sin antes darle una gran sonrisa.

Annelise lo vio alejarse con el ceño fruncido.

— Le gustas al crío.— La mujer saltó del susto y miró a su derecha, de donde salía Levi, que al parecer había observado todo. La rubia comenzó a reír.

— Ni que fuera amor a primera vista.— Levi se fue acercando a ella lentamente.

— Es un adolescente hormonado y que sólo piensa en dos cosas, titanes y mujeres.— Annelise lo miró divertida y se acercó a él coquetamente.

— ¿Celoso, Heicho?— Susurró en su oreja, Levi giró la cara para que Anne no viera sus mejillas, que se habían teñido de un rojo muy suave. Al notar el gesto, tomó su cara con delicadeza y le obligó a mirarla a los ojos.

— Tsk.— Levi retrocedió un par de pasos apoyándose en el tronco de un árbol.— ¿Qué harás con todas estas botellas?

Annelise se agachó a recoger una botella de Ron aún cerrada:— No sé, pero necesito un descanso, los chavales me han ahorrado un viaje a la bodega así que me sentaré aquí a beber hasta que me entre frío.

Levi la miró fijamente frunciendo su ceño durante unos segundos, resignado se acercó a ella y se sentó a su lado quitándole la botella de las manos, la abrió y dio un trago.

— Vaya, creía que no bebías.

— No lo hago porque el alcohol no me afecta, pero supongo que lo necesito.— Anne le lanzó una mirada inquisitiva al pelinegro, pero este se encontraba concentrado mirando el cielo nocturno.

El silencio volvió al lugar, pero Annelise seguía inquieta por las palabras de Levi.

— ¿Qué te ocurre?— Preguntó Ackerman sin mirarla.

— Eso debería preguntarlo yo, ¿Qué te ocurre, Levi? Te noto más... Melancólico.— Giró la cabeza para observarlo fruncir su ceño levemente, Anne bebió de la botella sin miramientos.

— No me ocurre nada.

— Sí te pasa algo, si tuvieses un diario ya lo habría leído para enterarme, pero como no es el caso...— Levi la miró de reojo.

— ¿Lees diarios ajenos?

— Sólo en mis ratos libres.— Bromeó en un intento de animarlo.

Ambos callaron, hasta que segundos después una suave risa salió de la boca del pelinegro. Annelise lo miró sorprendida.

— ¿Te he hecho reír? No sabía que podías hacer eso.— Soltó una risita traviesa mientras Levi había girado su cabeza hacia la derecha para observarla mejor. Sus ojos estaban levemente entrecerrados y una diminuta sonrisa había aparecido en su cara.

La rubia no se resistió y acarició su mejilla con suavidad, él cerró los ojos y acercó su cara para disfrutar del frío tacto de las manos metálicas de Annelise.

— Levi, te quiero.— Sin apartar la mejilla la miró fijamente y sin decir nada la besó.— Me tomaré eso como un "yo también".

super soldier ▭ levi ackermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora