Capítulo 2: Nos juntó,

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Jess

Con toda la calma que es posible, él camina con la mirada fija en mí, ignorando los susurros que hacen a nuestro alrededor, mientras que yo bajó la mirada sintiéndome muy incómoda.

Cuando ya está por sentarse, se detiene y observa a todos haciendo que inmediatamente quedaran en silencio con una sincronización increíble y toma asiento.

—Bueno ya que están todos—Dice el profesor observando a Elliot— Como iba diciendo, haremos un trabajo en parejas.

Lo observé disimuladamente unos segundos hasta que sintió mi mirada y giró la cabeza.

Giré de nuevo mi vista hacía el profesor tan rápido como pude, sintiéndome aún más nerviosa cubrí la mitad de mi rostro con mi cabello.

Tonta Jess.

—Tienen que dibujar el rostro de su compañero —Dice, firmando unos papeles en su escritorio— Lo haremos durante las siguientes dos clases, a lápiz—explica, observando a todos —.

Se escuchó un pequeño sonido en señal de protesta, pero el profesor los hizo callar casi al instante. Y ahí fue donde me di cuenta a lo que se referían, no sólo era dibujar si no era estar el uno frente al otro observando cada detalle de su rostro que ya por sí mismo es incómodo, yo tengo que dibujar a un tipo que tiene cara de querer asesinarme y él tendría que hacer lo mismo lo que significa que mi cara estará expuesta.

Código: ROJO.

Vi como todos empezaron a acomodarse y a sacar sus lápices, así que tomé valentía y me volteé a verlo.

Él estaba mirándome, con sus cosas ya preparadas, así que también me preparé y me di cuenta de que todavía llevaba su gorro puesto.

—¿Puedes sacarte el gorro?, por favor— pregunté, nerviosa.

Solo me miró, volteó los ojos y se sacó el gorro.

Vaya, eso me sorprendió, lo hizo de mala manera, pero me sorprendió. —Gracias—Dije, mientras empezaba a dibujar.

Lo observé más detalladamente mientras dibujaba, él tenía el cabello largo haciendo que le quedara detrás de las orejas, nariz recta y un par de pecas por sus mejillas y nariz.

Era atractivo, bueno, lo era para mí.

Seguí dibujando sus ojos, hasta que me di cuenta de que estos estaban ligeramente rojos, no le di mucha importancia.

—Se puede a varios factores—pensé— yo a veces tampoco puedo dormir bien.

Al parecer se dio cuenta de que me quedé viendo sus ojos porque dejó de dibujar.

—¿Qué? —Espetó.

—Nada—Balbuceé, me sonrojé un poco y cada vez estaba más nerviosa.

No puede ser pensará que soy una rara.

Qué vergüenza.

Seguí creando posibles reacciones que él podría tener, pero nunca me hubiera imaginado lo que hizo, él sonrió.

Sí, sonrió.

Pero fue cambiada rápidamente por una mirada enojada.

Agarro sus cosas, se levantó y se fue del salón ignorando los llamados del profesor, mientras que yo quedé siendo observada por todos mientras empezaban a susurrar, pude observar a las chicas de mi salon pero sus miradas de rareza cambiaron a unas de odio.

Suspire.

Cómo no pude seguir dibujando, me quedé pensando en Elliot hasta que tocaron para salir y me encontré con Nate y Emma.

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