||dos meses antes||

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"GIA"

Iba de camino a casa de Logan, como cada viernes por la noche. Habíamos quedado a las 21:15 en su casa. Llegaba 10 minutos más pronto. Tenía ganas de verle, aunque le hubiese visto ayer, era como si llevase meses sin verle.

Cuando empezamos a salir, hace 2 meses, no podía ser más feliz. Le quise en secreto durante unos años y por fin, el sentimiento era mutuo. Todo iba bien, todo era perfecto. Nada lo podía arruinar.

Ya estaba en su edificio, abrí con las llaves que me regaló por nuestro primer mes juntos, y subí hasta el piso 11.
Cuando entré, él estaba tirado en el sofá viendo la tele. Fui por detrás sin hacer ruido y le tapé los ojos.
-¿Quién es?-Pregunté intentando no reírme.
-Ven aquí Gia. -Me cogió de las manos y me arrastró hacia él.
Me puse encima de él.  Me rodeó la cintura con sus brazos y me besó . Fue un beso dulce y tranquilo. Un beso perfecto proque era de él.
-¿Qué tal estás?
-Podría estar mejor.-Masculló.
-¿Te puedo ayudar en algo?
-Creo que si me dejarás follarte, mi ánimo mejoraría.
-Ya sabes que puedes hacer conmigo lo que quieras.

Y así era. Yo moriría de amor por él. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por Logan. Le quería con toda mi alma.

Me agarró del cuello y me besó.En cambio, este fue un beso lleno de necesidad, de impulsividad, de desahogo.
En pocos minutos acabamos desnudos en el sofá. Se puso encima mía, y hundió sus dedos en mí. Y yo , mientras tanto, dejaba un recorrido de besos por todo su cuello. Un recorrido que recorrería un millón de veces y seguiría sin cansarme.

Después de correrme, noté su erección rozando mi abdomen y quise devolverle el favor. Lo acogí con mi boca mientras le miraba fijamente. Él me cogió del pelo y gimió.
Acabé terminado lo que él el había empezado.
Le di un beso y me fui a la ducha, mientras él se subía los bóxers.

Mientras estaba en la ducha, oí un ruido en la puerta, y más tarde note su piel junto a la mía. Me agarro del cuello y me empezó a besar. Era un bucle. Un bucle del que no estaba dispuesta a salir; nunca.
Se hundió en mí de un empujón. Los dos encajábamos perfectamente. Lo sentía. Le sentía. Gemí su nombre; estaba tan  entregada a él que eso hizo que la siguiente embestida fuera más fuerte, más dura. Le sentí hasta en lo más profundo de mí.
-Dime que eres mía.-Dijo gimiendo.
-Siempre seré tuya.- Le susurré en su oído.
Alcancé el orgasmo al mismo tiempo que él.
Estaba llena de él.

Cuando llegué a la cocina; ya vestida, le abracé por detrás. Y le di un beso en la nuca.
-¿Me has hecho la cena?-Alcé una ceja.
-No, pero te la he comprado.
-Tendrías que haber dicho que sí. Has cortado la magia del momento.
-Perdón.-Masculló.
-¿Te pasa algo?-Le dije mientras le miraba fijamente.
-No.-Apartó la vista de mi.
-¿Sabes que te quiero, verdad?-Dije a la vez que me metía una patata frita en la boca.
-Gia....Yo.-Susurró.
-Dime.-Fruncí el ceño.
-No puedo.
-¿No puedes qué?
-Esto, lo que somos. No puedo.
Sentí que me faltaba el aire.
-No te entiendo.
-Gia, no puedo con esto. No quiero seguir. No es por ti, es por mi.
Ya había oido esa excusa: no es por ti, es por mi.  La había oído en películas pero no quería oírla en la vida real. Y menos que esas palabras saliesen de la boca de Logan.
-Logan, si te pasa algo puedes contar conmigo. Te ayudaré. Nosotros lo podemos superar.
El miedo empezaba apoderarse de mí.
-Joder Gia, ¡que no entiendes! No hay un "nosotros", ya no.
-Explicate.-Susurré con la voz temblorosa.
Una lágrima rodó por mi mejilla. "No, no, no, esto no. Por favor."
-Gia yo no estoy hecho para una relación. Me he cansado.
Ese "me he cansado" empezó a retumbar en mi cabeza.
-Esto ha sido un error. Lo siento Gia.
-¿Un error? No me jodas Logan, no me hagas esto.-Supliqué.
-Gia, será mejor que por un tiempo, tomemos caminos diferentes.
-Pero Logan yo quiero ir por donde tú vayas. Te quiero a ti.
-Gia, no hagas las cosas más difíciles.
El daño ya estaba hecho. Mi cuerpo solo era dolor.
Pero quise quitarme la duda. Aún sabiendo que lo único que  causaría, sería más dolor. Pero ya que más daba, no había vuelta atrás.
-¿Tú me quieres?.-Le miré con los ojos llenos de ira y dolor. Mucho dolor.
-No tanto como tú a mi.-Tragó saliva.-No llores Gia.
Me intentó rozar la mejilla para recoger la lágrima que me caía. Me aparté, evitando su roce, su piel.
-Te odio.- Reprimí las otras lágrimas que estaban apunto de salirme, porque él no se merecía verme llorar. No se merecía nada.

No dijo nada, ni cuando me vio recoger mis cosas ni cuando le tiré sus llaves al pecho. Ni si quiera cuando desaparecí por su puerta.

Cuando salí del ascensor, esperé un minuto en su portal. Todavía seguía teniendo la esperanza de que volviera a mí. A la chica que le había querido con toda su vida. A la chica que le había dado todo su corazón. Ese corazón que él; el amor de su vida, había roto en mil pedazos  sin compasión alguna.

Me tiré sin paracaídas creyendo en que alguien vendría por detrás, y me sujetaría para no caer.
Creí mal.
Me estaba cayendo a un abismo sin fondo.

Espérame en ParísDonde viven las historias. Descúbrelo ahora