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Desperté en una habitación que no reconocí, cubierta con una ligera sábana blanca sobre mi cuerpo, noté mi vestido y ropa interior en el suelo. Sentí una calidez en mi espalda, al girarme note a Gaara profundamente dormido. Luce adorablemente sexy así, muchas veces soñé con despertar y verlo de esta manera, desde el momento que se fue lo único que podía consolar mi dolor eran ver sus fotos y llorar hasta quedar dormida, una etapa en la que Lee se mantenía al pendiente de mi, cuidando a que no cometiera una tontería. Recordar eso ahora hace que sonría sin dejar de ver a Gaara, fui patética en esos momentos.

Acaricie su rostro y se removio un poco sobre la cama dejándome ver más detenidamente su rostro, sonrió solo con el simple hecho de verlo dormir. El rostro de Neji se viene a mi mente y con él los recuerdos de anoche.

Me acosté con Gaara.

No dude en irme con él antes de que acabara la fiesta, desde el momento que Neji desapareció supe que tendría que irme sola, no era la primera vez que me dejaba a mi suerte y se que no sería la ultima. No puedo permitirme mantener grandes expectativas de él, cuando me demuestra que es solo un ejecutivo idiota con cero sensibilidad pero por alguna razón me molesta eso.

Me levanté de la cama dejado dormir un poco más a Gaara, con cuidado de no despertarlo fui al baño a tomarme una ducha, al salir busque mi ropa de anoche pero no la encontré, juro haberla dejado sobre el sofá.

—Buenos días  —la voz de Gaara me tomo por sorpresa.

—¿Te desperté? —pregunte al verlo parado en la cocina y negó.

Salió de la cocina dejándome ver su torso desnudo, se acercó y me plantó un beso en la frente, tomo mi mano para llevarme al sofá.

—El sonido de la regadera lo hizo —sonrió

—Lo siento, no quería despertarte — me senté a su lado —¿Has visto mi ropa? —pregunte apenada y soltó un risita

—La guarde en esta bolsa —señaló una pequeña bolsa de café sobre la mesa. —, no pienso dejarte ir con ropa elegante de aquí.

—¿Entonces que usaré? —pregunte curiosa.

—Mm no tengo ropa de mujer pero puedes usar un pans mío —rasco su oreja apenadamente.

Sonreí por su acción, se levanto y fue a la habitación, volvió en menos de un minuto y me extendió su ropa. La tome y me fui a cambiar, cuando salí lo encontré en el pasillo y me extendio una tasa de café, volvimos a sentarnos en el sofá y miramos por el gran ventanal la ciudad.

—Lamento lo de anoche, me dejé llevar. —dijo de momento, atrayendo mi atención a él.

—¿Te arrepientes? —volteo a verme

—No me arrepiento de nada contigo —me sonrió pero luego hizo una mueca  —, de lo único que me arrepiento es de haberte dejado pero...

—¿Pero? —lo anime a que continuará.

—Pero ahora estás casada y no es correcto lo que hicimos —no me miro más, tome su rostro entre mis manos y lo bese.

—Ya te dije que todo es falso, no es real —me miro sorprendido y sonrió tiernamente.

—Lo se, pero para la sociedad es real.

Rodeo mi cintura con sus brazos, recargando su cabeza sobre mi pecho. Nos quedamos así un rato, el sonido de mi celular interrumpió nuestra linda atmósfera. Me separé de él y busque mi bolso, lo tome y atendí la llamada de Lee.

—Tenten —dijo una vez que atendí. —, no se te olvide hacerme el cambio, tengo una clase hoy.

—Si Lee, voy enseguida. —le dije y colgó.

Falsa Felicidad NejiTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora