[Capitulo N°16]

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Dominic.










—Ey, despertate...—sentía que alguien me pinchaba la cara, pero trataba de ignorarlo, no me dejaba soñar en paz—, deeeeespertate.




—¿Y? ¿Sigue roncando? 




—Si, no puedo despertarla... —parecía que era la voz de Melisa. 



—Hay que tirarle agua. —ésta vez era la de Mariano. 




—¿Vos decís? ¿Y si mamá se enoja? 





—Le decimos a la abuela. 




—Bueno, pero tráeme un balde con agua.


—Ya vengo.










(...)








—¡AAAH! —salté de la hamaca justo cuando sentí todo mi cuerpo mojado. Abrí los ojos, y alcance a ver a Mariano correr hacia la casa—. ¡¿Qué haces, tarado?!



Grité y corrí persiguiéndolo, pero no pude avanzar mucho porque terminé tropezándome... Cayendo de cara.




—Ah —me quejé—, mierda.



Después de largar varios insultos, me paré y seguí caminando hasta entrar a la casa de la abuela. 





—Mamá... —entré quejándome, miré y no había nadie. Imaginé que estaban en la cocina, caminé y ahí estaban—, mamá...





—¿Qué pasó? —respondió, mientras cortaba unos tomates. La abuela se encontraba lavando las hojas de lechuga.




¿Dónde estará el resto...? 





—Mamá, Mariano me tiró agua... —me quejé, mamá sigo una mueca de disgusto. 



—Ay, no empiecen devuelta... por favor. 




—Pero-



—Hija, anda a decirle a tu abuelo que más ratito ya va a estar la ensalada... —dijo la abuela, interrumpiéndome. Suspiré y fuí hacía el quincho, donde seguramente estaban haciendo el asado. 

Resiliencia [En proceso/edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora