[Capitulo N°13]

34 3 0
                                    


"01 de diciembre de 2013."

"Vacaciones"




Dominic.


Suspiro, luego de poner la última prenda de ropa en la valija, ¿Por qué ahora las hacen tan chiquita? ¡No me entra ni un zapallo! Agh. La cierra con rabia, y me tengo que subir en ella para poder cerrarla, aunque sigue costando. Mierda. 


—¡Daniel! —grité, llamando a mi hermanito—. ¡Daniel! ¡Ayudame! 


—¿Qué querés, pesada? —pregunta entrando a mi habitación, se ríe apenas me ve, lo miro mal—. ¿Qué haces, mono cilindrero? —revoleo los ojos ante su estúpido apodo, en eso saca una cámara, ¿de dónde carajos...? Abro los ojos en cuanto me doy cuenta de sus intenciones—. A ver... ¡Sonreí! —grito apenas el flash me deja ciega, ríe a carcajadas.


—¡Mamá! —grité, alejándome de la valija y saliendo en busca del estúpido que salió corriendo, lo perseguí hasta la cocina, en dónde estaba Melisa cortando una manzana, nos miró con una mueca de fastidio—. ¡Idiota! ¡Borrá eso! —grité, me saqué la sandalia y se la tiré, dándole en la espalda justo cuando iba a salir hacia el patio. Se escuchó un quejido, sonreí de lado, contenta por haberle dado—. ¡Mamá! ¡Daniel me sacó foto y se está burlando de mí! —grité, haciéndome la que lloraba, corrí hacia mamá, suspiró cansada cuando escuchó mi queja—. Mamá... decile algo... —me quejé. Miró a Daniel que se veía a lo lejos, sacándome la lengua.


—¡Daniel! ¡Dejá de molestar a tu hermana! —gritó mirándolo mal—. ¡Entregále eso a tu papá, ahora! —ordena, mi hermano me mira mal y se va hacia donde estaba papá. Mamá me mira a mí—. ¿Terminaste la valija? —negué—. ¿Y esperas a que las vacas vuelen...? En un rato salimos, Dominic, dale, andá a terminar... —ordenó, suspiré y me fui hacia mi habitación. Tendría que hacerlo sola. Cerrando tras de mí, me pongo en la misma posición y la cierro, con toda la poca fuerza que tenía. Termino sudando, suspiré. ¿Por qué me cansé tanto haciendo esta mierda? Agh. Me tiré encima de mi cama.

Dentro de media hora, salimos para Lago Puelo. En auto. Desde ya estaba preparando mi culo para no acalambrarme. Creo que será el viaje más largo que haré en años... encima, mis hermanos van a estar, los tres, sobre todo los dos varones... los más insoportables. Agh. Agradecía que Andrés ya se haya ido, en serio, no iba a poder aguantar a mis hermanos con la menstruación, sería un calvario... ¡Peor! ¡Un infierno!

Me di la vuelta y miré el techo, ayer le dije a Ángel que me iría de viaje y me comentó que él igual, junto con su papá. Lo más raro es que... irá al mismo lugar que nosotros. ¿Casualidad? ¡No lo creo! Bueno... puede ser pero... es extraño. 

Ahora que lo pienso, lo bueno de todo esto es que... podré verlo allá. De todas maneras, me quiero relajar, quiero descansar... de todo; chicos, escuela, todo esto de ser adolescente, me cansa. Necesitaba la tranquilidad de un pueblo, y ese era Lago Puelo; mucho más en casa de mi tata. Hace tanto que no lo veía, lo extrañaba muchísimo. 

Y aunque tenía que aguantar más de veinte horas de viaje, lo soportaba, si eso involucraba ver devuelta a tata y descansar de toda la vida acá en la ciudad grande. Sólo rogaba para que la abuela no me hiciera trabajar con las gallinas... las odiaba. 



—¡A comer! —gritó mamá desde la cocina, suspiré.

(...)










Ángel.


Habían sido días intensos, pero agradecía no tener que ver a Rebeca, hace bastante no venía a molestar, pero me agradaba. No quería verla, la detestaba. Suspiré mientras metía uno de mis blocks en mi mochila, tenía que llevar uno para el viaje, sin dudas habría muchas cosas por dibujar. Hoy era el día en el que salíamos en la camioneta con papá hacia Lago Puelo, pueblo del que era mi padre. 

Pensaba, hace mucho tiempo que no veía a mis tíos, primos, primas... abuelo. La abuela, lamentablemente, había fallecido hace años. Pero, extrañaba a mis demás familiares, ¿Cómo estarán todos?

Lo peor de todo era tener que aguantar las veinte horas de viaje en la camioneta, mucha fiaca, pero bueno, no quedaba de otra. Eran las cinco de la mañana y estábamos por salir. Miré a mi padre que se encontraba preparando los termos para ir tomando mate. Suspiré, y me miró, se lo veía un poco cansado pero feliz, al fin podríamos salir.


—¿Contento? —pregunté, mientras ponía el agua me miró y asintió sonriente. 


—Muy, mijo, muy... al fin, vamos a volver a ver a la familia. Después de tantos años —dijo con anhelo mirando la ventana, sonreí y asentí. Me agradaba ver a mi papá contento.










(. . .)











##############

// Editado// //Cap. muy corto.//

*Perdón por las malas palabras.*

Atte: P.

Resiliencia [En proceso/edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora