"GIA"
No sé cuanto tiempo estuvimos abrazados, solo sé que era justamente lo que necesitaba.
-No, no te esperaba.-Me separé un poco de él, pero en cuanto noté su mirada incrustada en mí, las palabras empezaron a amontonarse en mi boca.
-Tenía ganas de verte.-Dijo algo tenso.
-Eh eh.-Me coloqué un mechón de pelo detrás de mi oreja.-Pasa.
Nuestro apartamento era normal, ni muy pequeño ni muy grande. Tenía dos habitaciones y un estudio, dos baños, una cocina americana y un salón bastante grande. Era alquilado, tenía 64 metros cuadrados, los vecinos eran agradables, tenía buenas vistas... Pero lo que más nos gusto del apartamento fue la luminosidad que desprendían todas las habitaciones. Venía ya amueblado, eran muebles simples, de madera clara. Las paredes eran casi todas blancas, aunque el casero nos dejó pintarlas a nuestro antojo. El alquiler era un poco alto, pero con la veta de libros de Maya y mis ganancias con las redes sociales, no teníamos ningún problema a fin de mes.
-¿Quieres un café o algo?-Le pregunté nerviosa.
-Sí, un café con leche estaría bien.
-Bien, cotillea la casa si quieres.-Me dirigí hacia la cocina.-Te doy permiso.
Miró de reojo el salón y me acompañó hasta la cocina.
-¿Dónde te alojas?-Pregunté mientras que ponía una cápsula de café.
-Creo que la zona se llamaba MidTown.-Respondió dudoso.
-¿En un hotel?
-En un apartamento.-Me corrigió.
Le miré sorprendida. ¿Se iba a quedar a vivir aquí? ¿Por mí?
-No quiero que suene mal.-Comenzó a decir al ver mi reacción.-Estoy aquí por trabajo.
-Ah.-Musité.
Nos quedamos durante un silencio incómodo un par de minutos.
-Tu-Tu llamada.-Murmuró.-He venido una semana antes. Me dijiste que viniera y bueno... Aquí estoy.
Estaba nervioso. Normal, había venido de un día para otro, sin tenerlo planeado, solo por aquello que le dije.
-Gracias.-Me acerqué a él y sin pensarlo, le di un beso suave.-Toma, aquí tienes el café.
El beso le debió de calmar, por lo menos, a mí me calmó.
-Cuéntame, ¿qué proyecto tienes entre manos?-Me siguió hasta el salón y nos sentamos en aquel sofá grisáceo.
-Nuevas oficinas, y supongo que si nos adaptamos bien, un hotel.-Dijo orgulloso.
-¡Guau!-Me alegraba por él.-Eso es genial.
-Sí, la verdad que tenemos grandes expectativas sobre todo esto.
-¿Conoces New York?-Le pregunté. Quería que me dijese que no porque me apetecía hacerle un tour por la ciudad.
-La verdad es que no.
-¡Perfecto!-Grité entusiasmada.- ¿Me dejas ser tu guía? Me refiero a que si mañana no tines ningún plan, te llevé por los sitios más famosos de la ciudad.
-Me parece genial.-Asintió.
Nos pasamos hablando toda la tarde hablando, mejor dicho, me pasé toda la tarde hablando. Cuando empezaba hablar no paraba, además, Nathan era muy buen oyente. Casi tan bueno como Marc. Al final, acabé tumbada con la cabeza en su regazó mientras el me hacía cosquillas en el brazo. Podría quedarme así toda la vida.
-Gia.-Susurró mientras agachaba la mirada hacia mí.
-Dime.-Le miré como pude debido a mi postura.
-Es tarde, debería irme.
Eché una mirada rápida hacia la ventana. Ya era de noche.
-Sí, claro.-Me incorporé.-Te acompaño abajo para que cojas un taxi. Es un trabajo complicado pero seguro que acabas cogiéndole el tranquillo.
Ambos nos reímos. Bajé con él hasta la calle. Los coches pasaban rápidos, entre ellos algunos taxis. En menos de dos minutos conseguí parar a uno.
-Bueno...-Miré hacia los lados.-Hasta mañana.
-Sí.-Se acercó y me besó en la frente.
Se metió en el taxi y cuando estaba apunto de cerrar la puerta, le paré.
-No me has dado tu número.-Solté.-Toma, guárdalo.
Le ofrecí mi teléfono. Escribió rápidamente, y me lo devolvió con una sonrisa.
-Bonne nuit, Gia.-Me guiñó y cerró la puerta."NATHAN"
En cuanto cerré a puerta de mi apartamento, me di cuenta de todo lo que había pasado. Estaba viviendo en New York, acababa de pasar la tarde,en un sofá, con Gia. Hablando como amigos, como si nos conociéramos desde siempre.
Me duché y deshice las maletas. No cené nada, mi cuerpo todavía seguí en las nubes. Me senté en aquel sofá negro de cuero y encendí la tele para oír algo de ruido. De repente, noté como vibró mi móvil.
Número desconocido : Hola, soy Gia
Rápidamente añadí su número a los contactos.
Yo: Hola Gia
Gia: ¿qué tal estás en tu nuevo apartamento?
Yo: es raro
Gia: entiendo, seguro que en unas semanas ya no lo notarás así
Yo: eso espero
Gia: por cierto, ¿mañana a las 9:30 am en tu portal?
Yo: vale, ¿no prefieres que vaya a por ti?
Gia: no, primero voy ha enseñarte la zona en la que vives, para que dejes de usar los taxis JAJAJAJ
Yo: buena idea, pero me gustan los taxis
Gia: pero al medio ambiente no creo que le haga gracia tu obsesión por los motores
Yo: ¿sabes que voy a seguir usándolos, verdad?
Gia: no mientras estés conmigo ;)
Yo: entonces tendré que ir despidiéndome de ellos :(
Gia: JAJAJA vete aceptándolo
Gia: otra cosa
Gia: no hacía falta que vinieras, en plan
Gia: me encanta que estés aquí
Gia: me encanta poder estar a menos de 10 kilómetros de ti
Gia: me refiero a que no quería que te sintieses obligado
Yo: ya veo que te gusta escribir mensajes por separado
Gia: Jajajaja
Gia: no sé no hacerlo
Yo: no pasa nada
Yo: he venido aquí porque quería venir
Yo: y quería verte aunque es cierto que lo que me dijiste me incitó a comprar el primer billete a New York, pero no me sentí obligado, vale?
Gia: te tendré que creer
Yo: créeme, no te miento
Gia: mañana no vengas con camisa, que te estoy viendo venir jajajaja
Gia: New York acepta que vayas con una camiseta, no como París
Yo: tan solo me he traído un par de camisetas
Gia: lo sabía!!!
Yo: tan predecible soy?
Gia: a la hora de vestir, sí
Gia: SE ME ACABA DE OCURRIR UNA COSA!
Yo: sorpréndeme
Gia: mañana tendrás que aguantare con esas dos pobres camisetas pero solo mañana
Yo: me estás diciendo que vamos a ir de compras?
Gia: SIIII
Yo: nunca me ha gustado mucho lo de ir de tienda en tienda, así que espero que uses algún método tuyo para que empiece a verle la gracia a lo de ir de compras
Gia: te lo prometo, confía en mí
Gia: ayyy que ilusión ( me encanta ir de compras, M-E E-N-C-A-N-T-A)
Yo: puedo verte la sonrisa desde aquí
Gia: jejeje
Yo: hasta mañana, Gia
Gia: buenas noches!
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Espérame en París
Teen FictionEse primer amor, esa pérdida en 12 segundos, esas promesas que actúan como mentiras, y ese dolor clavado en el pecho desde hace tiempo... Esas son las vidas de Gia y Nathan, quienes encontrarán, por casualidad, un amor distinto al que siempre han te...