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La tome, efectivamente la caja estaba sellada con cinta. Lee me acompañó hasta la entrada del edificio, íbamos en total silencio. Mi ánimo decayó cuando tocamos ese tema, pensé que ya no me afectaría pero me equivoque. Me despedí de Lee, subí al auto y quedé viendo la caja por unos minutos.

—Señorita ¿a dónde la llevó ahora? -preguntó Mark amablemente.

—A la casa por favor —dije.

Después de casi 30 minutos llegue a casa, baje sin esperar a que el chófer me abriera. No era la primera vez que lo hacía pero se sorprendió Mark con la rapidez que baje. Al entrar noté a un par chicas de la limpieza en el pasillo, no se dieron cuenta de mi hasta que la voz Jury me detuvo en medio de las escaleras.

-Señorita ya han llegado -me detuve, la volteé a ver.

—Hola Jury, he vuelto. —le dije sonriendo, ella volteo a ver a la entrada —¿Esperas a alguien? —pregunte confundida.

—¿Dónde está el joven Neji? —soltó de momento.

—¡Ah él! -lo había olvidado —, se tuvo que reunir con alguien después de la sesión. —dije sin importancia.

—¿Alguien? ¿Quién? —mire a Jury algo confundida.

—No lo sé —eleve mi hombros

Me quede quieta ahí, esperando otra pregunta de su parte pero no lo hizo, así que retome mi camino a mi habitación. Al estar dentro del cuarto las ganas de querer abrir la caja y mirar dentro todos mis recuerdos que compartía con él, eran inmensas.
Se de sobre que en algún momento él regresaría a Japón, no se cuando pero se que regresará. Fue una promesa que me hizo, asi como yo le prometí esperarlo.
Decidí esconder la caja en el fondo del armario para que nadie la revisará, aunque más bien era para que yo no la abriera.
Baje nuevamente a la planta baja y no encontré a nadie, no le tome importancia.

Fui directamente a la cocina a prepararme algo de come, moría de hambre desde que fui a la sesión. Encontré jugo de naranja en el refrigerador, me serví un vaso, hice unos hotcakes y me senté a comer.
Me quedé todo el día encerrada en casa sin hacer nada, no volví a ver a Neji hasta en la noche.

Era un poco más de media noche, había bajado por un poco de agua cuando escuché un ruido en el pasillo principal, siendo específica era la puerta. Deje el vaso sobre la isla y decidí asomarme, una idea tonta ya que todo estaba oscuro a tientas busqué el interruptor pero antes de encender la luz, un ruido sordo hizo sobresaltarse. Encendí la luz y encontré a Neji tendido de cara en el suelo, lo observé desconcertada.

Él intentaba ponerse de pie pero no lograba su estabilidad, verlo me hizo reír, al acercarme un fuerte olor a alcohol golpeó mis fosas nasales. Ahora entendía porque no podía equilibrarse, venía borracho. Era la primera vez que lo veía de esa manera, con mucho esfuerzo lo ayude a levantarse. Coloque uno de sus brazo sobre mis hombros, para lograr enderezarlo, dejo caer casi todo su peso sobre mí, comenzamos a subir las escaleras que por cierto me costó mucho trabajo. Mientras subíamos a paso de tortuga lo escuche balbucear, sabrá Dios qué diablos decía, cada paso que damos era cada vez más pesado.

Cuando por fin llegamos a la planta de arriba, lo lleve en plena oscuridad directo a su habitación. Para mi suerte conocía muy bien el pasillo, deslice mi mano libre sobre la pared para dar con la puerta, sentí la perilla y la gire.

Abrí la puerta y encendí la luz, su habitación era casi igual a la mía, solo que en colores diferentes. Al asegurarse que estuviéramos ambos dentro, empujé la puerta con mi pie para cerrarla. Al tirarlo en la cama caí encima de él, me levanté y decidí cambiarle la ropa por una más cómoda.

Falsa Felicidad NejiTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora