[Capítulo N°39]

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"Lazos que se rompen..."






Dominic se posicionó lo más alejada posible, mientras que Ángel intentaba acercarse, poco a poco. Ella contenía la respiración, sentía miedo y no sabía por qué. No quiero que me lastimen, no otra vez, pensaba, tratando de no armar un escándalo por el acercamiento de él.


—Dom... —habló él, buscando su mirada—. Dom.


—Te escucho —murmuró ella, impaciente, mirándolo pero bajando rápidamente la mirada. No podía sostenerle.


—Bueno, yo... —se rascó la nuca, algo nervioso, sintiendo que le pasaba algo raro, sin dudas no era la misma que conoció hace tanto tiempo—. La verdad es que, primero te quería pedir disculpas —dijo, Dominic levantó la vista y sus ojos se encontraron, frunció un poco el ceño—. No estuve ese día ahí y...

—No digas más —lo paró, interrumpiéndolo, cerrando los ojos, como si le hubieran dado un golpe. Ángel frunció el ceño, un poco confundido—. Por favor, no me hables de ese día —negó apretando los puños, sintiendo que poco a poco volvía a recordar, intentaba con todas sus fuerzas controlarse.

—Pero... —iba a seguir pero Dominic abrió los ojos y lo miró, Ángel entendió y asintió—. Está bien, perdón, no hablo más sobre eso, solo quería pedirte perdón —intentó sonreír—. ¿Sabes...? Te extrañé —dijo, cambiando de tema, mientras intentaba acercar su mano al cachete de ella, quién con el miedo a que la tocaran, se alejó rápidamente. De manera inevitable, él se sintió dolido por esa acción—. Perdón... Pensé que no te molestaba  —murmuró, Dominic intentó no pensar pero el sólo hecho de imaginar que la volvían a tocar, tuvo un poco de miedo, se alejó un poco más—. ¿Estás enojada conmigo? ¿Es por qué no cumplí la promesa que te dije? ¿Es por eso? Yo no-

—Basta —lo paró ella, sus ojos comenzaron a aguarse, Ángel lo notó y se acercó, haciendo que ella retrocediera—. No te acerques, por favor. —susurró, levantando las manos.

—No llores —dijo negando mientras miraba sus facciones, parecían sufrir—. No llores, bonita, por favor... Si te hice algo, perdóname —suplicó, algo que nunca había hecho antes. Ella lo miró, sintiendo que su corazón se partía en dos—. Por favor, perdóname, yo no-


—Vos no tenes la culpa —dijo con la voz algo temblorosa, él la miró esperando más respuestas—. No es tu culpa —negó, evadiendo su mirada—. No te culpes por ésto, no lo hagas —negó otra vez, no tuvo el valor de mirarlo a los ojos cuando pensaba en lo que iba a decir—. Y-o s-ólo qu-quiero qu-que termi-inemos —dijo, mientras unas lágrimas descendían por su cachete. Ángel se quedó inmóvil, escuchando lo que acababa de decir.

—¿Qué? —preguntó, pensando en que había alucinado. Dominic inhaló y habló devuelta, más claro.

—Quiero que terminemos —tragó saliva—. Por favor, no me hagas preguntas... No puedo responderlas... Yo... Yo no quiero ser más tu novia —negó mientras otras lágrimas empezaban a caer, más y más. Ángel seguía inmóvil, escuchando atentamente lo que le decía. ¿Terminar? Pensó, "no quiero ser más tu novia", esas palabras seguían resonando en su mente.


—¿Qu-é? ¿Por-por qué? —preguntó, acercándose, haciendo que ella retrocediera—. Y-o-yo te amo —dijo mirándola con los ojos acuosos, nunca lloraba por nadie, y mucho menos dejaba que lo vieran, pero no las pudo contener cuando ella parecía quererlo lejos, muy lejos—. Yo te amo... ¿Por qué? ¿Qu-qué pa-só? ¿Qué hice? ¿Qué hice mal? ¿Te lastimé en algún momento? ¿Te hice sentir mal? —preguntaba, pensando en alguna razón, algo en su interior sintió lo mismo que cuando su madre lo dejó. Dominic negó, llorando—. ¿Qué hice...? ¡Decime que hice! —dijo casi gritando, haciendo que ella se sobresaltara. Apenas escuchó los gritos, entró Roxana, y detrás de ella, Gael y Roberto.


Resiliencia [En proceso/edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora